Las FARC controlan el oro de Colombia
GONZALO GUILLEN/El Nuevo Herald
BOGOTA
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) controlan cerca
del
80 por ciento de la explotación de oro en Colombia y algo más
de la de
platino por medio de la extracción directa a gran escala y de la
extorsión a
las compañías que sacan esos metales en forma legal, revelaron
a El Nuevo
Herald investigadores especializados del Departamento Administrativo de
Seguridad (DAS), la policía secreta civil.
El comandante de las Fuerzas Militares, general Fernando Tapias, ratificó
la
versión aunque no proporcionó cifras sobre la participación
de las FARC en la
explotación de esos recursos. ''Pero sí es un alto porcentaje'',
dijo.
El producido de estas fuentes de ingresos de los rebeldes, hasta ahora
desconocidas, no ha sido
calculado con certeza por el DAS. Lo que la agencia sí sabe es que
el grupo guerrillero suele emplear el
metal para pagar la compra de armas y pertrechos. También lo utiliza
para almacenarlo en forma de
lingotes.
Las principales fuentes propias de explotación de oro de las FARC,
cuya existencia apenas comienza a
descubrirse, se encuentran en ríos amazónicos que recorren
más de la mitad del país.
La extracción la hacen con dragas flotantes de dimensiones industriales,
algunas de las cuales
recientemente fueron ocupadas por un grupo del DAS que las buscó
en desarrollo de un trabajo de
inteligencia.
Dentro de esas factorías flotantes los investigadores capturaron
libros de contabilidad y fotografías de
algunos de los guerrilleros que administraban la operación. Algunas
de las gráficas fueron cedidas a El
Nuevo Herald de manera exclusiva.
La mano de obra empleada en su mayor parte proviene de la vecina amazonia
brasileña. ''Son los
famosos garimpeiros. Ellos están entrenados para bucear entre los
ríos hasta 10 horas continuas'',
explicó uno de los investigadores del DAS. ''También hay
aventureros peruanos, venezolanos y
ecuatorianos'' debido a la vecindad amazónica con esos países.
Las barcazas más grandes trabajan ininterrumpidamente, con dos turnos
diarios de obreros que se
relevan.
El general Tapias reveló que hace cerca de cinco años comandó
una operación militar contrainsurgente
en la amazonia que permitió encontrar alrededor de 20 dragas mineras
de las FARC. Contó que los
equipos y la información recaudada fueron puestos a disposición
de las autoridades judiciales, lo que
no sirvió de nada porque la zona estaba completamente dominada por
las FARC.
Ante la imposibilidad de trasladarlos a un lugar seguro, Tapias ofreció
destruirlos pero no consiguió
aprobación de los funcionarios judiciales que asumieron el caso.
El general no duda en la veracidad de las informaciones del DAS según
las cuales existe una cantidad
indeterminada de dragas mineras de las FARC que las autoridades no han
encontrado pero su
existencia se conoce por versiones de garimpeiros, colonos e indígenas
que dicen haberlas
frecuentado.
Las pesquisas del DAS, cuyos agentes accedieron a remotos sitios de explotación
de las FARC
fingiendo ser turistas interesados en la naturaleza amazónica, descubrieron,
además, un alarmante
proceso de contaminación con mercurio en los ríos de la región,
formas de esclavismo a las que son
sometidos los indígenas, así como prostitución y alcoholismo
entre los nativos.
El comercio de mercurio no tiene restricciones en Colombia. Es utilizado
para separar el oro de la arena
fluvial y los materiales sobrantes son arrojados a las aguas.
La contaminación se refleja ''en niños indígenas nacidos
con labio leporino. También encontramos niños
sin brazos''. Los investigadores tomaron declaraciones de nativos y colonos
que hablan de peces
deformes, ''llenos de llagas'' que amenazan la alimentación de los
habitantes de la zona, explicó uno
de los investigadores.
La extracción del oro las FARC también la practican con pequeñas
plantas mecánicas flotantes de su
propia invención que denominan ``draguetas`` y su operación
también incluye la utilización
indiscriminada de mercurio.
Los ríos amazónicos que recorrió el DAS en su primera
investigación tras el rastro del oro de las FARC
fueron el Mucaya, Caguán, Guainía y Yarí, así
como las regiones de Cerro Nariz, El Venado y El
Remanso, en la comarca suroriental de Inírida. Pero ya poseen pistas
de otras zonas de explotación;
de acuerdo con las autoridades mineras colombianas, ``casi todos los ríos
amazónicos son ricos en
oro''.
El equipo de investigadores narró que intentó llegar hasta
Puerto Hormiga (departamento de
Putumayo), en límites con Ecuador, alentados por versiones que hablan
sobre la proliferación de
rústicas mesas de negocios abarrotadas de dólares y de pesos
colombianos que los compradores de
oro y pasta de coca le dejan a las FARC.
Sin embargo, gente de la zona disuadió a los agentes. ''Nos dijeron
que si no íbamos a negociar, no
saldríamos vivos'', contó uno de ellos.
La huella del oro también los llevó hasta el departamento
de Chocó, en límites con Panamá. Allí
encontraron otras formas de explotación terrestres con máquinas
de brazos hidráulicos cuyo ingreso a
la jungla húmeda más espesa de Colombia es considerada como
una proeza. Esa región contiene los
únicos yacimientos colombianos de platino, sobre los cuales las
FARC también tienen control por medio
de la explotación directa o la extorsión a quienes sacan
legalmente el metal.
Colombia desconoce con exactitud el tamaño de sus reservas auríferas,
pero ocupa el número 16 en el
contexto internacional, con una producción legal anual estimada
en 18.8 toneladas métricas, de las
2,400 que produce el mundo.
La producción nacional oficial de platino es de 411.1 kilogramos
de los 155,300 que componen la de
todo el mundo en un año.
Los mayores puntos de extracción legal de oro de Colombia se encuentran
en el nordeste del
departamento de Antioquia y sus operadores últimamente han rehusado
pagar los ''impuestos'' de las
FARC, dijo Tapias.
En la serranía de San Lucas, centro del país, el Ejército
de Liberación Nacional (ELN), segunda guerrilla
colombiana, domina los yacimientos de oro de Guanacá, de donde proviene
la mayor parte de los
ingresos de esa facción rebelde, reveló Tapias.