Cronologia de un rescate frustrado
Bogotá, Colprensa
A mediados de febrero de 2003, las unidades de inteligencia de la IV brigada
del
Ejército analizan algunas denuncias de informantes, que conducen
a creer que un
numeroso grupo de secuestrados por las Farc estarían siendo obligados
a
movilizarse en una amplia zona del suroccidente de Antioquia.
- Los resultados de una exploración aérea, ejecutada por
un avión plataforma,
permiten determinar a hombres bajo el mando del general Mario Montoya Uribe,
que
al menos 100 hombres de las Farc y cerca de una decena de secuestrados
están
en un improvisado campamento, constituido por cambuches, en una zona selvática,
a orillas de la quebrada Papayán, jurisdicción de Murindó
(Antioquia), entre los ríos
Murrí y Mandé.
- El general Mario Montoya, comandante de la IV brigada, entregó
la información,
de carácter confidencial, a los generales Jorge Enrique Mora y Carlos
Alberto
Ospina, quienes se reunieron con la ministra de Defensa Marta Lucía
Ramírez y le
explicaron la situación. La ministra le comunicó al Presidente
que entre el grupo de
personas localizadas se encontraba el gobernador de Antioquia, Guillermo
Gaviria y
su asesor de paz, Gilberto Echeverri, así como varios miembros de
las fuerzas
militares.
- Por orden del alto mando fueron replegados dos batallones y varias unidades
tácticas que se encontraban en dirección del campamento,
esto con el fin de no
alertar a los guerrilleros. Al mismo tiempo, en Bogotá y Medellín
los mejores
hombres de las unidades de inteligencia y estrategia militar planeaban
la forma de
llegar hasta el campamento, para ello organizaron a los hombres de la Fuerza
de
Despliegue Rápido, Fudra y las Fuerzas especiales del Ejército.
- Una nueva inspección de la Fuerza Aérea, solicitada por
el general Hernando
Alonso Ortiz, comandante del Fudra y encargado de la operación por
el alto mando,
confirmó el lugar exacto del campamento. Entre el miércoles
30 de abril y el lunes
4 de mayo, 75 hombres estudiaron la estrategia de ataque y rescate, así
como la
topografía a la que se debían enfrentar.
- El lunes 5 de mayo, el día "D" como decidieron denominarlo, muy
temprano ocho
helicópteros Black Hawk (halcones negros), acompañados de
un avión, partieron de
la base de entrenamiento de Tolemaida (en el Tolima) y aterrizaron en Río
Negro
(Antioquia), para casi de inmediato salir hacia Urrao.
- Entre 9:45 y 10 de la mañana, las aeronaves salieron de Urrao,
para cumplir su
cometido. Ya tenían determinados tres puntos estratégicos
en los cuales los
miembros de las Fuerzas especiales descenderían por sogas para luego
emprender
su desplazamiento a pie hasta el campamento.
- A las 10:15 de la mañana, en el campamento, los secuestrados hablaban
y
descansaban, cerca al río, custodiados por un número apenas
superior a ellos, en
número, de guerrilleros. Algunos como el suboficial de Infantería
de Marina, Antenor
Viellard tomaban clase de ingles, como de costumbre, dictada por su improvisado
maestro Guillermo Gaviria.
- Antes de las 10:30 de la mañana, secuestrados y guerrilleros escuchan
la
cercanía de los helicópteros. Aicardo de Jesús Agudelo
Rodríguez, alias "El Paisa",
un hombre de mal carácter, da la orden inmediata a los secuestrados
de que
vuelvan a los cambuches.
- A las 10:30 de la mañana, el mayor Padilla, avanza al frente de
uno de los tres
grupos de rescate. Lleva casi un cuarto de hora de acercamiento al campamento
sin encontrar resistencia. A pesar de la coordinación, uno de los
grupos marcha
con mayor rapidez, frente a los otros dos.
- Cerca de las 10:30 de la mañana, "El Paisa" ordena disparar. "que
ni uno sólo
quede vivo", recordó después uno de los sobrevivientes. Los
guerrilleros descargan
los proveedores de sus fusiles indiscriminadamente. Viellard, en el piso,
siente que
le cae encima el ex ministro Gilberto Echeverri. El suboficial de la infantería
de
marina se queda quieto mientras escucha como rematan con tiros de gracia
a
varios de sus compañeros de cautiverio, entre ellos al propio Echeverri.
Incluso
Viellard resiste el dolor que le causa un disparo en la pierna, con el
que sus
verdugos quieren asegurarse de que realmente está muerto.
- A las 11 de la mañana, el mayor Padilla llega al campamento y
descubre la
terrible escena de los secuestrados acribillados. Quines están heridos
y el único
ileso del ataque el sargento Viceprimero del Ejército, Pedro Guarnizo
Ovalle, piden
ayuda. El oficial a cargo de la operación llama por radio al centro
de mando
adelantado ubicado en Urrao, para dar la mala noticia.