HAROLD BEDOYA
Un plan oculto de la guerrilla
Manuel Marulanda, quien durante muchos años engañó
a las autoridades
con el nombre falso de Pedro Antonio Marín, quien fue
apodado con el
alias de Tirofijo por su crueldad y sangre fría al disparar
y matar de un
solo tiro a miles de indefensos colombianos que no quisieron
someterse a
sus designios, quien es considerado como el terrorista más
viejo y
peligroso del mundo por cuya captura el gobierno anterior ofreció
mil
millones de pesos, y quien en los años ochenta se inició
en el negocio de
la droga con Jacobo Arenas, Rodríguez Gacha y Carlos Lehder,
hoy reo
en Estados Unidos, logró el pasado 7 de noviembre y gracias
a la
``audacia'' de nuestro presidente adueñarse de seis municipios,
de la
Orinoquia y la Amazonia en el acto más indigno y atentatorio
contra la
soberanía y la unidad nacional de que se tenga noticia.
Lo que conmovió el corazón del presidente Pastrana
para hacer
semejantes concesiones, según lo expresó a la revista
Semana el 28 de
diciembre, fue la química personal y las miradas cara
a cara y ojo por
ojo que se cruzó con Tirofijo y que le permitieron descubrir
en él su
voluntad de paz y la verdad en sus palabras.
En dicho cruce de miradas Marulanda, maliciosamente, engañó
a
Pastrana ofreciéndose a erradicar en diez años
los cultivos que él mismo
auspicia, a sabiendas de que la única solución
al problema de la
producción de narcóticos está en la destrucción
de los laboratorios, las
pistas de aterrizaje ilegales y los complejos cocaleros que ocultará
hasta
su última hora. Desconoce el presidente que la única
química que tiene
Tirofijo está concentrada en los precursores químicos
que
clandestinamente introduce a sus laboratorios para que expertos
en la
materia preparen el menjurje y lo transformen en la cocaína
más pura y
cotizada del planeta, a lo cual nunca estará dispuesto
a renunciar.
Si la estrategia de las miradas y la química presidencial
sigue dando la
tónica en las reuniones para la paz, la situación
del resto del país tenderá
a complicarse y la violencia a generalizarse por cuenta de las
FARC, sin
que haya una respuesta oficial apropiada.
Ante la alarma que está produciendo esta tragedia nacional,
Estados
Unidos ha venido periódica y sistemáticamente alertando
y
pronunciándose sobre la materia, y últimamente
ofreciendo una ayuda
militar como parte de la alianza en la lucha contra el narcotráfico.
En febrero de 1997 estuvo en el país el general Wesley
K. Clark, actual
comandante de la OTAN, quien en visita a los antiguos Territorios
Nacionales y después de enterarse de la extensión
del departamento del
Vichada y de la presencia militar en el área, le expresó
al comandante de
las fuerzas militares de Colombia: ``Estamos en el Vietnam colombiano,
ustedes son unos héroes que luchan contra las poderosas
mafias
internacionales; mientras disponen de un helicóptero nosotros
en Vietnam
disponíamos de 2,000; mientras ustedes tienen un batallón,
nosotros
disponíamos de 5 divisiones helicoportadas con comunicaciones
satelitales''.
Este general gestionó ante el gobierno y el congreso de
su país la
autorización para la venta de 12 helicópteros Black
Hawk,
pertenecientes al ejército estadounidense; de estos aparatos,
el gobierno
sólo adquirió siete, y el resto del dinero lo invirtió
en helicópteros MI de
fabricación rusa, con una de las tecnologías más
obsoletas del mundo y
afectando la escasa movilidad del ejército colombiano.
Ahora, el gobierno estadounidense, ante la amenaza que se cierne
contra
el país, la región y Estados Unidos, exigió
la desmovilización de las
FARC para apoyar el Plan Marshall y decidió la inversión
de algunos
recursos para equipar y dotar una pequeña fuerza militar.
Pareciera que el Plan B de contingencia corriera por cuenta de
los
estadounidenses, pues en Colombia sólo se ve para el ejército
y las
fuerzas militares más y más recortes presupuestales,
desmovilización,
suspensión de cuarteles, y grandes limitaciones en los
servicios básicos
de salud, moral y bienestar. También pareciera que el
Plan B estuviera
por cuenta de Tirofijo, quien con recursos ilimitados --provenientes
del
narcotráfico-- está adquiriendo aceleradamente
armas, equipos,
municiones, con el fin de seguir desestabilizando el estado de
derecho y
fragmentando la unidad nacional.
General retirado, fue jefe del estado mayor de las fuerzas armadas
de
Colombia y candidato a la presidencia.
© El Tiempo (Santa Fe de Bogotá)
Copyright © 1999 El Nuevo Herald