"Aislar a Cuba no es ni aceptable ni práctico"
Expresó a Granma Mike A. Espy, secretario de Agricultura de los
Estados Unidos durante el primer mandato presidencial de Clinton
FELIX LOPEZ
La historia suele dar giros inesperados. Lo sabe Mike Alphonso
Espy, secretario de Agricultura de los Estados Unidos durante el
primer mandato del presidente Clinton. Veinte años antes, siendo
un estudiante de Derecho, había estado en Cuba. Y de ese viaje le
nació un expediente en los archivos secretos del FBI y una decisión
que lo acompañará de por vida: Yamila Che, que es el nombre
de
su hija.
De regreso a la Isla, integrando una
delegación de la Federación de Cooperativas
del Sur de los Estados Unidos, organización
con 35 años de fundada e integrada por más
de 10 000 familias de agricultores negros,
Mike ha tenido la oportunidad de conocer
cómo viven y trabajan los campesinos
cubanos, visitar el memorial al Che, en Santa
Clara, y la Escuela Latinoamericana de
Ciencias Médicas.
—¿Cómo afectan a los agricultores norteamericanos las leyes
anticubanas impuestas por sucesivas administraciones de los
Estados Unidos?
"Aislar a Cuba y desasociarla de los protocolos de comercio
internacionales no es ni aceptable ni práctico. Esas prohibiciones
han afectado de manera directa a los agricultores de mi país.
Desde el punto de vista geográfico y logístico, la Isla es
un mercado
de excelencia. Nos molesta quedarnos parados, mientras que otros
competidores de la Unión Europea o del MERCOSUR participan de
un intercambio que nos está vedado.
"Además de sufrir los agricultores de mi país, sufre el pueblo
cubano. Yo no creo que alimentos y medicinas deben ser
elementos de la política. Utilizarlos con ese fin viola los principios
fundamentales entre los hombres y la filosofía de que el comercio
mundial debe ser libre. De esa forma piensan también todas las
personas con que he hablado en Cuba. Y ese es el mensaje que
me llevo de regreso".
—Y todos esos sentimientos, su certeza de que la política
anticubana de los Estados Unidos es desacertada, ¿pudo
expresarlos desde su puesto como Secretario de Agricultura del
primer mandato de Clinton?
"No me gustaría entrar en muchos detalles sobre las discusiones
privadas que tuvimos en el Gobierno, pero sí puedo explicar que
parte del trabajo de uno como ministro es dar consejos a la
administración, pero una vez que la decisión está
tomada debemos
seguirla. En ese período hubo un fuerte debate dentro del gabinete
respecto al cómo y el cuándo debía ser modificada
la política hacia
Cuba.
"Mi posición era bien difícil. Cuando me invitó a
participar como
miembro de su gabinete, Clinton leyó una lista de todas las
actividades en que yo había participado en mi vida. Allí
se incluía mi
visita a Cuba en 1974. Y esto, claro está, no fue bien visto.
"Antes de que se diera oficialmente mi nominación al Senado, yo
tuve una discusión en privado con Clinton, donde le expliqué
todo
respecto a mis actividades en la década de los 70, en defensa de
los derechos civiles y de curiosidad por la Revolución cubana, y
me
dijo que compartía muchos de mis sentimientos.
"Pero ustedes saben que un presidente no puede hacer las cosas
solo. Es en el Senado y en el Congreso donde se deciden los
cambios en la política. Recuerdo que durante el segundo año
de la
administración Clinton, en 1994, el senador Jesse Helms fue
nombrado jefe del Comité de Relaciones Exteriores, y toda la
política hacia Cuba comenzó a pasar por sus manos. Puede
ser
que el Presidente tuviera alguna idea buena en su corazón, pero
implementar el cambio fue, en presencia de Helms, definitivamente
difícil.
"Tenemos que ser nosotros, los hombres de pueblo, quienes
busquemos un movimiento de apoyo a nivel de base que impulse
un movimiento de cambio en la política respecto a Cuba. Y eso es
lo que está sucediendo hoy en la sociedad norteamericana".
—¿Qué lo llevó a convertirse de Ministro en defensor
de los
agricultores?
"La gran discriminación que existe en mi país, lo que se
revela en la
falta de acceso a créditos y a capital de los agricultores negros.
Soy un abogado privado, y el bufete mío participó junto a
esa
minoría en un juicio contra el gobierno de los Estados Unidos. La
demanda contra el Departamento de Agricultura estuvo motivada
por haber tratado a los negros de forma injusta, algo que se repite
históricamente. Ganamos el pleito y el gobierno tuvo que reconocer
y pagar los daños."