Una danza de millones respalda la subversión
Sara Más
Dinero contante, sonante y abundante, equipos de computación,
faxes, envío de folletos, libros, manuales, pegatinas, cuanto texto
o
discurso enseñe a "transitar hacia la democracia", enviados
especiales que trasladan sus "experiencias de lucha", incluidos los
provenientes de naciones ex socialistas, y hasta una suerte de
cursos en vivo y a distancia, son algunas de las modalidades
practicadas y diseñadas desde EE.UU. para fomentar y abastecer
a la contrarrevolución interna y tratar de derrocar a la Revolución
cubana.
Tras esos planes, se mueven millonarias sumas de dólares
que forman parte del presupuesto —por obra y ley
del Congreso norteamericano— y están abonadas con el visto bueno
oficial del gobierno, de instituciones gubernamentales
y privadas, que a través de determinados organismos e
invocando "la defensa de la democracia", sostienen, fabrican y
apoyan la actividad subversiva de los grupos contrarrevolucionarios
en Cuba. Programas que además encuentran en la Oficina de
Intereses de ese país en La Habana una punta de lanza para su
ejecución en el propio territorio nacional.
Así se encargaron de demostrarlo ayer, con más de un argumento
e informes detallados, analistas y periodistas participantes en la
Mesa Redonda Informativa transmitida por la televisión y la radio
cubanas, segunda de una serie dedicada al tema de la política
subversiva de los gobiernos de los Estados Unidos contra nuestro
país.
Entre 1993-1999 se estima que ocurrieron al menos 325
operaciones desde el exterior para abastecer financiera y
materialmente a los cabecillas de dichos grupúsculos, según
reveló
Manuel Hevia, del Centro de Investigaciones Históricas de la
Seguridad del Estado.
El especialista señaló que el pasado año, las operaciones
detectadas utilizando emisarios desde el exterior ascendieron a
cientos de miles de dólares entregados directamente a miembros
de los grupúsculos.
Dijo, además, que gran parte de las asignaciones declaradas por
la
Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID) o por el Fondo
Nacional para la Democracia (ANED) son muy superiores, lo que
evidencia el desvío de estos fondos por parte de las organizaciones
contrarrevolucionarias de Miami, receptoras de los mismos.
Con fecha, hora, lugar, emisario y destinatario, se dieron a conocer
algunos casos. "Pero, ¿qué pasa realmente con ese dinero?
En
gran medida se gasta en actividades festivas, comidas en
restaurantes, paladares, pago de taxis y otros usos privados de los
beneficiarios, quienes han encontrado así un medio de vida",
explicó Hevia.
Para llegar hasta los cabecillas contrarrevolucionarios se han
empleado todos los medios posibles y no han faltado como
enviados algunas personas de otras nacionalidades, vinculadas,
por ejemplo, al trabajo de subversión de Freedom House,
organización que en 1995 elaboró un programa de transición
democrática para Cuba, encargado al agente de la CIA, Frank
Calzón.
En la lista de emisarios se han incluido también los procedentes
de
diferentes países de la antigua Europa socialista, denunció
Lázaro
Barredo, quien hizo alusión a varios casos, entre ellos el informado
recientemente en una nota oficial publicada en Granma, referido a
dos ciudadanos checos.
Así, mencionó también la incursión de dos periodistas,
un rumano y
una polaca, seleccionados en sus países por Freedom House,
quienes viajaron a Cuba en junio del 2000 procedentes de Cancún,
con visado de turistas. Su misión real: establecer contacto con
contrarrevolucionarios en Cuba, evaluar en el terreno la actividad
realizada, sus criterios sobre la ayuda exterior recibida por los
receptores de fondos de la USAID y transmitir sus experiencias
personales en la lucha en sus países en la década del 80.
Ambos, abundó Barredo, declararon a las autoridades cubanas que
fueron previamente preparados en Washington, donde, además,
sostuvieron reuniones con funcionarios norteamericanos de la
USAID y del Departamento de Estado.
Igualmente Barredo relató otros casos sobre enviados procedentes
de Letonia, quienes realizaron actividades en Matanzas y La
Habana, con similares modos de operación, pagados y preparados
por Freedom House.
En todos estos casos, estos viajeros fueron atendidos por Robert
Pontichera, el mismo funcionario de Freedom House que dio
instrucciones a los ciudadanos checos, Jan Bubenik e Ivan Pilip,
actualmente arrestados en Cuba, cuando llevaban a cabo en
nuestro país la misión que les fuera encomendada.
Tras una falsa apariencia no gubernamental, la USAID y la ANED
se convierten en intermediarias que redistribuyen las sumas
millonarias a otros grupos y organizaciones con fines subversivos,
expusieron los participantes en la Mesa.
El propio Centro para una Cuba Libre, dirigido por el
contrarrevolucionario Frank Calzón, recibió al fundarse (1998),
400
mil dólares de entrada y ha reconocido haber enviado a Cuba, en
viaje de entrenamiento, a 12 extranjeros y más de 40 000
materiales propagandísticos, ejemplificó el comentarista
de la
televisión, Reinaldo Taladrid.
La USAID, principal agencia pública norteamericana para estos
fines, se calcula que ha destinado más de 6 millones de dólares
entre 1997 y abril del 2000, para su "programa para la democracia
en Cuba", con objetivos muy precisos: "promover una transición
democrática pacífica, el respeto de los derechos humanos
y la
estimulación de esfuerzos multilaterales", añadió
el director de
Juventud Rebelde, Rogelio Polanco.
El caso Cuba, al que consideran sui géneris, es dirigido por un
Grupo de Trabajo Interagencia al cual se involucran miembros del
Consejo de Seguridad, la Secretaría de Comercio y de los
Departamentos del Tesoro y del Estado, agregó Polanco.
Otro tanto ocurre con la ANED, creada en 1983 con un presupuesto
inicial de 18 millones de dólares, una institución que ha
dirigido sus
ataques no solo a los países socialistas y aquellos de poco agrado,
sino que financia a grupos de todo el mundo en defensa tácita de
los intereses norteamericanos. De esa forma cuenta con un
programa de financiamiento para apoyar los proyectos que
promuevan "la liberación política y económica, el
fortalecimiento de
la sociedad civil, la prensa independiente y los grupos de derechos
humanos", comentó Eduardo Dimas, analista de la televisión.
Para Barredo, se trata de una institución que ha actuado como
auxiliar de las operaciones encubiertas de la CIA, ya que entre
1990-98 preparó y financió cerca de 80 proyectos de carácter
subversivo y aportó no menos de 6 millones de dólares a
programas contra la Revolución.
De modo que la política fracasada de subversión para
desestabilizar a Cuba ha estado respaldada por una danza de
millones, señaló Barredo. Una gran desfachatez, sentenció,
pues
mientras el gobierno estadounidense emplea todas las vías
posibles, violando la legalidad, para enviar dinero y sostener a esos
grupos, a la vez mantiene férreas prohibiciones sobre los
ciudadanos norteamericanos, a quienes, en virtud de regulaciones
del Departamento del Tesoro, les impiden recibir dinero del
gobierno o de nacionales cubanos, viajar a Cuba o mantener
relaciones oficiales e incluso importar productos de la Isla.
Durante la Mesa, tampoco faltaron informes detallados de algunas
de las actividades que los funcionarios de la Oficina de Intereses de
EE.UU realizan continuadamente para alentar, apoyar y facilitar la
contrarrevolución interna y contribuir de forma directa a concretar
parte de los mencionados programas.
La más reciente, ocurrida hace poco más de una semana, da
cuenta de un almuerzo realizado el pasado 15 de enero, en la
residencia de la jefa de la Sección de Intereses, al cual asistieron
13 funcionarios estadounidenses y 71 cubanos, entre cabecillas,
contrarrevolucionarios y familiares de estos. Ante ese público,
la
anfitriona hizo su acostumbrado discurso, en el cual repitió las
conocidas consignas propugnadas por el gobierno de su país con
absoluto cinismo e ignorancia de la soberanía y del orden civil
de
Cuba.
La jefa de la SINA también habló de los contactos que en
diferentes
partes del país ha tenido con miembros de los grupos
contrarrevolucionarios, los exhortó a conseguir la unidad "por los
cambios que Cuba necesita" y manifestó la disposición de
su
gobierno a luchar "contra las amenazas globales, entre ellas la
emigración ilegal".
Un encuentro que fue convocado supuestamente para conmemorar
el día de Martin Luther King y que, en verdad, poco tuvo que ver
con
los principios y la vida que animaron la lucha de ese defensor de los
derechos de las minorías, señaló Dimas, quien también
cuestionó
esa supuesta preocupación por la emigración ilegal, cuando
se
conoce que se sostiene por el estímulo de la Ley de Ajuste Cubano,
contra la cual, se ha manifestado masivamente el pueblo cubano,
más de una vez, ante el propio edificio de la SINA.
Al concluir la Mesa, el moderador Randy Alonso anunció que en el
día de hoy se proseguiría denunciando otros hechos recientes
que
son exponentes de la continuidad de la política injerencista del
gobierno de Estados Unidos contra nuestro pueblo y la Revolución
cubana.