Por Eduardo Davis
RÍO DE JANEIRO -- Las redes de prostitución infantil en Brasil,
que operan
hasta en Internet, encuentran su caldo de cultivo en una inmensa pobreza,
que
lleva a algunas niñas a ofrecer "favores sexuales" a cambio, por
ejemplo, de una
bicicleta.
El número de niñas prostitutas existentes en la inmensa geografía
brasileña es
incierto y casi imposible de precisar, pero se las puede ver en Río
de Janeiro, en
las playas de Fortaleza -en el litoral del nordeste del país-, y
hasta en las
anárquicas minas de oro del norte, en la frontera con Venezuela.
Esa realidad "triste y cruel", según las propias autoridades, tiene
también su cara
"virtual".
La policía ha comenzado a investigar la posible existencia de redes
locales que
colocan escenas de sexo protagonizadas por niñas en Internet.
El diario "O Globo" reveló este domingo, que las investigaciones
darán
continuidad a las realizadas hace dos años por la Interpol, que
en una operación
bautizada como "Catedral" logró desarticular algunas de las bandas
internacionales de pornografía infantil que utilizaban la popular
red informática.
Según el periódico, Brasil estaba entonces en la lista de
"países sospechosos"
elaborada por la Interpol, pero una "fuga de información" perjudicó
el seguimiento
que se estaba realizando en el país.
Ahora, el Ministerio Público del estado de Río de Janeiro
se propone retomar esa
investigación, tras comprobar que esas mafias han vuelto a operar
en la red
informática.
La actividad a través de Internet es tal que, el pasado día
14, una página "web"
ilegal con fotografías eróticas de 36 niñas fue insertada
en los supuestamente
seguros sistemas del Ministerio de Ciencia y Tecnología y del Instituto
Nacional
de Investigaciones Espaciales.
Pero más allá de la virtualidad en que opera la pornografía
infantil en el país más
poblado de América Latina, existe una realidad alarmante, que se
expande por
todo el mapa brasileño y que ha convertido a ciertas zonas en puntos
privilegiados
dentro de las rutas del llamado "turismo sexual".
Una de ellas es el estado de Ceará, en el semidesértico y
deprimido nordeste, que
según comprobó una investigación realizada por el
canal de televisión "Globo
News", es ahora un centro de turismo y no sólo por sus exóticas
playas.
Imágenes grabadas por dicho canal en la avenida Beira Mar, la principal
de
Fortaleza, capital de dicho estado, demostraron esta semana cómo
la prostitución
infantil se ha convertido en uno de los "atractivos" de la zona.
Según entrevistas realizadas por "Globo News", algunas de esas niñas
de entre
once y quince años incluso han contraído matrimonio con extranjeros,
quedado
embarazadas y abandonadas a su suerte poco tiempo después, en medio
de su
enorme pobreza.
Una de esas niñas, que dijo tener once años de edad, confesó
que en una ocasión
aceptó dirigirse a la habitación de un hombre de unos sesenta
años a cambio de
una bicicleta.
Según la investigación de "Globo News", en Fortaleza también
se ha comenzado a
sospechar de la posible actividad de "mafias", posiblemente vinculadas
a
organizaciones delictivas italianas, que estarían utilizando la
ciudad como centro
para el "lavado" del dinero producido por sus actividades.
La forma en que la pobreza incide en ese problema también se puso
al
descubierto con un hecho ocurrido esta semana en el estado de Goiás,
donde está
situada la capital federal del país, Brasilia.
En la localidad de Goiana, capital de ese estado, un artista plástico
famoso en la
zona por sus pinturas sacras, fue acusado de haber inducido a la prostitución
a
quince niñas, con las que, al parecer, mantenía relaciones
sexuales a cambio de
unos pocos centavos.
"Les pagaba uno o dos reales (poco más de un dólar) por los
contactos íntimos y
además ellas posaban desnudas para sus cuadros", declaró
el procurador de
Justicia de Goiana, Demóstenes Torres, respecto a las presuntas
actividades del
pintor Omar Souto.