¿De turismo con la guerrilla?
Por: Nelson Fredy Padilla | Elespectador.com
Durante los últimos cinco años, 150 extranjeros se han
enrolado a las filas subversivas y otros 500 las han visitado en calidad
de “invitados”, según los organismos de inteligencia de Colombia.
Fenómeno creciente.
El argentino Federico José Bruno alcanzó a tomar 13 de
las 24 fotos del rollo en el que registró el combate durante el
cual murió, el 4 de septiembre de 1998, en una vereda de Tona, Santander.
Tenía 27 años de edad, 1,80 de estatura, cabello rubio, ojos
azules y le había asegurado a su familia que iba a grabar un documental
sobre el sacerdote español Manuel Pérez, entonces máximo
comandante del Eln.Cayó mientras obturaba su cámara y no
disparando el fusil de dotación, junto al comandante del frente
nororiental, Reinaldo Ardila, y 13 guerrilleros más abatidos por
el Ejército. Federico había intentado la carrera militar
en su país, sabía mucho de explosivos, pero prefirió
estudiar y graduarse en Cine y Televisión para convertirse en “el
mejor corresponsal y documentalista de guerra”, según se lee en
las cartas decomisadas entonces. Escribió: “Este país es
un infierno, pero me siento como en el cielo... estoy trabajando mucho,
no sólo en fotografía sino en computación y cartografía.
He logrado una relación increíble con los primos”...Había
investigado sobre los ex combatientes de la guerra de las Malvinas y conocido
a las Madres de la Plaza de Mayo, pero cuando descubrió la página
de internet del Eln, decidió que un filme sobre “la última
guerrilla de América” le permitiría entrar por la puerta
grande al séptimo arte. Viajó a Colombia por su propia cuenta
y le prometió a su amigo camarógrafo Ariel del Río
que apenas tuviera los contactos lo llamaría para rodar en la selva.Llegó
a Bogotá el 28 junio de 1997 en un vuelo procedente de Santiago
y luego viajó a Cúcuta, donde esperó siete meses viviendo
en un barrio periférico hasta que recibió autorización
del Eln. Los reportes consulares de su familia luego de su muerte hablan
de “uno de esos locos aventureros que nacen de vez en cuando, pero jamás
un guerrillero”.Diez años después, son evidentes las coincidencias
de este caso con el de la mexicana de 26 años Lucía Andrea
Morett Álvarez, quien sobrevivió al bombardeo del campamento
del cabecilla de las Farc Raúl Reyes. Una graduada en filosofía,
estudiante de teatro y de la “Cátedra Simón Bolívar”
que se vinculó al Movimiento Mexicano de Solidaridad con las Luchas
del Pueblo Colombiano y al Núcleo de Apoyo a las Farc-EP, que se
creó hace cinco años por iniciativa de estudiantes de la
Universidad Autónoma de México (UNAM). Ocurrió luego
de que el gobierno de ese país cerrara una oficina de esa guerrilla
dirigida por alias Marcos Calarcá.Un académico colombiano,
que terminó hace poco un doctorado en esa importante institución,
asegura que “allá es normal ver carteles y afiches promocionales
de las Farc en la Facultad de Filosofía y Letras, en la de Ciencias
Sociales y en el auditorio Che Guevara”. Dice haber visto mítines
por la extradición de Simón Trinidad a Estados Unidos y haber
hablado con mexicanos cuya tesis de grado fue financiada por las Farc,
con tal de que “su plataforma ideológica quede empastada en decenas
de libros que se pueden consultar en las bibliotecas de la UNAM”.Precisamente
los padres de la mexicana insisten en que su hija hacía una investigación
de campo para su tesis de grado sobre “teatro militante”. Esa universidad
difundió un comunicado en el que rechaza estar adscrita a tendencia
política alguna y destaca que respeta la diversidad ideológica
de sus estudiantes. El profesor Enrique Balt dijo que “el cubículo
que se les permite para que expresen sus pensamientos dista mucho de ser
una oficina de reclutamiento”.Sin embargo, documentos de análisis
de los organismos de inteligencia colombianos conocidos por El Espectador
explican que “desde que se masificó la internet y la guerrilla activó
sus frentes internacionales, el reclutamiento de extranjeros se convirtió
en una constante difícil de bloquear”.Las cifrasLa confrontación
de informes de las Fuerzas Militares, la Policía y el DAS arroja
que “durante los últimos cinco años, por lo menos 150 ciudadanos
de otros países se han vinculado a los grupos subversivos y otros
500 han ingresado al país para reunirse con estos grupos ilegales”.Las
nacionalidades detectadas a partir de registros de migración, operativos
militares en zonas de combate, seguimiento a portales de internet, interceptación
de correos electrónicos y testimonios de reinsertados e informantes,
van desde venezolanos, cubanos, ecuatorianos, peruanos, paraguayos, bolivianos,
argentinos y chilenos, hasta holandeses, daneses, suecos, escandinavos
y una ciudadana china.A todos les llegó el discurso revolucionario
a través de enlaces internacionales de la guerrilla que, en el caso
de las Farc, están en capacidad de convocar seminarios en universidades,
conseguir adeptos y hasta financiar viajes a congresos izquierdistas en
Cuba, Venezuela o Ecuador, como ocurrió con el grupo de mexicanos
que estaba en el escondite de Raúl Reyes destruido el pasado 1 de
marzo. Tanto Lucía Morett como los fallecidos Juan González
del Castillo, Fernando Franco Delgado, Verónica Velásquez
Ramírez y Soren Ulises Avilés Ángeles, participaron
en el II Congreso de la Coordinadora Continental Bolivariana en Quito,
entre el 24 y el 28 de febrero, y luego viajaron al campamento. Los chilenos
Manuel Olate y Valeska López, de la Juventud Comunista, se salvaron
porque habían salido horas antes.Las visitas permanentes de extranjeros
a las Farc quedaron confirmadas el año pasado, luego de que el Ejército
decomisó el computador de Carlos Antonio Losada, en el que reporta
cómo desde el año 2000 llegaron muchos con motivo del lanzamiento
del Movimiento Bolivariano por una Nueva Colombia en el Caguán.
Fue así que se conoció el ya famoso diario de la holandesa
Tanja Nijmeijer, de 29 años de edad, guerrillera desde 2002 y quien
ahora no sabe cómo escapar. “Ya no quiero más bla, bla, bla
sobre ser comunista... pero quién sabe si algún día
saldré de esta jungla”.A partir de este caso se estableció
que jóvenes de Holanda, Suiza, Dinamarca, España, Irlanda
y la antigua Unión Soviética han estado como “visitantes”,
mientras organizaciones no gubernamentales ayudan a que militantes destacados
de las Farc viajen a Suecia, Dinamarca y Escandinavia.Las más recientes
interceptaciones a comunicaciones de las Farc hablan de un argentino que
es ideólogo de la columna Teófilo Forero, el grupo élite
de ese movimiento, y de El Veneco, ideólogo del décimo frente
comandado por alias Grannobles, el hermano del Mono Jojoy. Igualmente se
investiga la reciente llegada de ideólogos cubanos a través
de la frontera con Venezuela, cerca de donde estarían “funcionando
campamentos clandestinos de entrenamiento, tanto de subversivos colombianos
como de civiles venezolanos”.Tendencia HistóricaLos archivos del
Ejército colombiano muestran que este fenómeno se empezó
a registrar en 1997 tras la detención en el sector de Aguablanca,
en Cali, del argentino Carlos Mario Gallo Sepúlveda, un licenciado
en historia latinoamericana al que se acusó de instruir milicias
populares del Eln, pero fue liberado por falta de pruebas. Meses después
aparece un informe del Grupo Pantera 5, que operaba en Jamundí,
Valle, se enfrentó a miembros de esa guerrilla y dentro del bolsillo
del camuflado de un hombre encontraron la cédula de extranjería
del argentino Gustavo Abel Cabezas. Tenía 37 años, había
llegado en un vuelo desde Santa Cruz de la Sierra y le había dicho
al DAS que venía de turismo. Un informante declaró que ese
año “entraron varios argentinos, chilenos y peruanos”, estos últimos
por un acuerdo con la guerrilla Sendero Luminoso. La familia envió
un mensaje en el que explicó que “Gustavo era un idealista, no un
terrorista como dice el Ejército”.La guerrilla, en cambio, ubica
la creación de sus redes internacionales a mediados de los años
70, cuando a través del M-19 organizó el Batallón
América, donde militaron guerrilleros de Centro y Suramérica
bajo órdenes de Carlos Pizarro. En las Farc, fue Jacobo Arenas quien
a comienzos de los 80 dio la orden de activar un Bloque Revolucionario
Latinoamericano y una Escuela Internacional Guerrillera.Ya en los 90 se
valieron de la globalización para crear portales de internet con
versiones en seis idiomas para captar seguidores con mensajes como “Bolívar
está en el cielo de América, calzadas aún las botas
de campaña” o “La Colombia de hoy es similar a la Nicaragua de Somoza,
a El Salvador de la junta siniestra, al Haití de los Duvalier, al
Chile desgraciado de Pinochet, al Paraguay del monarca de los brutos, a
la Argentina de los asesinos gobiernos militares. Por eso los llamamos
a luchar por estas banderas”. Y debajo aparecen centenares de mensajes
de respaldo.Una de las últimas entrevistas de Raúl Reyes
fue al canal holandés Nova, que difundió por Europa la siguiente
opinión del “canciller de las Farc”: “Me parece completamente normal
que no solamente Tanja sino otros europeos y de otras nacionalidades sean
solidarios con nuestra lucha”.Por eso no es extraño que un grupo
de muchachos daneses, reunidos desde 2006 en la organización Fighters
Lovers, vendan camisetas, afiches y música revolucionaria para enviar
dinero a las Farc. ¿Cómo evitarlo? Especialistas de las Fuerzas
Militares, la Policía, el DAS y la Policía Internacional
se han reunido para mejorar los controles fronterizos y de seguimiento
a extranjeros. El problema es que Colombia “sigue siendo un destino exótico
para muchos soñadores despistados que entran al país sin
generar sospecha”. Como en el caso del argentino Federico Bruno, sólo
se vuelve a saber de ellos cuando la familia aparece para repatriar el
cadáver embalsamado, dentro de un ataúd revestido de plomo,
como lo exigen las normas sanitarias internacionales.Otros casos notablesEl
piloto chileno Héctor Dante Becerra Salazar asumió los mandos
del avión de Avianca que el Eln secuestró cuando cubría
la ruta Bucaramanga-Bogotá, con 45 personas a bordo, el 12 de abril
de 1999. El brasileño César Caio Dias Borges desertó
de un frente amazónico de las Farc y confirmó que allí
se protegió al narcotraficante brasileño Fernandinho Beira-Mar,
capturado en 2001. Otro desertor, un ecuatoriano alias Graciano, explicó
por qué las Farc escogieron la provincia de Sucumbíos como
zona de seguridad estratégica, para esconder secuestrados, atender
heridos, reclutar nuevos militantes, adquirir armamento y evadir la persecución
en Colombia. En 2005 los irlandeses James Monaghan, Niall Connolly y Martin
McCauley, militantes del IRA, fueron condenados en ausencia a 17 años
de prisión por asesorar a las Farc en la utilización de explosivos.
En 2006 se confirmaron los nexos entre las Farc y el grupo separatista
ETA luego del viaje de alias Lucas Gualdrón al País Vasco,
entre el 13 y el 17 de junio. Hombres de ETA estuvieron en un encuentro
bolivariano en Quito, en febrero pasado. El teniente venezolano Francisco
Javier León Paolini desertó de las Farc en 1993 y confesó
cómo las surtía de armamento con la ayuda de 12 compatriotas.Sin
“canciller”Tras la muerte de “Raúl Reyes”, el llamado frente internacional
de las Farc quedó acéfalo, pero se supone que será
liderado por la ex esposa del “canciller”, Liliana López, alias
“Olga Marín”. Desde que Estados Unidos y la Unión Europea
incluyeron a la guerrilla en la lista de terroristas internacionales, las
representaciones políticas que habían formalizado en los
años 90 en una veintena de países —tan lejanos como Australia—
pasaron a la sombra para evitar capturas como la de “Simón Trinidad”,
en Ecuador, y “Rodrigo Granda”, en Venezuela. Cuba se convirtió
en su centro de operaciones diplomáticas y allí reside “Olga
Marín”. A través de los correos electrónicos contenidos
en el computador de “Reyes” se supo que Venezuela es el otro punto de encuentro
permanente entre comandantes con atribuciones internacionales como el propio
“Granda”, “Marcos Calarcá”, “Iván Márquez” y “Andrés
París”. Es un hecho que su estrategia exterior e incluso la de internet
será replanteada, porque cada vez tienen menos margen de acción
pública.