El Nuevo Herald
4 de noviembre de 2001

Un pueblo guatemalteco vive de remesas de EU

 EDGAR CALDERON /Agence France Fress
 TODOS SANTOS, Guatemala

 Todos Santos Cuchumatán, un poblado indígena ubicado 323 km al oeste de la capital guatemalteca, es una comunidad aislada y olvidada por las autoridades de
 gobierno, pero que intenta emerger de la pobreza con las remesas enviadas por sus familares residentes en Estados Unidos.

 La mayoría de indígenas que viven en el pueblo hablan español y mam --una de las 23 lenguas mayas, y muchos también hablan inglés. Todos ellos albergan la
 esperanza de algún día poder viajar al país del norte para mejorar su calidad de vida y aportar dinero para el desarrollo del pueblo.

 Además de sus tradicionales trajes multicolores, muchos pobladores, principalmente los más jóvenes, visten chaquetas y camisetas con emblemas de equipos de
 baloncesto o béisbol estadounidenses, y calzan zapatos deportivos de marcas famosas que les fueron enviados por sus familiares.

 Un miembro del Consejo Municipal local, Ladislao Carrillo, aseguró que el 80 por ciento de las familias que habitan el municipio de Todos Santos tiene a uno de sus miembros residiendo en Estados Unidos, aunque dijo desconocer la cantidad exacta de remesas que éstos les envían mensualmente.

 Según autoridades del Banco de Guatemala, las remesas que son enviadas por los guatemaltecos que viven en Estados Unidos superaron los $500 millones el año
 pasado.

 Carrillo comentó también que muchos de los residentes en Estados Unidos regresan al pueblo de Todos Santos para las festividades que se celebran durante de la feria patronal del 1ro de noviembre, donde destaca la tradicional carrera de caballos y la visita, al día siguiente, al cementerio local para conmemorar el ``Día de los Muertos''.

 La emigración de pobladores se generó especialmente en la década de los años 80, cuando recrudeció el conflicto armado que vivió este país durante 36 años y que finalizó en 1996 con la firma de la paz y tras dejar más de 200,000 muertos o desaparecidos, más del 80 por ciento de ellos indígenas.

 "Aquí las casas no eran de cemento, sino humildes [de madera y láminas de hierro para techo], no habían comedores, hoteles, ni bancos. Todo el desarrollo se debe al dinero que envían los familiares de Estados Unidos, porque aquí sólo se cosecha papa, brócoli y otras verduras'', comentó Juan Pablo Bautista, un habitante del pueblo.

 Todos Santos está asentado en la sierra de los Cuchumatanes, la más alta del país, y su acceso es difícil debido al mal estado de la carretera. Las calles del pueblo, sin asfaltar, levantan nubes de polvo en verano y se convierten en lodazales en el invierno.

 Aunque existe energía eléctrica, no todos los pobladores tienen acceso al servicio, tampoco hay teléfonos residenciales, salvo uno comunitario, y la cobertura de
 celulares es menos que deficiente, porque de cuatro compañías que operan en la capital, sólo una tiene alcance en áreas remotas.

 A Todos Santos se le considera un pueblo sin ley: sólo 10 policías están asignados para una población de 17,000 habitantes. El 31 de abril del año pasado, una
 muchedumbre linchó y dio muerte a un turista japonés y a un guatemalteco, ante la mirada impotente de los efectivos de las fuerzas de seguridad.

 Los mismos agentes de seguridad reconocieron la incapacidad de cumplir con su función debido a lo aislado del lugar y el poco personal con que cuentan.

 Un 69.78 por ciento de la población de Todos Santos vive en la pobreza, el 17.2 por ciento de ellos en pobreza extrema, según un informe de la Secretaría General de Planificación, mientras que en el país esa cifra alcanza al 80 por ciento de un total de 11 millones de habitantes.

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