El Nuevo Herald
17 de noviembre de 1998

 Cocales esperan la paz. . . y 40,000 novillos

 CESAR GARCIA
 Associated Press

 San Vicente del Caguán, Colombia -- Mientras delegados del gobierno
 del presidente Andrés Pastrana y de las Fuerzas Armadas
 Revolucionarias de Colombia (FARC) se preparan para emprender
 negociaciones de paz, a pocos kilómetros de aquí los campesinos
 cultivan coca junto con los productos de la agricultura tropical.

 Los dirigentes y campesinos sueñan con la paz porque de ella podría
 depender que las verdes praderas y montañas de la región amazónica del
 departamento del Caquetá queden pobladas de ganado y desaparezca el
 cultivo de coca.

 ``La propuesta que le hemos hecho al gobierno y a la guerrilla es
 repoblar las tierras de la coca con 40,000 novillos'', dice Omar García,
 alcalde San Vicente del Caguán, sede de unos diálogos de paz que
 todavía no se inician, debido a que las FARC estiman que no se ha
 completado el despeje militar de 42,000 kilómetros cuadrados en el
 suroeste de Colombia.

 La solución para el Caquetá debe multiplicarse por todas las zonas del
 suroriente y el suroccidente de Colombia en donde hay 79,000 hectáreas
 cultivadas con hoja de coca.

 ¿Qué hacer con esa enorme economía ilegal de la que viven campesinos
 pobres, se nutre financieramente la guerrilla y florece el negocio del
 narcotráfico?

 Ese fue el problema que examinaron el 9 de julio pasado Pastrana y
 Manuel Marulanda, líder y fundador de las FARC cuando acordaron
 sentar las bases del proceso de paz.

 El líder guerrillero se comprometió a que su grupo rebelde, el mayor y
 más antiguo del país, ayudará a erradicar la coca si el gobierno ofrece los
 recursos financieros para crear una nueva economía sustentable para el
 campesino.

 En opinión del gobierno y los dirigentes de las zonas cocaleras, la
 solución económica es la única posible, porque fracasó la erradicación
 mediante fumigaciones masivas con defoliantes químicos.

 ``A pesar de la fumigación, los cultivos de coca siguen aumentando'',
 explica Luis Antonio Serrano, gobernador del departamento del
 Caquetá, quien exhortó al desarrollo de un plan integral de sustitución de
 cultivos y creación de una infraestructura que permita hacer rentables los
 cultivos alternativos.

 Fernando Medellín, gerente de la Red de Solidaridad Social del gobierno
 colombiano, asegura que no es posible continuar fumigando los
 pequeños cultivos porque se arrasa también con las cosechas de la
 agricultura tradicional.

 ``Los campesinos pobres tienen en promedio 50 hectáreas de las cuales
 sólo tres las destinan a cultivar coca como medio de subsistencia. Yo
 diría que ellos no son narcotraficantes, sino campesinos que no pueden
 sobrevivir con las cosechas de alimentos'', afirma Medellín.

 Agregó que el presidente Pastrana ha propuesto la creación de un gran
 fondo, con la ayuda de la comunidad internacional, para crear una
 economía de la cual pueda vivir el campesino.

 Sin embargo no se esperan soluciones a corto plazo, después de casi 30
 años en que la coca ha sido eje fundamental de la economía de zonas
 pobres, rodeadas de selva, aisladas por falta de carreteras.

 El sacerdote Miguel Serna, uno de los líderes de la comunidad de San
 Vicente del Caguán afirma que es necesario construir carreteras, porque
 actualmente sólo hay caminos que son intransitables en épocas de lluvias
 y crear una red de comercialización.

 ``El campesino cultiva el maíz, la yuca, el plátano, pero son productos
 que no tienen demanda, en cambio la coca se vende y se transporta sin
 dificultad'' explica Serna.

 Quienes viven en el Caquetá estiman que sólo un acuerdo de paz entre el
 gobierno y la guerrilla garantizará el desarrollo y la prosperidad de esta
 olvidada región de Colombia.

 ``Si hay un acuerdo entre el gobierno y la guerrilla nos beneficiamos
 todos, porque se acaba la guerra y el narcotráfico'', asegura Pedro
 Antonio Restrepo, quien ha vivido aquí los 46 años de su vida y trabaja
 en el transporte de ganado y madera, que con la coca, son los productos
 fundamentales de la economía del Caquetá.