BART JONES
Associated Press
Las Aves, Venezuela -- Todo cuento sobre piratas de los siete
mares
tiene un final. Y como por lo general, para todo filibustero
que se respete
éste se halla en el fondo del mar, fue ahí donde
un grupo de buzos
exploradores halló una flota de barcos bucaneros y embarcaciones
de
guerra francesas, hundidas hace tres siglos.
Durante una expedición de dos semanas que concluyó
el jueves, los
aventureros encontraron los restos de nueve embarcaciones --cañones,
balas y un ancla de dos toneladas de peso--, que incluyen lo
que parece
ser apenas el segundo y tercer descubrimiento de un naufragio
pirata en
el mundo, dijo el líder de la misión, el estadounidense
Barry Clifford.
Entre los restos de ``Le Terrible, un majestuoso barco tripulado
por 500
hombres y armado con 70 cañones, se halló un ancla
tan grande (cinco
metros), que los buzos puede nadar a través del anillo
de ella, además de
otros objetos que parecen ser pistolas, espadas y monedas, indicó
Clifford.
``No conozco ningún otro lugar así en el mundo,
donde se puede tener
un naufragio casi intacto'', agregó.
La noche del 11 de mayo de 1678, la flota de 35 buques de guerra
franceses y piratas que llevaban 6,000 hombres se proponía
conquistar
la isla holandesa de Curazao, cuando chocó contra un arrecife
de coral
frente a las costas de la isla venezolana Las Aves.
Hasta 18 naves se hundieron y cerca de 500 hombres se ahogaron.
Otros 1,000 murieron de hambre y enfermedades, tras ser abandonados
en la Isla de Aves, ubicada a unos 150 kilómetros de las
costas de
Venezuela. Tres meses después, barcos franceses rescataron
unos 1,500
sobrevivientes.
El desastre de la armada francesa ``cambió el curso de
historia en el
Caribe'' y creó un vacío de poder que ayudó
a extender a lo largo de
1680 a 1725 la llamada ``era dorada'' de los piratas, explica.
Clifford y Kenneth Kinkor, un experto en piratas, creen que uno
de los
sobrevivientes del naufragio fue Laurens De Graaf, un ex esclavo
holandés que fue uno de los piratas más exitosos
de la historia.
En parte, Clifford y sus buzos guiaron su búsqueda basados
en un mapa
del museo Naval de París, que fue llevado por uno de los
rescatistas
franceses. En el lugar marcado por el mapa encontraron nueve
pequeños
cañones, utilizados normalmente en las naves piratas,
y siete barriles de
madera, que pudieron haber conformado los suministros de los
piratas.
``Estoy totalmente seguro que encontramos dos barcos piratas'',
dijo
Clifford, agregando que los piratas probablemente fueron contratados
como mercenarios para ayudar en la invasión de Curazao.
Los exploradores encontraron aproximadamente 120 cañones
de bronce
de naves francesas que podrían tener un valor de varios
millones de
dólares. Algunos son tan gruesos que es imposible envolver
los brazos
alrededor de ellos. Cerca del ``Le Terrible'', aproximadamente
40
cañones están apilados como troncos de árbol.
La madera de las naves ``fue carcomida, pero todo lo demás
está allí'',
señaló.
La mayoría de los objetos están a entre uno a siete
metros de
profundidad, mientras algunos de los cañones se encuentran
sobre los
arrecifes, justo bajo la superficie del agua.
El desastre de Las Aves ocurrió cuando la flota fue atraída
al sitio por
tres barcos holandeses que dispararon sus cañones y provocaron
una
persecución que llevó a los franceses hacia los
arrecifes en medio de la
noche, dijo Kinkor.
Las embarcaciones fijaron sus anclas para evitar ser arrastradas
sobre
los filosos arrecifes, pero no lograron resistir los embates
de los fuertes
vientos y el encrespado mar. Muchas hileras de ellas todavía
son visibles.
Los exploradores vieron algunos artefactos en una visita previa
a la isla
de Las Aves en marzo pasado, pero fue en está última
expedición que
confirmaron el hallazgo.
El equipo de buzos incluyó a Maxwell Kennedy, hijo de Robert
F.
Kennedy, y los exploradores venezolanos Charles Brewer Carias,
Pedro
Mezquita y Eduardo Wallis.
Algunos pescadores locales y buzos han visto los restos del naufragio
durante años, pero éste fue el primer esfuerzo
científico en localizar e
identificar todas las naves, dice Brewer.
Los exploradores, que no removieron ninguno de los artefactos,
planean
cabildear con el gobierno venezolano para que se conserve el
sitio como
un museo bajo el mar. Aseguraron que por lo menos un grupo de
cazadores de tesoros de Florida obtuvo de las autoridades venezolanas
un permiso para extraer y vender los objetos.
El primer hallazgo de un naufragio pirata fue hecho por el propio
Clifford
en 1984, cuando encontró el buque ``Whydah'' en las afueras
de la costa
de Cape Cod, en Massachusetts.
Copyright © 1998 El Nuevo Herald