Muere el último constituyente cubano
WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
El doctor Emilio ''Millo'' Ochoa, el último sobreviviente entre los 81 políticos que instauraron la histórica Constitución de 1940 en Cuba, falleció ayer en Miami a sólo una semana de cumplir los 100 años.
Ochoa murió de un paro cardíaco a las 5 p.m. en su apartamento del suroeste de Miami-Dade, rodeado de familiares. Su salud se fue apagando desde la pasada semana, aunque se mantuvo con momentos de lucidez hasta este lunes.
''Murió dormido y sin sufrir, porque Millo no sufría de ninguna enfermedad'', dijo anoche su yerno, Rafael Sosa de Quesada. ``Tuvo siempre una salud increíble''.
Sosa evocó al legendario político como ``un hombre muy familiar que dedicó toda su vida a Cuba, un hombre con un coraje extraordinario y una honestidad a prueba de bombas''.
Con la muerte de Ochoa desaparece la memoria viva de una época de fundación democrática y ejercicio constitucional en la isla. En el 2003 había fallecido Santiago Rey Perna, el otro asambleísta de 1940 que quedaba vivo.
Ochoa fue fundador de dos instituciones políticas que marcaron definitivamente los destinos de la Cuba republicana: el Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), en 1934, y el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), en 1947, de cuyas filas emergió la figura de Fidel Castro.
Nacido el 4 de julio de 1907 en Holguín, en el oriente cubano, Ochoa creció en el seno de una familia pobre junto a seis hermanos. En su juventud trabajó como despalillador de tabaco, pero nunca abandonó los estudios.
Cursó el bachillerato en la ciudad de Santiago de Cuba, y en 1937 terminó la carrera de Estomatología, ayudado monetariamente por amigos de sus tempranas luchas políticas contra el régimen de Gerardo Machado (1925-1933).
Sin dinero para poner un gabinete, ejerció como dentista ambulante por los campos de la antigua provincia de Oriente al tiempo que escalaba hasta el liderazgo del Partido Auténtico, que en 1939 lo llevó a la candidatura para la Asamblea Constituyente.
Los delegados electos en representación de 11 partidos promulgaron la nueva Constitución el 5 de junio de 1940, considerada la más avanzada de su época --desde el punto de vista social-- en Latinoamérica. La anterior Carta Magna había sido adoptada en 1901, con el nacimiento de la República.
''Fueron tres meses de discusiones fuertes, pero respetuosas .... Trabajaba todas las horas del día, dormía poco, pero hoy sigo orgulloso de esa Constitución que tomó en cuenta a todas las tendencias, incluyendo a los comunistas, y que ha sido más democrática y beneficiosa para el pueblo cubano que todas las leyes promulgadas después por Fidel Castro'', declaró Ochoa en una entrevista con El Nuevo Herald en el 2005.
Si Eduardo Chibás (1907-1951) puede ser considerado el mesías de la Ortodoxia, Millo fue sin dudas en gran inspirador, el padre, el hombre que obliga a fundar nuestra organización política'', consideró Luis Conte Agüero, un fundador del Partido Ortodoxo y amigo personal de Ochoa desde los años 40.
Conte Agüero afirmó que fue Ochoa quien realmente forzó el surgimiento de la Ortodoxia cubana en contraste con las ideas iniciales de Chibás, y ``quien supo mantener en alto el nombre del partido en el destierro''.
Para el congresista cubanoamericano Lincoln Díaz-Balart, ``Millo Ochoa será recordado como uno de los más admirables cubanos de la historia''.
''Nunca he admirado más a alguien que a Millo Ochoa'', afirmó Díaz-Balart. ``Su patriotismo, suprema integridad y transparencia, y amor al prójimo, manifestado a través de su amor al servicio, eran únicos''.
Ochoa fue senador republicano entre 1940 y 1948, fue arrestado 32 veces en Cuba por sus convicciones políticas y tomó el camino del exilio en 1960, a los 53 años de edad.
Sin embargo, se vio forzado a regresar a Cuba en 1961, luego del fracaso de la expedición de Bahía de Cochinos. Su hijo Carlos Emilio fue uno de los expedicionarios detenidos y liberados posteriormente en el canje de prisioneros acordado entre Castro y el presidente John F. Kennedy.
La familia se fue entonces a Venezuela, donde Ochoa ejerció como dentista hasta 1965, cuando vino a Estados Unidos. Fungió como profesor de Español en el Wayne State College de Nebraska (1966-69) y en un colegio católico de Chicago (1969-71) antes de radicarse en Miami.
En el exilio trabajó también como taxista, oficinista y mensajero de una compañía de bienes raíces. Hasta el 2004 permaneció trabajando a medio tiempo en el Departamento de Niños y Familias de Miami-Dade.
''Nunca tuve un centavo ni me enriquecí como político en Cuba, y aquí en el exilio sigo siendo pobre'', manifestaba Ochoa, quien vivía en un apartamento subsidiado por el gobierno para personas de bajos ingresos.
También integró como dentista el Miami Medical Team que viajó a Nicaragua en la década de los años 80 para asistir a combatientes de los ''contras'' que se enfrentaban al régimen sandinista.
Nunca dejó de pensar en el retorno de la democracia a Cuba, aunque solía ironizar sobre las pretensiones presidencialistas de sus compatriotas exiliados.
``Los cubanos tenemos el defecto de ser muy crédulos: le creemos a cualquier títere o farsante que se ponga a hablar en una emisora de radio o en una tribuna'',confesaba.
Para él, la revolución castrista no tuvo una raíz comunista sino gansteril.
Era partidario de que el postcastrismo transcurriera por vías pacíficas, restituyendo la Constitución de 1940 con las enmiendas necesarias.
Consideraba que el Partido Comunista no debía excluirse del futuro político de Cuba, ni perseguirse a quienes no hubieran cometido crímenes sangrientos.
''Lo más importante va a ser lograr la unidad de todos los cubanos'', declaró en el 2005.
En 1999, el Instituto San Carlos de Cayo Hueso le entregó la Medalla de Excelencia Nacional Cubana por su contribución a la cultura patria en la isla y el exilio. El pasado febrero, un tramo de 10 cuadras de la Calle Ocho, entre las avenidas 87 y 97, fue renombrado como Emilio Ochoa Boulevard.
Lo sobreviven su esposa, Martha Herrera, con quien contrajo matrimonio en 1986; su hija Beba, sus nietos Elsa, Rafael Emilio y Eduardo Carlos, así como siete nietos. Su primera esposa por 36 años, Domy Núñez, había fallecido en 1969. Su hijo Carlos Emilio murió en 1996.
El velorio se realizará este viernes, desde la 1 p.m. a la medianoche, en la Funeraria Caballero-Rivero-Woodlawn, en el 8200 SW 40 St., Miami.
El sepelio será el sábado en el cementerio Flagler Memorial Park en horas de la mañana.
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