Fustigan el plan de emergencia de Uribe
IBON VILLELABEITIA / Reuters
BOGOTA
Grupos de derechos humanos condenaron una propuesta del presidente
electo de Colombia, Alvaro Uribe, para introducir un estado de emergencia,
calificándola de ''troglodita y dictatorial'' porque
podría aumentar abusos a los derechos humanos e intensificar la
guerra interna.
Fernando Londoño, designado ministro del Interior y de
Justicia de Uribe, dijo el viernes que el futuro mandatario planea impulsar
una reforma
constitucional que le permita establecer un estado de emergencia
para contener la violencia del conflicto interno.
Este país de más de 40 millones de habitantes afronta
una guerra interna de casi cuatro décadas en la que las fuerzas
de seguridad se enfrentan con
rebeldes izquierdistas y paramilitares de ultraderecha. La confrontación
dejó 40,000 muertos en la última década.
El estado de emergencia, conocido como ''estado de sitio'' fue
abolido por una reforma constitucional en 1991. La medida facultaba a las
fuerzas militares
para detener civiles, juzgarlos en cortes castrenses e imponer
toques de queda.
Londoño aseguró que la medida es necesaria para combatir a la guerrilla izquierdista y a los paramilitares.
''Esta propuesta es una barbaridad desde el punto de vista de
los derechos humanos. Es una propuesta troglodita que empeorará
la situación de derechos
humanos en Colombia'', dijo el director de la Comisión
Colombiana de Juristas, Gustavo Gallón.
El director del grupo local de derechos humanos CODHES, Jorge Rojas, dijo que la iniciativa pretende crear una ``dictadura presidencial''.
Uribe fue elegido Presidente por una amplia mayoría en
las elecciones del 26 de mayo después de que en su campaña
prometió mano dura para contener a
las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), aumentar
el gasto militar y duplicar los efectivos del Ejército y la Policía.
Su plan para crear una red de un millón de civiles para
que colaboren con los militares aportando información ha alarmado
a los grupos de derechos
humanos que temen un incremento de los ataques de los paramilitares
contra supuestos simpatizantes de la guerrilla.
Después de haber sido llamado un ''guerrerista'' por sus
críticos, Uribe, cuyo padre fue asesinado por las FARC en la década
de 1980, ha mostrado desde
su victoria un tono conciliador, invitando a los grupos guerrilleros
a conversaciones de paz con la mediación de las Naciones Unidas.
Al responder sobre qué derechos se verían afectados,
Londoño respondió: ``Los que sean necesarios. Todos. No hay
derechos absolutos. Haga la lista de
los derechos y libertades públicas y todos pueden tener
limitaciones para garantizar la seguridad.''
El anuncio ocurre en un momento en que Uribe se prepara para viajar a Europa para presentar su programa de derechos humanos.