ROBERTO GIUSTI
--De la redacción de El Universal
Montañas de Colombia -- El `Comandante Alexis' se precia
de que los
organismos de inteligencia no conocen, después de veinte
años de guerra
de guerrillas, ni su rostro ni su identidad.
Celoso de mostrar siquiera sus manos, más bien pequeñas
y regordetas,
el jefe máximo del Frente Domingo Laín, el más
radical del Ejército de
Liberación Nacional (ELN), nos recibe en uno de sus campamentos,
luego de un intrincado recorrido, dos jornadas de camino destapado
y un
día de ascenso por parajes montañosos y helados
páramos. Cuarentón
de aspecto fornido, baja estatura y de confeso origen campesino,
además de estar considerado como uno de los más
enconados enemigos
de las Fuerzas Armadas, también puede ser uno de los más
influyentes
jefes guerrilleros y, con seguridad, el menos conocido.
No ha participado nunca en actividades públicas y antes
que figurar en
los diálogos de paz prefiere la vida de campamento con
sus `guerrillos',
unos cuantos miles de jóvenes entre 16 y 30 años
que le siguen en sus
recorridos por lo que llama `el área de guerra de centro
oriente ABC',
una zona que comprende los departamentos del Arauca, Boyacá
y
Casanare, en un proceso de expansión que ya alcanza a
Bogotá por el
sur y los dos Santander por el norte, además de los estados
venezolanos
Táchira, Apure, Barinas y Amazonas.
A contracorriente de la atmósfera de distensión,
Alexis se pronuncia en
contra del gobierno del presidente Andrés Pastrana y advierte
que no
bajará del monte y mucho menos entregará las armas:
``En el Tercer Congreso del ELN la Dirección Nacional ha
sido
facultada para que implemente el instrumento de lucha política
que debe
insertarse en ese proceso. Pero sí queremos aclarar que
el ELN en
ningún momento ha renunciado al socialismo ni a la lucha
armada'', inicia
la conversación.
¿Cómo pueden participar en un proceso de paz si
siguen en la lucha
armada?
Para nosotros la paz no es la entrega de armas ni reinsertarnos
en la vida
civil, sino un problema de la lucha de clases con antecedentes
políticos,
económicos y culturales que deben ser resueltos. Para
ser más claros...
Primero hay que hacer la revolución y luego la paz.
Hay que buscar los mecanismos que posibiliten el respeto a los
derechos
humanos y al derecho internacional humanitario, pero no renunciamos
a
nuestros principios. Tenemos una lucha radical contra la oligarquía.
¿Esa posición no es contradictoria con la línea
de la dirección del ELN,
que convocó a un diálogo con la sociedad civil?
No hay contradicciones. Las aproximaciones con los sectores sociales
no implican desmovilización y entrega de armas.
Entonces, ¿para qué aceptan dialogar?
Para discutir sobre los problemas económicos y sociales.
Y que
trascienda el debate, porque en Colombia hay desinformación
y los
medios, al servicio de los bloques económicos, no posibilitan
una visión
transparente del proceso y la magnitud del conflicto en términos
de la
opción socialista.
Pero la impresión, luego del triunfo de Pastrana, es que
se están dando
las condiciones para un proceso de paz.
Nosotros no somos la causa de la violencia, sino consecuencia
de las
políticas antipopulares del régimen oligárquico,
al cual no le entregaremos
nada porque nada nos ha dado. Estamos por una opción política
alternativa y llegaremos hasta las últimas consecuencias
en nuestra lucha
por la revolución socialista.
Tienen cincuenta años llegando hasta las últimas
consecuencias y
mientras tanto se siguen perdiendo vidas.
EL ELN no lleva cincuenta años sino treinta y cuatro en
una lucha que
excluye el reformismo.
Entonces, ¿piensan recrudecer sus acciones de violencia?
La realidad de nuestras armas es el aparato represivo del régimen.
Se
sigue masacrando campesinos.
En Machuca fueron ustedes los que masacraron a la población.
Hay un documento del Comando Central donde se esclarece este tipo
de cosas. Igualmente la organización se ha puesto a disposición
de los
organismos internacionales para que investiguen exhaustivamente
y
establezcan responsabilidades. Pero hay muertes como la del
vicepresidente de la Central Unitaria de Trabajadores, la más
grande del
país, que demuestran cómo se ha penalizado la protesta
popular. La
bandera de este gobierno es la paz y por haber estado en las
puertas del
cielo y en las goteras (cercanías) de Casa Verde (Comando
de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas) se cree con el derecho
de atropellar los intereses populares. Este gobierno no entró
con el pie
debido, no se puede cometer errores de esa magnitud.
Pero ustedes sí pueden cometer `errores' como el de Machuca.
No es cierto que hubo un propósito deliberado del ELN.
Tenemos
pruebas de que fue el Ejército el que propició
el incendio, hora y media
después de la voladura del oleducto.
Dueños de considerables áreas, con dominio político
y recursos, uno
entendería por qué ustedes no quieren la paz.
Nosotros amamos la vida más de lo que la gente cree. La
amamos tanto
que luchamos hasta la muerte en contra del capitalismo, que está
viviendo su más grande crisis.
¿No es mezquino no haberle dado una oportunidad a Pastrana,
que llegó
con una renovada autoridad moral y una votación sin precedentes
que es
un mandato de paz?
Le repito que no somos responsables de la violencia.
Pero, ¿cómo va decir que no son responsables si
participan en hechos
de violencia?
En confrontaciones militares con el régimen, que es otra
cosa. Pastrana
gana con más de seis millones de votos porque se le ofreció
al estudiante
que votara rebaja en las matrículas para la universidad
y otras
prebendas. Se institucionalizó el voto obligatorio. Independientemente
de
quien haya sido electo, los gobernantes de este país cumplen
los
mandatos del imperialismo. No hay reconciliación posible.
Pastrana tiene una autoridad moral de la que carecía el
gobierno anterior
y cuenta con el apoyo internacional y de Estados Unidos. ¿Acaso
es eso
tan malo?
Ningún miembro de la clase política colombiana tiene
autoridad moral.
Acá se están reencauchando los delfines oligárquicos.
Si revisamos los
ministros nos encontramos con un Lloreda que no sabemos si fue
nombrado porque cumple los requisitos o porque con los 4,8 billones
destinados al Ministerio de la Defensa sacará a su grupo
económico de
la crisis y del robo que le hizo a la Caja Agraria.
Copyright © 1998 El Nuevo Herald