Cientos buscan conocer su clandestino rostro
Por Laura Rivera Meléndez PRENSA ASOCIADA
SAN JUAN.- Flanqueado por cuatro Cadetes de la República, el cuerpo del líder machetero Filiberto Ojeda Ríos recibió el lunes la visita de cientos de admiradores que durante años desconocieron su rostro.
Los manifestantes se persignaban, lloraban y movían los ojos tratando de descifrar cada facción del líder del grupo clandestino Los Macheteros que por 15 años estuvo en el clandestinaje.
Ojeda Ríos murió el viernes de un disparo de un francotirador del Negociado Federal de Investigaciones, que lo buscaba por el robo de $7.2 millones a un camión de Wells Fargo en Connecticut en 1983.
Cuatro monjas, que rechazaron identificarse, se persignaron frente al cuerpo de Ojeda Ríos y lo observaron fijamente por unos cinco minutos.
"Estamos en nuestro carácter personal porque entendemos que Filiberto amó y luchó por este pueblo", declaró una de ellas, vestida de hábito color crema.
Un hombre dedicó un mensaje del libertador venezolano Simón Bolívar al líder machetero: "El que abandona todo por ser útil a su país no pierde nada, sino que gana cuanto le consagra".
El cuerpo de Ojeda Ríos, expuesto desde la víspera en el Ateneo Puertorriqueño en Puerta de Tierra, fue trasladado a pie hasta el Colegio de Abogados, donde permanecerá hasta que sea trasladado el martes a su natal Naguabo, donde será sepultado.
A su salida del Ateneo, un solitario trompetista interpretó "La borinqueña" y "Verde luz", tras lo cual cientos de personas gritaron consignas como "FBI asesino".
La comitiva fúnebre estuvo encabezada por dos Cadetes de la República que cargaban sendas banderas de Vieques y Puerto Rico, seguidos de una enorme bandera de Lares en manos de niños y jóvenes.
El ataúd fue cargado por su hijo, Edgardo Ojeda; el presidente ejecutivo del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Fernando Martín; el copresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), Julio Muriente; el ex machetero Hilton Fernández y periodistas del semanario Claridad.
El dirigente de la lucha armada por lograr que Puerto Rico obtuviera su independencia de Estados Unidos estuvo en el clandestinaje desde 1990, cuando se cortó un grillete electrónico y desapareció mientras se encontraba en espera de juicio.
El FBI había ofrecido medio millón de dólares por información que condujera a su arresto por el robo de 7.2 millones de dólares a un camión de la empresa Wells Fargo en Connecticut en 1983.
El dinero del atraco — uno de los más comentados y espectaculares en la historia estadounidense — se utilizó para la lucha por la independencia y para ofrecer regalos en comunidades hispanas pobres.
Durante sus últimos años en la clandestinidad, su labor se redujo considerablemente a dirigir mensajes escritos al pueblo puertorriqueño través de los medios de comunicación y grabados al sector independentista. En algunas ocasiones, concedía entrevistas exclusivas a algún periodista.
Durante el operativo de captura, la esposa de Ojeda Ríos fue arrestada y un agente federal recibió una herida de bala en el estómago, de acuerdo al FBI. La compañera de vida del líder machetero fue liberada el sábado luego que las autoridades federales decidieran que no se le radicarán cargos.