“Que hable Silvio Peña”
Entrevista Fabián Medina a Anastasio Somoza Portocarrero
Silvio Peña Rivas figura en el asesinato del doctor Pedro Joaquín Chamorro como el hombre que planificó el crimen. Dio tantas versiones de su participación que más que aclarar enredó la trama. En la indagatoria del 22 de enero de 1978 dice que “tuvo como 12 reuniones con Pedro Ramos para preparar el atentado. Que tenía apoyo de Cornelio Hüeck y Fausto Zelaya, que Juan José Martínez se había echado para atrás y que Carlos Dubón había rechazado el plan. Que el dinero lo aportaron Hüeck, Zelaya y Ramos por partes iguales”. Dos años más tarde dijo en su testimonio que fue el propio Anastasio Somoza Portocarrero quien disparó contra Pedro Joaquín Chamorro. “Somoza Portocarrero hizo dos disparos a medio metro de la ventanilla del automóvil y otros dos introduciendo una de las pistolas dentro del vehículo”. Por sus múltiples contradicciones, la prensa que cubrió el juicio lo llamó “El Mentiroso”.
Treinta años después, Anastasio Somoza Portocarrero, desde su exilio en Guatemala, cree que Silvio Peña es el único que puede despejar la incógnita que no despejó ninguna de las investigaciones que se hicieron en los gobiernos somocista y sandinista.
¿Usted participó en las investigaciones? ¿Las conoció?
Bajo ningún punto. Pero ni cerca. Primero, porque lo tenía estrictamente prohibido por el General. Segundo, porque obviamente ni con un palo de 10 varas quería tocar eso, porque hubiera sido terrible.
En esta investigación, había alguna línea en la que ustedes…
No, no. “Ustedes” es bastante amplio, porque yo no estaba involucrado en la investigación. Preguntame directamente “el General…”.
¿El general Somoza sospechó que alguien de su mismo grupo pudo haberlo hecho?
La primera reacción fue “¡quién diablos pudo haber hecho esto!” Esto es lo que más daño nos va a causar, nos ha causado, nos causaría en la vida. Eso siempre lo decía él.
Enfrentado a la terrible realidad del asesinato del doctor Chamorro la reacción del General es “esto es lo peor que me pueden hacer a mí. ¿Quién me lo estará haciendo?” Él cambia y pone a cargo de la investigación a gente que considera leales a él, porque su reacción es “¿quién armó esto?” Tenés por ejemplo al teniente coronel Rafael Gómez, que fue al que pusieron a cargo y un grupo de oficiales de esa generación, que eran incomprables, como el 99 por ciento de la Guardia Nacional.
Al general Samuel Genie lo dejan al margen de la investigación.
Es que el General puso al margen a todos los cuerpos que pudieron haber estado involucrados, que puedan haber tenido algún contacto anterior con el doctor Chamorro, porque no quería… Imaginate a la Seguridad investigando a Pedro Joaquín Chamorro. No se podía. Era mejor buscar caras frescas. Gente cuyo trabajo era “find these guys” (encontrar estos tipos).
¿Qué sucedió después de aquella reunión de caras largas en la mañana cuando le dieron la noticia?
Cada cual a su cuartel. Todo mundo a preocuparse de la rebelión que pudiera venir. Y de ahí, por ejemplo, yo en lo personal, a tratar de convertir estudiantes en personal activo para estar listo para cualquier cosa que pudiera venir, porque todos esperábamos una avalancha de protestas…
Como efectivamente sucedió.
Como sucedió. Las reacciones operativas fueron que iba a haber una avalancha de protestas y había que estar listos para proteger la propiedad privada, que era la función principal de la Guardia Nacional, Policía, si uno lo pone así.
¿Por qué el régimen de su padre no pudo presentar al autor intelectual de este asesinato?
El récord del juicio y de la investigación de la muerte del doctor Chamorro es cosa pública. Yo entiendo, cuando hacen la investigación, que en menos de 48 horas encontraron a los autores físicos del asesinato.
Porque quedó evidencia providencial. El vehículo en que se transportaban los asesinos falló y quedó tirado.
Lo que haya quedado. Pero lo encontraron. No fue una situación como muchos crímenes que han quedado sin resolver en Nicaragua. Pero sin querer poner al doctor Chamorro al mismo nivel de nadie, el autor confeso de haber armado la trama para asesinar al doctor Chamorro es un señor llamado Silvio Peña. Fue el que rehusó decir nada. Se quedó callado. Que es el hombre que sabe quién le dio la plata.
Peña lo menciona a usted, según el juez Félix Trejos Trejos que llevó el caso.
Momentito… ¿Cuándo fue el caso?
Hubo dos momentos. Uno, durante el régimen de su padre y otro en los primeros años del régimen sandinista.
En la época sandinista, ¿había alguien representándome a mí o alguno otro de los mencionados en ese juicio? ¿Teníamos abogados ahí? Nadie. Eso fue un juicio... qué quiere que le diga, usted caracterice lo que vivió en Nicaragua en ese entonces. Pero sí puedo decir que el señor Peña es quien puede responder esa pregunta directamente. Porque él sabe quién le dio la plata, cómo se la dieron, etc.
Ese mismo juez asegura…
El señor juez en tiempos del sandinismo, que no es uno de los tiempos considerados democráticos de Nicaragua...
Ese juez asegura que Peña pidió que en sus declaraciones e interrogatorios estuviese presente alguien de la familia Somoza, y que usted se había comprometido con Pedro Ramos a proporcionarle un helicóptero para la fuga de los asesinos…
¿Yo? ¿Anastasio Somoza Portocarrero? Pues, primero, a Pedro Ramos nunca lo conocí. Segundo, a Silvio Peña, que yo sepa nunca le han puesto un polígrafo. ¡Yo me ofrezco a que me pongan el polígrafo más fuerte que exista en el mundo! Tercero, el primer interesado que se sepa quién fue el infame que montó el asesinato de Pedro Joaquín Chamorro ¡soy yo! Porque a mí me la cargan. Esa cruz es algo que bajo ningún punto quiero seguir cargando. En un momento de suprema gentileza y de suprema conciencia, uno de los miembros de la familia Chamorro Barrios, en público, y con diplomáticos extranjeros presentes, dijo claramente: “Yo estoy seguro, y quiero decirlo públicamente, que ningún miembro de la familia Somoza, y mucho menos Tacho, jamás pudo haber estado involucrado en la muerte de mi padre”.
¿Quién dijo eso?
Eh… Preguntá. Que lo digan ellos.
¿Usted le ha estado dando seguimiento a este caso?
No, no…
¿Cómo sabe de la suerte de Silvio Peña?
Uno, leo LA PRENSA. Dos, por nuestro lado, como familia, tenemos un dolor muy grande que es la muerte de Marcel Pallais Checa, mi primo, en una muerte bastante nebulosa al comienzo del período de la revolución, que se dice que fue porque encontró a los asesinos de Pedro Joaquín Chamorro —del doctor, perdón— libres, y que cuando los llevó de vuelta le dijeron: “¿Y para qué me los estás trayendo?” Porque de repente yo veo que el señor Peña anda dando vueltas en Nicaragua, que está involucrado o tiene contacto con grandes empresarios, sandinistas, que llega a encontrarse con abogados de parientes míos diciendo que viene de quienes hoy en día son grandes figuras del sandinismo a ofrecer arreglos sobre un asunto de propiedad (Cementera). Para mí Silvio Peña debería estar donde debería estar, que es cumpliendo su condena.
A ver si me queda claro: ¿Usted está culpando a los sandinistas de haber participado en esto?
No me consta. Hay mucha gente que cree que fue lo que más les ayudó, porque logró que un sector de la sociedad que no quería involucrarse con ellos, los vieran como el principal vehículo para deshacerse del gobierno liberal.
En cualquiera de las investigaciones, con las deficiencias que se le puedan achacar, no hay ningún hecho o prueba que lleve a pensar eso.
No, nosotros no. La idea era averiguar quién lo hizo. A los sandinistas, por lo menos que yo sepa, no se les atribuyó, no se les pudo atribuir, no se les buscó… sinceramente no se buscó cómo halarlos hacia la muerte de Pedro Joaquín Chamorro, porque verdaderamente ese no era nuestro interés.
Pero cuando usted habla que Silvio Peña está vinculado ahora a altos personeros del sandinismo, parece un señalamiento indirecto.
No, es muy sencillo. Yo veo que después que llega el sandinismo con la revolución, que fue una revolución de todos y no sólo una revolución sandinista, comienzan a sucederle cosas a los prisioneros que estaban involucrados en la muerte del doctor Chamorro. Todas favorables. Si los sandinistas decían que su héroe era el doctor Chamorro, ¿por qué sueltan a sus asesinos?
Ellos salieron libres en el gobierno de doña Violeta, en el 95…
Correcto. Pero yo te diría que averiguaras exactamente cuándo salieron de la cárcel esa gente.
Hay quienes dicen que los Somoza no pueden estar tras ese asesinato porque no lo hubieran hecho de una manera tan burda…
No, no, no. Yo creo que fue una cosa sangrienta y trágica. ¿Burdo? Ahí tendrías que hablar con gente que es experta en asesinatos. Yo no soy. ¿Cuál es un asesinato…?
Enrique Bermúdez. Limpio.
Bueno, tenés asesinatos sonados. Tenés a Arges Sequeira, Enrique Bermúdez, al “Sapito” (Carlos) Guadamuz… Tenés varias situaciones, ni la Policía de Nicaragua que hoy en día es la mejor Policía de Centroamérica, y se la pongo a las mejores policías de América Latina, ha podido dar una respuesta.
¿Usted estaría dispuesto a someterse a una investigación si se decidiera revivir este caso?
Siempre he estado. Todas las que han hecho nunca me han notificado. Nadie ha venido a preguntarme. Nunca han querido que yo diga lo que sé. Se lo estoy diciendo a LA PRENSA porque creo que LA PRENSA es el depositario de la verdad, de las versiones de la verdad y lo hace con justicia.
Silvio Peña rinde indagatoria ante Rivas Cuadra a las 3 de la tarde del 19 de Enero.
Entre otras cosas dice: que como a las diez de la mañana de día de la muerte del Dr. Chamorro fue a la casa del Lic. Antonio Díaz Palacios, Jefe de Información del Diario Novedades, que solo estaba la esposa, que esta le dijo que mencionaban su carro en un accidente en que se decía que había perdido la vida el Dr. Chamorro. Que de allí se dirigió donde sus abuelos en Las Brisas, desde donde estuvo llamando por teléfono al coronel Bayardo Jirón Ejecutivo de la seguridad, para preguntar porque lo habían buscado en la casa de Díaz Palacios, pues la esposa de este le dijo, que lo buscaron dos agentes de seguridad allí. Que Jirón lo remitió donde Alesio, que se comunicó con el mayor Humberto Lagos y este le dijo que hablara a la oficina de José Somoza, que allí estaba Alesio.
Que se comunicó con Alesio y este le dijo que lo mandaría a traer con el Mayor Juan Bermúdez. Que se fue a esperar que lo llegaran a traer a la casa de Díaz Palacios. Que el día anterior Lunes, como a las 10 de la mañana estuvo en la casa del General Gustavo Montiel para asuntos de negocios. Que sus declaraciones anteriores las dio en la oficina del coronel Armando Parajón.
Afirma que los interrogadores le preguntaron por Cornelio Hüeck, Fausto Zelaya, Juan José Martínez, que después de los interrogatorios lo montaron en una camioneta y lo llevaron donde Luis Ocón. Que lo dejaron de presionar hasta que dijo que Ramos le manifestó que Hüeck y Zelaya estaban de acuerdo en la muerte de Pedro. Que el Mayor Bermúdez dirigía los interrogatorios. Menciona que entre Noviembre y Diciembre se ganó con Silvio Vega como 170 o 200 mil dólares. Que es cierto que en una ocasión fue a la Loma a hablar con el coronel Bayardo Jirón, pero era para un negocio de unas casas.
Relata como compró en Villa Fontana, a nombre de su esposa María Carol Román Aguilar una casa, modelo Verona, que es la # 68 que la compró en 400 mil córdobas, que dio 130 mil de prima con un dinero que tenía ahorrado. Que solo en 2 meses por gestiones a Noel Pallais se ganó 100 mil córdobas. Que el plazo del saldo para pagar la casa según la escritura era hasta el 28 de Febrero de 1978. Que el 8 de Diciembre su esposa pagó 30 mil córdobas más de la casa y el 23 de Diciembre se abonaron otros 130 mil córdobas entregándolos el mismo en Surbana, por lo que a esa fecha el saldo ya era de solo 140 mil córdobas. Que el 15 de Diciembre compró en Importadora de Vehículos de Casa Pellas un Toyota en 13, 575 córdobas, que el 30 de Noviembre había comprado en el mismo lugar un Chevrolet Nova en 28,075 córdobas.
Dice que comienza a trabajar en La P del H. el 16 o 17 de Noviembre de 77 y terminó el 15 o 16 de diciembre del mismo año. De las armas que le incautó la policía, el rifle lo compró en Noviembre y la pistola en Diciembre. Al final de su declaración cuando se le pregunta si sabe quiénes dieron muerte al Dr. Chamorro, contesta: " según las investigaciones como se venían desarrollando observo que el señor Chavarría andaba en la parte de atrás del carro Toyota que manejaba el señor Vega, pero que él los haya visto no".
Asesinato por encargo
Silvio Peña amplía su indagatoria a las 8:40 AM del 22 de Enero y dice: que tuvo como 12 reuniones con Pedro Ramos para preparar el atentado. Que tenía apoyo de Cornelio Hüeck y Fausto Zelaya, que Juan José Martínez se había echado para atrás y que Carlos Dubón había rechazado el plan. Que el dinero lo aportaron Hüeck, Zelaya y Ramos por partes iguales.
Que el plan de atentar contra el Dr. Chamorro tenía una sola línea de funcionamiento y era el de preparar un acto de tal naturaleza que la opinión pública creyera que se trataba de un disgusto común y corriente, espontaneo, sin que tuviera huella de que había sido una cosa fabricada en la siguiente forma " alguna persona se cruzase frente al automóvil del Dr. Chamorro, dejandose golpear por dicho automóvil , que esta persona iba a andar acompañada de algún familiar que le reclamase al Dr. Chamorro al momento para que en ese acto habría una discusión o disgusto que culminara con la muerte del Dr. Chamorro.
Que la secretaria de Ramos en una ocasión le entregó un sobre con 28 mil córdobas. - ésta, Lucrecia del Carmen Barahona, en declaración testifical de las 5:30 PM del 21 de Enero confirma que entregó ese sobre con dinero, que la orden la recibió de los hermanos Frutos y Juan Alvarez, cubanos que trabajaban en Plasmaféresis, que Ramos debe haber dejado esa orden -.
Que los Martínez, Concepción, Pablo y Susana estuvieron como seis días tratando de llevar adelante el atentado, que estos eran recomendados de Domingo Acevedo. Que cuando le informaron en el Restaurante Chip's de Ciudad Jardín a Acevedo de la falla de sus recomendados dijo que el Martes 10 de Enero él iba a venir a Managua para matar a Chamorro... que esa mañana Vega y Cedeño optaron por cambiar de vehículo y que Acevedo Chavarría con Vega se montaron en el carro Toyota de su propiedad, que Cedeño se montó en el Alfa Romeo y él iba en el carro Chevrolet con el hijo de Acevedo Chavarría llamado Ramón.
Que cuando el Dr. Chamorro salió de su casa, lo siguieron Chavarria,
Vega y Cedeño, que el se encontraba con el hijo de Acevedo por Montoya
cuando los vio pasar, que lograron alcanzar por los bomberos a los vehículos,
que una fila como de ocho vehículos le impedía acercarse
más, que de repente toda la fila de carros se detuvo y se oyeron
detonaciones, y como los vehículos no dejaban paso optó por
irse hacia delante por la calle paralela para saber que había pasado,
que cuando logró salir adelante, pudo observar un carro chocado
contra un poste y Vega y Chavarría corriendo sobre la calle que
iba hacia la montaña, que el hijo de Chavarría le dijo: allá
va mi papá corriendo, hay que levantarlo, que los siguieron en el
carro, los montaron y fueron a dejar a los Acevedo a León.