Vuelven a saborearse en La Habana las inolvidables fritas
WILFREDO CANCIO ISLA
La frita cubana, considerada la versión criolla de la hamburguesa, está de retorno en La Habana.
Desde junio pasado, la cafetería adjunta al famoso Restaurante Puerto de Sagua, en el corazón de La Habana Vieja, comenzó a vender la frita en el estilo tradicional, acompañada por pan suave y malanga a la juliana.
El precio del plato: 1 CUC (24 pesos cubanos).
El establecimiento pertenece a la corporación estatal Habaguanex, presidida por el historiador de La Habana, Eusebio Leal.
Desaparecida de la memoria culinaria cubana desde finales de los años 60, la reaparición de la frita ha tenido una alta aceptación entre los habaneros y los turistas que visitan diariamente el sitio gastronómico, habilitado con siete mesas.
Aunque la novedad de la oferta ha multiplicado la cantidad de consumidores en apenas dos meses, numerosas personas se quejan del precio requerido para poder degustar un plato popular, que los más viejos compraban con centavos. El salario promedio mensual en la isla es de 408 pesos cubanos (alrededor de $17).
"Muy bonita iniciativa, muy bonito todo, pero para mi economía es un poco fuerte venir a comer fritas aquí con mi esposo y dos hijos'', comentó Rosalba Díaz, maestra de una secundaria básica en el municipio Centro Habana, en una conversación telefónica con El Nuevo Herald. "Saca la cuenta que cuatro fritas son cuatro dólares, y esa aventura no se puede correr todos los días''.
La frita tuvo una abrumadora popularidad en Cuba desde comienzos del siglo XX, al punto que el vocablo fue incluido por el sabio Fernando Ortiz en su conocido libro Nuevo Catauro de Cubanismos (1923).
Fue a raíz de la llamada "ofensiva revolucionaria'' de marzo de 1968 que La Habana y otras localidades cubanas vieron desaparecer la frita y el puesto de fritas, una verdadera institución popular a nivel de barrio.
En Miami, la frita figura en el menú de casi todas las cafeterías cubanas, con un precio que oscila entre los $2.50 y los $3.00.
Ahora el semanario oficial de negocios Opciones ha presentado el resurgimiento de la frita en Cuba como "una afrenta a las hamburguesas importadas que mucho dejan que desear al buen paladar cubano''.
La modesta operación de rescate está vinculada a un residente de Miami, el periodista Max Lesnik, quien proporcionó a la cafetería del Puerto de Sagua la receta original que dio fama al fritero Sebastián Carro Seijido en La Habana de los años 50. Lesnik llegó a tener seis puestos de fritas en La Habana en 1954 y los perdió todos en un fin de semana. "Fue mi primer y único intento como empresario'', comentó Lesnik.
Se considera que Carro fue el empresario que "aristocratizó'' la frita y llegó a ganarse una amplísima clientela familiar, respaldado por un esmerado servicio gastronómico y la calidad de los ingredientes para la confección del producto.
Según Lesnik, la fórmula del éxito es usar 60 por ciento de carne de res con 30 por ciento de carne de cerdo, y mezclar con pan viejo mojado en leche, pimentón dulce, cebolla picada y ajo. Pero la clave es servir el plato con malanga frita a la juliana en lugar de papas.
En una columna reciente, el conocido periodista cubano Ciro Bianchi Ross saludó con nostalgia el regreso de la frita: "Hoy la frita ha desaparecido del panorama capitalino. Se la tragó la hamburguesa. Pugna, sin embargo, por reaparecer (...) Ojalá cobre vida de nuevo. Por sabrosa. Por nutritiva. Por cubana''.