México --(Reuters)-- El subcomandante Marcos, enigmático jefe de la guerrilla zapatista, reapareció el jueves en el escenario político mexicano con un virulento ataque al presidente Ernesto Zedillo, a cuyo gobierno describió como el ``Cartel de los Pinos''.
El líder insurgente difundió en la sureña ciudad de San Cristóbal de las Casas un extenso documento, de 24 páginas, un día después de quebrar un silencio de cuatro meses con dos breves comunicados en que utilizó exclamaciones del ratoncito ``Speedy González'', un antiguo y revoltoso personaje de dibujos animados.
Pero en su posterior análisis sobre la situación mexicana y el estancado proceso de paz en el sureño estado de Chiapas, el subcomandante Marcos atacó duramente a Zedillo, a quien acusó de ``mancharse las manos con sangre morena [indígena]''.
``Sí, el México 98 y el México 68 no sólo coinciden en tener al frente del gobierno a un asesino con la banda presidencial cruzándole el pecho'', dijo Marcos, refiriéndose a Zedillo y al ex presidente Gustavo Díaz Ordaz, quien gobernó el país entre 1964 y 1970.
Durante el gobierno de Díaz Ordaz, en octubre de 1968, centenares de jóvenes murieron bajo la represión militar de una concentración estudiantil en la llamada ``Masacre de Tlatelolco'', cuya responsabilidad aún investiga el Congreso.
Marcos responsabilizó a Zedillo de una ``guerra de exterminio'' en Chiapas, donde su Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) encabeza una insurrección indígena desde 1994.
``Al seguir su combate personal en contra de los rebeldes zapatistas, Zedillo no sólo hizo prisionera de guerra a la paz que estaba por conseguirse, también atacó la esperanza de una paz futura'', dijo respecto del diálogo de paz entre el gobierno y el EZLN, interrumpido hace 20 meses.
``El diálogo como vía de solución de los conflictos es una de las bajas más importantes en la guerra del sureste mexicano'', añadió Marcos al advertir que ``es imposible llegar a acuerdos'' con el gobierno de Zedillo.
Marcos se refirió a los ``actuales gobernantes mexicanos'' y recordó la formación académica de la mayoría de ellos en universidades estadounidenses como las de Harvard, Oxford y Yale.
``El presente es la única historia posible para estos `chicos del pizarrón' (como los nombrara Carlos Fuentes), los `muchachos de la computadora' (como los llamara no-sé-quién), o el `Cartel de Los Pinos' (como los conocen sus socios narcotraficantes)'', dijo Marcos.
La residencia oficial de Los Pinos es el despacho de los presidentes mexicanos.
Marcos, en un irónico comunicado, puso fin el miércoles a cuatro meses de absoluto silencio en la sede de su comando guerrillero.
``!Yepa, yepa, yepa!, !Andale, ándale!, !Arriba, arriba!'' exclamó en uno de dos comunicados que emitió desde la remota selva lacandona, donde se mantienen atrincheradas las fuerzas insurgentes del EZLN.
Marcos mantuvo desde el 4 de marzo absoluto silencio, después de denunciar el virtual colapso del proceso de conversaciones de paz instaurado en abril de 1995 con el gobierno del presidente Zedillo.
Su comunicado revivió los estridentes gritos del escurridizo ''Speedy González'', un ratoncito mexicano de supersónicas correrías por la frontera con Estados Unidos, creado por la Warner Brothers como personaje central de una de sus más antiguas y célebres series de dibujos animados.
El subcomandante guerrillero firmó el documento con el alias de ``Sup Speedy González'' o ``lo que es lo mismo, `la piedra en el zapato''', dijo, y lo remitió ``al Ejército Federal Mexicano, al Ejército Guatemalteco, a la Interpol de París y al Cisen (Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional) en Polanco''.
Unos 70.000 efectivos del ejército mexicano están acantonados en la denominada ``zona de conflicto'' de Chiapas desde el 1 de enero de 1994, cuando Marcos se alzó en armas al frente de un puñado de comandantes indígenas y centenares de combatientes mayas.
Entre múltiples versiones que circularon a raíz del silencio de Marcos, algunas especularon sobre su fuga a la vecina Guatemala, su presencia en estadios de París durante el reciente Mundial de Fútbol y su convalecencia en una clínica del exclusivo barrio de Palanco en la capital mexicana.
El diario The New York Times se hizo eco la semana pasada de otra versión, según la cual el encapuchado jefe guerrillero zapatista se hallaba postrado en la selva lacandona, víctima de malaria.
Otras versiones lo dieron por muerto, pero Marcos firmó el miércoles otro escueto comunicado del Comité Clandestino Revolucionario Indígena, de la Comandancia General del EZLN, en que afirmó: ``!Zapata Vive! !Aquí sigue vuestro padre, aún no ha muerto! Zapata Vive''.
El comunicado, escrito en lengua náhuatl, aludió al legendario Emiliano Zapata, unos de los líderes de la Revolución Mexicana de 1910 e impulsor de la Reforma Agraria, de quien el EZLN tomó el nombre.
Marcos, cuyo pasamontañas lo lanzó a la primera plana de la prensa mundial como ``guerrillero defensor de los indios'', es un intelectual y poeta, instalado hace casi 15 años en las montañas de Chiapas para sumarse a un movimiento revolucionario de inspiración marxista que lo convirtió en su máximo líder.
El gobierno mexicano lo identificó como Rafael Guillén, un joven de clase media salido del oriental puerto de Tampico para formarse filósofo y catedrático de diseño gráfico en universidades de la capital mexicana.
Pero el sarcástico Marcos, un inveterado fumador de pipa de presuntos 41 años recién cumplidos, se divierte tanto con la identidad ``oficiales'' que se le atribuye como con los atributos de ``impostor'', ``cautivador'', ``excéntrico'', ``culto'' y ``guerrillero multimedia'' que sus admiradores y detractores le adjudican.
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