ELDA MACEDA
--De la redacción de Reforma
México -- ``Hemos de darnos cuenta
de que la conquista de México
suscitó un gran número de
memorias, y que si somos serios en cuanto a
la historia de este gran país, alguien
debería tratar de copiar y publicar
todos los testimonios no publicados, que
incluyen siete testimonios del
propio Hernán Cortés'', aseguró
el historiador británico sir Hugh
Thomas, en el inicio del ciclo ``Cinco
miradas británicas a la historia de
México'', en el auditorio Jaime
Torres Bodet, del Museo Nacional de
Antropología.
El autor de La conquista de México,
investigación publicada en 1993,
recordó que entre las 500 personas
que fueron a la Nueva España en
1519 con Hernán Cortés, 140
hicieron alguna declaración del tiempo en
el que participaron en la conquista; es
decir, entre el 12 y el 13 por
ciento.
Con esta información, añadió
el estudioso, quizá podremos saber un
poco más de la realidad de esa generación
fascinante, de Cortés,
Orellana, Jiménez de Quezada, hombres
que fueron hijos de soldados
pobres, de hacendados sin mucho valor,
que pasaron su niñez en
pueblos de Extremadura, de Sevilla, y de
Castillala Vieja, y que en su
juventud hicieron hazañas tan increíbles
que cambiaron al mundo más
que ninguna otra generación de europeos.
El catedrático, flanqueado por las
banderas de la Gran Bretaña y la de
México, dijo que como todos pueden
ver, ahora se interesa en la
microhistoria, cuyos materiales iluminan
al mundo.
En su disertación, que tituló
La conquista iluminada por los recuerdos de
los conquistadores, Thomas planteó
que al parecer nadie había advertido
que el libro escrito por el historiador
estadounidense William Prescott, ya
estaba desfasado.
Luego aseguró que el libro de Prescott
es una obra brillante que fue
escrita por un hombre encantador y casi
ciego, que permaneció mucho
tiempo sin un desafío serio.
Aludió después a dos fuentes
que Prescott no consultó: la primera,
derivada de la pesquisa oficial en cuanto
a las actividades de Hernán
Cortés en su residencia, y la segunda,
que se deriva de la enorme
cantidad de recordaciones de servicios
y méritos que tantos
conquistadores manifestaban, con el fin
de demostrar que eran
merecedores de reconocimiento oficial,
una vez terminada la conquista.
El historiador, que recibió la Orden
Aguila Azteca de México en 1996,
indicó que entre los materiales
que le urge ir a revisar a Sevilla se
encuentran algunos referidos a la muerte,
en 1532, de doña Catalina de
Suárez, la esposa de Hernán
Cortés.
El catedrático aseguró que
durante años algunos historiadores de
Estados Unidos han mantenido la versión
de que Hernán Cortés
estranguló a su esposa y la hizo
enterrar a toda prisa, sin investigación
precisa acerca de la causa de la muerte.
Thomas expresó que doña Catalina
de Suárez llegó a Coyoacán para el
gran desconcierto de su marido, aparentemente
porque éste tenía
muchas mujeres en su casa.
``Llevaba apenas tres meses en Coyoacán
cuando murió de modo
misterioso, una noche, tras una fiesta
de la que se fue hecha un mar de
lágrimas''.
``Yo quisiera sugerir otra versión.
El hermano de Catalina, Juan de
Suárez, viejo e íntimo amigo
de Cortés en Cuba, antes de la expedición
de México, llegó a la Nueva
España en el otoño de 1520. Cortés mandó
a Juan de Suárez por Catalina de
Suárez y esto lo narraron varias
personas'', refirió el especialista
quien tiene en su haber el premio
Somerset Maugham.
La conferencia de sir Hugh Thomas estuvo
precedida por una ceremonia
en la que el embajador británico
Adrian J. Beamish; Rafael Tovar y de
Teresa, presidente del Consejo Nacional
para la Cultura y las Artes, y
Teresa Franco, directora general del Instituto
Nacional de Antropología
e Historia, entre otros funcionarios.
Copyright © 1998 El Nuevo Herald