TRAICION EN NUESTRA CASA

por Diego Trinidad, Ph.D.

El martes 5 de agosto, la Asociación para el Estudio de la Economía Cubana (ASCE), quizás la mas importante y prestigiosa organización de Cubano-Americanos y muchos otros bien reconocidos economístas en el mundo, con oficinas centrals en Washington, D.C. por los últimos 17 años, comenzó su convención annual en el Hotel Hilton del downtown de Miami.  Este año, el recién electo presidente es el internacionalmente aclamado economísta Cubano-Americano Jorge Sanguinetty, un hombre a quién admiro mucho y a quién considero mi buen amigo.  Junto con Jorge, fueron elegidos siete nuevos directores, quienes tomaron poseción de sus cargos ayer.  Desafortunadamente, uno the esos nuevos directores es Marifeli Pérez-Stable.

El lines en la noche, le escribí al Dr Sanguinetty para informarle que no asistiría a la sesión inaugural del martes debido a la reciente muerte de mi madre, por cuyo eterno descanso fue ofrecida ayer en la tarde una misa fúnebre.  Pero también le escribí a Jorge que probablemente no hubiera asistido de ninguna manera y que no renovaría mi membrecía en la organización por la elección de la Señorita Pérez-Stable como una de los siete nuevos directores de ASCE.  Mis razones, para aquellos que no lo sepan, son las siguientes:  Primero, Señorita Perez-Stable fue, por su propia admisión en su artículo publicado hoy en El Nuevo Herald, una simpatizante y colaboradora de la revolución cubana y de su régimen totalitario por mas de dos décadas durante los años 1970s y hasta finales de los 1980s.

Segundo, para aquellos que puedan inclinarse a perdonar sus ofensas debido a su juventud y a su idealísmo, ese, lamentablemente no es el caso.  Yo conocí a la Señorita Pérez-Stable cuando era una joven estudiante universitaria (pero antes que se convirtiera en una radical) y también conocí a sus padres, aunque mis propios padres los conocieron mucho mejor que yo.  En realidad, fueron muy buenos amigos tanto en Cuba como después aquí en Miami por muchos años.  Su padre, el Dr. Eliseo Pérez-Stable, fue un prominente médico en Cuba y aquí, y al final de su ilustre carrera médica llegó a ser director del Hospital de Veteranos en Miami.  Pero tristemente, los Pérez-Stables fueron ideólogos de extrema izquierda toda la vida, desde sus años en la alta sociedad de La Habana, y aparentemente le inculcaron sus ideas en la joven mente de Marifeli.

Tercero, y mucho peor, desde por lo menos 1993 (digo por lo menos porque me he enterado que años antes el notorio chantajista y autotitulado Reverendo Manuel Espinosa, la acusó de cosas similares, sobre las cuales no puedo opinar), el reconocido historiador Cubano-Americano y reciente autor del popular libro El Ataque al Moncada: Nacimiento de la Revolución Cubana, el Dr. Antonio de la Cova, distinguido professor de historia en la Universidad de Indiana, acusó a la Señorita Pérez-Stable de ser una informante pagada del temido DGI cubano, la Dirección General de Inteligencia.  El Dr. de la Cova ha documentado estas acusaciones durante muchos años.  Fueron primero dadas a conocer a las autoridades de EE.UU. por un desertor cubano, el capitán del DGI Jesús Pérez Méndez (ver http://www.latinamericanstudies.org/espionage/FIU-espionage-1993.pdf y también http://www.latinamericanstudies.org/espionage/marifeli.htm).  La Señorita Pérez-Stable ha amenazado con demandar por difamación al Dr. de la Cova y a otros que han repetido las acusaciones durante años, pero nunca lo ha hecho.  ¿Por qué no?  Quizás porque bajo las leyes de EE.UU., la verdad es una defensa absoluta contra las acusaciones por difamación.  Finalmente, la semana pasada, durante el popular programa de TV nocturno del periodísta Oscar Haza “A Mano Limpia”, el teniente-coronel de la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa de EE.UU. (DIA) Chris Simmons, el responsible de la captura de la espía convicta Ana Belén Montes hace algunos años, acusó en el aire a la Señorita Perez-Stable y otras tres personas de Miami, de ser una espía (después dijo que ya no era una espía  “activa”, lo que eso signifique).

Por todas las razones antes citadas, le pedí a mi amigo Jorge Sanguinetty, el nuevo presidente de ASCE, que demandara la renuncia de Marifeli Pérez-Stable como directora de esa organización.  Todavía mejor, le urgí a que pidiera su expulsión como directora y como miembra de ASCE.  ¿Lo hará?  Veremos.  Pero aunque no lo haga, lo cual desafortunadamente, como le previne, solo reflejará en su nueva presidencia de ASCE y en la misma organización, muy definitivamente el ultraje y la presión de la opinión pública seguramente forzarán a la organización entera a deshacerse de la Señorita Perez-Stable y su fatal presencia en ASCE.  Pero eso está en nuestras manos.  Si, ASCE es una organización privada, y para su mérito, una que no acepta dinero del gobierno, sino que depende solamente de las contribuciones de sus miembros.  Pero su membrecía esta mayormente compuesta de Cubano-Americanos.  Y tener una persona  acusada de espía  y de traidora como una de sus directoras es sencillamente inaceptable.  Yo, por mi parte, no descansaré, y nunca mas seré miembro de ASCE, mientras que, y hasta que, Marifeli Pérez-Stable sea expulsada de la organización.