Fallece un prisionero político cubano
WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
El prisionero político Marcelo Diosdado Amelo Rodríguez
falleció el domingo en
un hospital de Santiago de Cuba, pocas horas después de ser
trasladado allí
con graves problemas circulatorios.
El caso de Rodríguez, de 53 años, había sido denunciado
ante la Comisión de
Derechos Humanos de Naciones Unidas y otras organizaciones humanitarias
internacionales, considerando que no estaba recibiendo la atención
médica
adecuada en la prisión.
``Lamentablemente, esta es la norma dentro de las prisiones cubanas:
que los
detenidos se mueran `de muerte natural' mientras sus victimarios esquivan
su
responsabilidad en el caso'', declaró ayer Luis Zúñiga,
presidente de la
Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FDHC).
Es el segundo prisionero político cubano que muere en prisión
este año por
motivos de enfermedad. Hace apenas un mes, Dámaso Aquino del
Pino falleció
de un infarto en la cárcel de Canaleta, Ciego de Avila.
``Estuvo siempre muy activo, haciendo denuncias de lo que sucedía
dentro de
las prisiones'', indicó Zúñiga.
El informe de Human Right Watch 2001 denunció las negativas de
tratamiento
médico a prisioneros que denuncian la situación de las
cárceles.
El activista recordó que la esposa del fallecido, Raiza Lora,
había alertado
innumerables veces sobre el precario estado de salud de Rodríguez,
afectado de
severas complicaciones circulatorias en la pierna derecha.
Rodríguez cumplía una condena de tres años en la
cárcel de Aguadores, en
Santiago de Cuba, de donde fue trasladado a las 3 a.m. del domingo
hacia el
hospital provincial Saturnino Lora. Su fallecimiento se produjo ocho
horas más
tarde.
Su entierro estaba previsto para la tarde de ayer. Familiares y vecinos
dijeron
que oficiales de Seguridad del Estado vigilaron la vivienda de Rodríguez,
en el
reparto santiaguero de Veguita de Galo, donde se efectuó el
funeral.
Rodríguez hubiera podido viajar a los Estados Unidos el pasado
17 de agosto,
pues se le había concedido visa como refugiado político.
Sin embargo, el 13 de
julio del 2000 fue arrestado y condenado a tres años de cárcel
por el delito de
``atentado'', tras participar en un homenaje a las víctimas
del Remolcador 13 de
Marzo.
En 1993 había recibido una condena de ocho años por el
presunto delito de
rebelión.
Le sobreviven su esposa y tres hijos: Franklin Fuentes Lara, de 13 años;
Marcelo Amelo Lora, de 10, y Marcelo Diosdado Amelo Lora, 9.