Tony Briones Montoto: Por la senda del Che
PEDRO A. GARCÍA
Sus padres, destacados combatientes de la generación del 30, le
llamaron Tony, en recuerdo de Antonio Guiteras. Según propia
confesión, "nací y tuve que desenvolverme en una época
en que
el mundo estaba dividido en dos partes: los que tratan de subyugarlo
y los que luchan para que esto no suceda. Yo pertenecía a estos
últimos: desde pequeño, odié el abuso, la dominación".
Desde que se perpetró el cuartelazo en 1952, la madre comenzó
a
conspirar contra la tiranía. En su hogar encontraron refugio los
perseguidos por el régimen. "Ellos hablaban de derribar a Batista
y
se movían en La Habana secretamente. Jorge Agostini, por solo
mencionar a uno de los más conocidos, se escondió en la casa",
afirma Newton, el hermano menor.
"Mi hermano Tony y yo asistíamos al Instituto de La Habana, donde
habíamos ingresado en el curso 1953-1954. Aunque era un año
mayor que yo, estábamos en el mismo año de bachillerato.
Ya por
esta época comenzaban las inquietudes políticas, a pesar
de los 14
y 15 años con que contábamos. Desde luego, Tony era más
maduro, no solo por tener un año más, sino por su carácter".
EL ESTUDIANTE COMBATIENTE
Newton recuerda a su hermano "trigueño, de pelo negro, ojos
claros, anchas espaldas y sonrisa agradable, tocado por un
carácter entre alegre y serio, con un carisma que atraía
a la gente.
En el Instituto ya habíamos hecho amistades: entre ellas, Yolanda
de Armas, Urselia Díaz Báez (cayó durante la etapa
insurreccional),
quien sería su novia después.
"La dictadura comenzaba a tropezar con la incipiente oposición.
Los estudiantes de la Universidad iniciaban sus protestas, y al ser
reprimidas, provocaban ira en la población. Los del Instituto también
teníamos el mismo sentimiento. En una de esas manifestaciones,
Tony fue detenido con otros compañeros del Instituto. El hecho no
fue conocido de inmediato por la familia".
Detenido y fichado por la policía batistiana, Tony tuvo que
marcharse al extranjero. Viajó a Nueva York. Un día llegó
la noticia
de que había desaparecido. Rememora Newton: "Mamá se
desesperó un poco y comenzó a llamar por teléfono
a la familia, en
busca de una idea de lo que se debía hacer. Papá, con más
ecuanimidad y experiencia, dio otra solución: Debemos averiguar
con discreción en qué condiciones se encuentra.
"Los días posteriores trajeron nuevas informaciones sobre su
situación. Estaba en México, en un campamento del Movimiento
26
de Julio bajo las órdenes de Pedro Miret. Se había enrolado
en
Nueva York a través de Pablo Díaz, uno de los expedicionarios
del
Granma, quien había regresado a México un mes después
del
desembarco, en misión de ayuda económica. Más tarde
pasó a
EE.UU. con la misma misión y Tony fue uno de los seleccionados".
Al no producirse la expedición prevista partió a Miami, donde
otros
grupos del M-26-7 se preparaban a luchar en Cuba. La policía
estadounidense frustró esos planes y Tony Briones Montoto fue
detenido. Las autoridades norteñas decretaron una orden de
expulsión en su contra. El triunfo revolucionario del Primero de
Enero dejó en suspenso la sentencia.
EL INTERNACIONALISTA
De nuevo en la Patria, se integró a las tareas revolucionarias.
Asumió responsabilidades en los ministerios de Hacienda y
Agricultura, en el ICAIC y en el MININT. Terminó el bachillerato
y
matriculó Economía en la Universidad de La Habana.
"El último día que hablamos, yo regresaba de la quincena
de Girón",
solía recordar la madre: "Estaba muy contento y me dijo que iba
para la zafra". Yolanda de Armas también lo vio por aquellos días:
"Hablamos de cosas personales pero no me dijo nada de sus
planes futuros. Lo que sí recuerdo es que hablamos mucho sobre
el Che". A la madre de Urselia le confesó en esa época: "Cualquier
día de estos salgo a buscar al Che".
Semanas después, Antonio Briones Montoto cayó en combate
en la
playa de Machurucuto, Venezuela, el 8 de mayo de 1967, durante el
cumplimiento de una misión internacionalista. Exactamente 32
años después de la caída en combate en El Morrillo
de Guiteras y el
internacionalista venezolano Carlos Aponte. En carta de despedida
a sus hijos, Tony había escrito: "Les queda lo principal: una
Revolución. Deben ser fieles a ella como lo fue su padre".