Manizales --(AFP)-- El presidente colombiano Andrés Pastrana
anunció
el lunes que dialogará con los grupos paramilitares, pero
en mesas
separadas a las de las guerrillas izquierdistas.
``Una vez comencemos los diálogos con las FARC y el ELN
(Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia y Ejército de Liberación
Nacional), es nuestro propósito y nuestro interés,
en una mesa distinta a
los grupos insurgentes, iniciar los diálogos con el paramilitarismo'',
declaró el mandatario a los periodistas en esta ciudad
del centroeste del
país.
El gobernante conservador, quien ya había advertido sobre
esa
posibilidad pero sin comprometerse abiertamente como lo hizo
el lunes,
agregó que ``al fin y al cabo, es otro de los actores
de violencia''.
``Si queremos la paz en Colombia, tenemos que hacerla con todos
y
cada uno de los actores de la violencia que en estos momentos
está
viviendo nuestro país'', puntualizó en su breve
declaración a los
reporteros.
El anuncio presidencial se produjo luego de que pronunciara un
discurso
con ocasión del septuagésimo aniversario de la
fundación del comité de
cafeteros del departamento de Caldas, cuya capital es Manizales.
Pastrana se abstuvo de profundizar en su anuncio, que se produjo
dos
días después de que entrara a operar la desmilitarización
de una zona de
42,000 km2 del sur del país, mayoritariamente selvática,
para allí iniciar
un diálogo directo con las marxistas FARC.
Esa condición territorial se mantendrá inicialmente
hasta el 7 de febrero
del próximo año, y podría prolongarse dependiendo
del avance de los
diálogos, tendentes a acordar las bases de un proceso
de paz con las
FARC.
Por su parte, el guevarista ELN se comprometió recientemente
con la
sociedad civil, con el respaldo del gobierno, a adelantar entre
febrero y
octubre del año próximo, una Convención
Nacional por la Paz.
Las FARC, con 12,000 hombres armados, y el ELN con 5,000, han
advertido reiteradamente que el gobierno debe desactivar los
grupos
paramilitares y no dialogar con ellos, incluso llegando a amenazar
con
suspender el proceso pacificador que están emprendiendo,
si ello ocurre.
Los dos grupos guerrilleros consideran que a los paramilitares
no se les
debe conceder un estatus de fuerza política beligerante,
como si lo hizo
ya el gobierno de Pastrana para entrar a dialogar con ellos.
Los guerrilleros, que aseguran que los grupos paramilitares son
incentivados y apoyados por las Fuerzas Armadas para enfrentar
a la
insurgencia, han demandando al gobierno que los desactive, y
por ello
han colocado ese tema como prioritario de la agenda de los diálogos.
Los paramilitares, agrupados en las llamadas Autodefensas Unidas
de
Colombia (AUC) --que lidera el prófugo Carlos Castaño,
por cuya
captura el gobierno sigue ofreciendo el equivalente a un millón
de
dólares-- ha hecho saber públicamente que su organización
no se
abandonará las armas hasta que la guerrilla izquierdista
no haga lo
propio.
Además, tras los inicios de los acercamientos entre Pastrana
y los grupos
guerrilleros, las AUC han incrementado sus acciones violentas
en gran
parte del país, principalmente con asesinatos selectivos
y masivos de
campesinos a los que acusan de ser ``auxiliadores'' de la guerrilla.
Analistas estiman que el recrudecimiento del accionar paramilitar
está
dirigido a presionar a Pastrana para que también los tenga
en cuenta en
proceso de paz paralelo y similar, pero separado, al que está
emprendiendo con las guerrillas.
Copyright © 1998 El Nuevo Herald