Siglo Veintiuno (Guatemala)
18 de diciembre de 1998

David Stoll: El libro contiene una
malainterpretación de hechos históricos

Hace año y medio, el borrador del libro Rigoberta Menchú y la historia
de todos los guatemaltecos pobres, escrito por el antropólogo
estadounidense David Stoll, llegó a las manos de la premio Nobel de la Paz
1992. Así lo aseguró ayer su autor a Siglo Veintiuno, en declaraciones
dadas mediante comunicación telefónica.

El material contenía datos de entrevistas con contemporáneos y
familiares de la indígena en Uspantán, Quiché, que cuestionan la veracidad
de sus relatos plasmados en el libro Me llamo Rigoberta Menchú y así me
nació la conciencia, escrito por Elizabeth Burgos.

 Entre otras cosas, dichas personas desmienten que haya trabajado en
 plantaciones de la Costa Sur, que no fue a la escuela y que uno de sus
 hermanos murió en las circunstancias que ella describe.

 El texto contiene una mala interpretación de hechos históricos, que no
 tienen el mismo peso de un informe de una comisión de la verdad, dijo
 Stoll, quien sostuvo que su investigación puede ser corroborada en
 cualquier momento.

 El especialista tropezó con las primeras versiones de las inconsistencias en
 junio de 1989, durante una visita que realizó al municipio referido por otros
 motivos, cuando comenzó a hacer preguntas acerca del contenido del
 libro.

 En 1991 tuvo un breve encuentro con Menchú Tum en Washington, D.C.,
 en una reunión académica acerca de temas latinoamericanos. Ese año y en
 1992 regresó a Quiché. El antropólogo afirma que realizó su trabajo más
 intenso entre 1993 y 1995. No fue difícil encontrar quiénes quisieran
 hablarme del asunto, afirmó.

 El docente se reunió con Burgos en marzo de 1995, en Madrid, España, y
 escuchó por lo menos dos horas de las conversaciones entre la autora del
 libro y la dirigente étnica.

 Luego, volvió a Guatemala por breves períodos, hasta completar el
 material. En febrero y abril de 1997 solicitó una entrevista con la premio
 Nobel, pero desde la fundación le respondieron por correo electrónico que
 ella estaba demasiado ocupada para conceder citas. No obstante, le
 pedían que enviara la copia de su análisis, solicitud que cumplió hace 18
 meses, subrayó.