Medidas de EU dan que hablar
RAUL RIVERO
Especial para El Nuevo Herald
Las medidas anunciadas esta semana en Washington por el presidente
Bill Clinton que favorecen la ampliación de contactos
y ayuda al pueblo
cubano suscitaron diversas reacciones en la isla.
Hector Palacios Ruiz, de 55 años, director del Centro de
Estudios
Sociológicos, dijo a El Nuevo Herald: ``Siempre voté
a favor del
embargo como un mal necesario pero sé que después
de la visita del
Papa, el mundo ha tenido mayor interés por Cuba, y Estados
Unidos
como potencia ha dado un paso positivo para tratar de resolver
la crisis
cubana''.
``Estoy a favor de esas medidas, y que con ellas le quiten al
gobierno
cubano un pretexto para sentirse sitiado, y les obliguen a iniciar
la
democratización del país antes de la visita del
rey de España''.
El tema estuvo ausente de los medios de comunicación este
miércoles, y
tampoco apareció entre los trascendidos de un discurso
de Fidel Castro
el martes, cuando habló por cinco horas sobre la lucha
contra el delito.
Un punto que causó disgusto en sectores de La Habana, según
la
agencia Agence France Presse, es la decisión de aumentar
los recursos a
las emisiones anticastristas de Radio y Televisión Martí,
porque --incluso
según sectores de la oposición interna-- esto no
aportaría nada al
relajamiento de las tensas relaciones entre ambos países.
El resto de las medidas que facilitan el envío de dinero
a Cuba desde
Estados Unidos, incrementan los vuelos charter directos, restablecen
el
correo hacia la isla y permiten intercambios culturales, científicos
y
deportivos, parecen estar siendo estudiadas en La Habana antes
de
emitir una reacción.
El ayuno informativo en medios de prensa oficiales no impidió,
sin
embargo, que el cubano de la calle recibiera filtraciones de
emisoras
radiales extranjeras.
Según Adolfo Fernández Sainf, vocero del Partido
Solidaridad
Democrática, el gesto ``es positivo en general. Es bueno
que se
establezcan vínculos directos entre el pueblo cubano y
el estadounidense.
Es una comunicación normal entre personas que se aman,
que se han
visto interrumpidas por las malas relaciones entre los gobernantes''.
Otro aspecto muy discutido en la isla, fue la negativa por parte
de la
Casa Blanca de crear una comisión bipartidista con el
fin de revisar la
política de Estados Unidos hacia Cuba.
Manuel Morúa, secretario general de la Corriente Socialista
Democrática
Cubana, lamentó que se rechazara la creación de
dicha comisión. ``Lo
que se impone a fines del milenio es una revisión de la
política
norteamericana hacia Cuba''.
``Las medidas son globalmente positivas porque ayudan a aliviar
la
situación de la sociedad cubana y sustituye la diplomacia
entre Estados
por una diplomacia entre ciudadanos. Hay algunas medidas no viables
como las que hablan de agencias gubernamentales ayudando a los
independientes''.
La estudiante Jamile Gorgoy, de 18 años, le dió
la bienvenida a las
medidas. ``No entiendo mucho de leyes y embargo, pero sí
creo que
hace falta aceptar cualquier tipo de ayuda. Estamos pasando mucho
trabajo y necesidad. Nos hace falta medicina y comida. Ambos
gobiernos deben pensar en eso''.
La agencia France Presse señaló que la iglesia católica
cubana se
abstuvo de realizar comentarios sobre el tema. ``De inmediato,
por parte
de la Conferencia de Obispos, no hay ninguna declaración
al respecto'',
dijo el padre José Félix, secretario adjunto de
ese órgano.
La autorización de importar alimentos y productos agrícolas
a entidades
independientes no gubernamentales, y al emergente sector privado
fue
una de las medidas que más extrañeza, dudas y hasta
bromas generó
entre los cubanos.
La posibilidad de que los propietarios de los pequeños
restaurantes
privados cubanos de doce sillas, conocidos en la isla como paladares,
o
que los vendedores ambulantes de fiambres, puedan importar sus
insumos de Miami, provocó interrogantes, dudas y hasta
sonrisas.
Copyright © 1999 El Nuevo Herald