Gobernador con sospechas sobre irregularidades en muerte de Ojeda Ríos
SAN JUAN — El gobernador Aníbal Acevedo Vilá sentenció el sábado que sospecha que Filiberto Ojeda Ríos pudo haber muerto por no recibir atención médica tras batirse a tiros con agentes del Negociado Federal de Investigaciones (FBI), agencia a la que fustigó por llevar a cabo el operativo durante el día del Grito de Lares.
Acevedo Vilá, quien dijo sentirse "indignado" por los pocos datos recibidos del gobierno estadounidense, emplazó una vez más a las autoridades federales a ofrecer información clara sobre el operativo en el que murió el líder del Ejército Popular Boricua-Los Macheteros en una finca en Hormigueros.
"Nosotros vamos a hacer la autopsia para que de verdad se sepan las causas de la muerte. El país tiene que saber si esta persona murió en el acto o si (es cierta) la sospecha que tenemos muchos de que esta persona fue herida y por no permitirse entrar a la escena pudo haber muerto cuando, si se le hubiera dado atención, se hubiese podido salvar", dijo el Gobernador en una rueda de prensa.
Acevedo Vilá adelantó que le solicitó al Departamento de Justicia federal una pesquisa para esclarecer los sucesos, y aseveró que el gobierno local le permitirá al doctor Héctor Pesquera, copresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), estar presente en la autopsia.
Para el mandatario, no es una casualidad el hecho de que el operativo se llevó a cabo el día en que se conmemora el Grito de Lares.
"No es casualidad que hayan escogido el día del Grito de Lares para tratar de hacer el arresto o lo que finalmente pasó, que fue la muerte del señor Ojeda", dijo.
"Si el FBI utilizó esa fecha para tratar de enviar un mensaje político, me parece que mezclaron de forma equivocada el cumplimento de la ley que ellos les corresponde con asuntos políticos... yo tengo la misma sospecha de que fue altamente impropio", indicó.
El Gobernador sostuvo que fiscales del gobierno local tienen jurisdicción sobre la escena de los hechos debido a que hubo una muerte violenta, e indicó que su administración ejercerá esa potestad.
"La jurisdicción en una escena de una muerte violenta le corresponde al gobierno de Puerto Rico y nosotros vamos a descargar esta responsabilidad para que el pueblo de Puerto Rico conozca los detalles de lo que sucedió", sostuvo.
Añadió que será necesario incautar armas del FBI para hacer los análisis de balística.
Seis fiscales, incluyendo al fiscal general Pedro Gerónimo Goyco, acompañaron a siete investigadores del Instituto de Ciencias Forenses a la escena del crimen, que estuvo más de 20 horas bajo el control exclusivo del gobierno federal. El FBI le impidió el paso la noche del viernes a cuatro fiscales del gobierno estatal.
Acevedo Vilá — acompañado en una rueda de prensa por el secretario de la Gobernación, Aníbal José Torres; el secretario de Justicia, Roberto Sánchez Ramos, y el superintendente de la Policía, Pedro Toledo — cuestionó si el FBI siguió las normas de un operativo como el realizado, pero no quiso responder si la escena pudo haber sido modificada por los federales.
No obstante, alertó que "algunos funcionarios federales han querido decir que cuando entraron a la escena por primera vez entraron con los fiscales del Departamento de Justicia y eso no es correcto".
Acevedo Vilá dijo que las autoridades locales entraron a la escena por primera vez durante la mañana del sábado, y resaltó que la Policía no participó directamente en el operativo.
Aseguró que el FBI no examinará los casquillos de bala por su cuenta, sino que habrá presencia de las autoridades locales.
Sobre el hermetismo que prevaleció entre los funcionarios federales, que no ofrecieron declaraciones públicas por más de 24 horas después de comenzado el operativo en Hormigueros, el Gobernador sólo dijo: "es increíble".
Ojeda Ríos estuvo en el clandestinaje desde 1990, cuando se cortó un grillete electrónico y desapareció mientras se encontraba en espera de juicio. El FBI había ofrecido 1 millón de dólares por información que condujera a su arresto por el robo de 7.2 millones de dólares a un camión de la empresa Wells Fargo en Connecticut en 1983.
El dinero del atraco — uno de los más comentados y espectaculares en la historia estadounidense — se utilizó para la lucha por la independencia y para ofrecer regalos en comunidades hispanas pobres.
Durante sus últimos años en la clandestinidad, su labor se redujo considerablemente a dirigir mensajes escritos al pueblo puertorriqueños través de los medios de comunicación y grabados al sector independentista. En algunas ocasiones, concedía entrevistas exclusivas a algún periodista.
Durante el operativo de captura, la esposa de Ojeda Ríos fue arrestada y un agente federal recibió una herida de bala en el estómago, de acuerdo al FBI. Ya Elma Beatriz Rosado, compañera de vida del líder machetero, fue liberada.