EFE
 PRAGA

 El disidente cubano Elizardo Sánchez Santa Cruz opinó ayer en Praga que en su país se pueden esperar cambios a mediano plazo, pues el ``castrismo'' se agota, y que incluso la clase gobernante cubana los aceptaría.

 ``Sin duda, Cuba va a estar a corto o mediano plazo en los titulares de los periódicos y yo creo que para bien'', dijo Sánchez, quien participó en la capital checa en el Foro 2000 dedicado a los derechos humanos.

 Sánchez, de 57 años, líder del grupo opositor ``Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional'' --no reconocido legalmente por las autoridades cubanas--, vaticinó que en la isla caribeña se puede esperar un proceso similar a los de Rumanía, Bulgaria o la antigua Checoslovaquia tras la caída del comunismo.

 ``Hace tan sólo 14 años, el grupo de disidentes se podía contar con los dedos de la mano. Hoy se cuentan por miles y la gran mayoría de los cubanos anhela una
 reforma. Se puede decir que toda la intelectualidad de la isla también la desea, aunque no lo diga por temor a perder el puesto de trabajo'', señaló el disidente.

 El Gobierno de Fidel Castro, que ``nos ha llevado durante años a las cárceles a mis compañeros y a mí injustamente durante años'', debe ser --dijo-- el que se encargue de iniciar el proceso de reformas modernizadoras, como en su momento lo hicieron otros Gobiernos totalitarios en América Latina e incluso en Europa.

 ``Todos los cubanos, inclusive el propio Gobierno, necesitan que les ayuden a sacudirse el modelo totalitario e iniciar un programa de reformas democráticas'', explicó Sánchez, quien reclamó la solidaridad de los países latinoamericanos y del mundo entero.

 Advirtió de que, en este contexto, ``el desgaste del Gobierno cubano es más profundo que nunca, pues ahora se trata ya de una crisis en todos los órdenes: económica, política, social, cultural e incluso de identidad nacional''.

 ``Mi impresión es que, si el próximo mes hubiera unas elecciones libres en Cuba, el Gobierno saldría derrotado, lo mismo que fueron derrotados los sandinistas en
 Nicaragua hace unos años. Y es que el pueblo seguramente votaría por el cambio. La gente está cansada y anhela más espacios de libertad y de bienestar'', declaró.

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