JAVIER BAENA
Associated Press
Bogotá -- Pese a las exhortaciones a que suspenda sus ataques
terroristas contra la infraestructura petrolera, que el domingo
pasado
ocasionaron 62 muertos, el Ejército de Liberación
Nacional dinamitó
otro oleoducto, pero esta vez no hubo víctimas sino el
derrame de 6,900
barriles de petróleo.
El sabotaje con explosivos fue ejecutado el jueves por la guerrilla
contra
el oleoducto Caño Limón Coveñas, el segundo
en importancia de
Colombia, que transporta unos 175,000 barriles diarios de crudo,
en el
municipio de Arauquita, de la frontera colombo-venezolana, a
430
kilómetros al nordeste de Bogotá, informó
el viernes la compañía estatal
Ecopetrol.
Fue el ataque número 561 contra este oleoducto de 780 kilómetros
ejecutado por la guerrilla desde su inauguración en 1986.
El ataque del domingo fue contra el Oleoducto Central de Colombia,
que
transporta unos 350,000 barriles diarios, causó el derrame
de unos
30,000 barriles de crudo liviano, los cuales se incendiaron y
arrasaron
con el caserío de Machuca, situado a 300 kilómetros
al norte de Bogotá,
donde inicialmente murieron 45 personas.
En los hospitales han muerto hasta hoy otras 17 personas, pero
se
espera que la cifra aumente pues hay por lo menos 40 heridos
en
condiciones críticas por las extensas quemaduras que sufrieron,
según
informes del Servicio de Salud del Departamento de Antioquia.
A raíz de ataque, el comité preparatorio de una
convención nacional que
a partir del 13 de febrero de 1999 iniciará negociaciones
de paz, instó al
ELN suspender los atentados contra los sabotajes contra la
infraestructura petrolera para no poner en peligro a la población
y evitar
los extensos daños ecológicos y económicos
que produce el derrame de
petróleo.
Hasta ahora no ha habido respuesta del comando de la guerrilla.
El ELN admitió que sus hombres dinamitaron el Oleoducto
Central, pero
acusaron al ejército que haberle prendido fuego al petróleo
derramado,
versión que fue descartada por los sobrevivientes y los
técnicos
petroleros, pues el estallido del oleoducto desató inmediatamente
el
incendio que provocó la tragedia.
La guerrilla propuso que una organización no gubernamental
de carácter
internacional investigara el incidente, pero el presidente Andrés
Pastrana
rechazó su propuesta y pidió al fiscal y al procurador
que asuman la
investigación para determinar quiénes fueron los
responsables de la
matanza.
El ELN ha dicho que no suspenderá su guerra terrorista
contra los
oleoductos hasta que no se logre un acuerdo con el gobierno para
modificar la política petrolera y asegurar mayores ingresos
para el
estado.
Según el gobierno colombiano, el sistema actual es benéfico
para los
intereses de Colombia.
Copyright © 1998 El Nuevo Herald