Capítulo III: Nueva Ruta
Manolo se sentia un tanto frustrado en sus empeños patrióticos a los que habia dedicado trabajo y esfuerzo que en definitiva lo habian conducido al punto cero sin haber logrado ninguna de sus aspiraciones civicas y sin que el problema de la Patria hubiera alcanzado ninguna mejoria o en el futuro hubiera alguna fundada esperanza de liberación o algun esfuerzo personal que pudiera representar un beneficio de caracter colectivo.
Cuan lejos se sentia Manolo de sus primeras impresiones al decidirce a luchar con las organizaciones, habia una feroz lucha por "aparecer" no por "ser". Todos querian decir que estaban haciendo cuando no se hacia nada y los que estaban dispuesto a "hacer", confundian el camino, se preparaban para la tarea infecunda y al sacrificio inutil y tal vez contra producente..
Los años habian pasado y debia pensar un poco en si mismo, en su futuro, en una existencia provechosa y tranquila. Si, ahí estaba el camino inmediato y la ocación era propicia porque estaba terminando su licenciamiento en Biologia y se preparaba para su ingreso en la Escuela de Medicina. Tal vez tenian razón los que pensaban que estaba malgastando su tiempo inutilmente, tal vez debia seguir los consejos de los que le querian y le aconsejaban que pusiera todo su empeño en la Medicina donde le pronosticaban un futuro brillante en el campo profesional y muy provechoso desde el punto de vista económico..
Manolo estaba en ese estado de animo cuando recibió la visita de un antiguo amigo que no veia hacia tiempo. El amigo era un luchador por la libertad de Cuba y un partiota al que Manolo respetaba por sus meritos dentro de la comunidad cubana y la rectitud de sus principios. Era evidente que el recién llegado tenia algo importante que decir, porque despues de los saludos y referencias familiares, el amigo estaba visiblemente preocupado y pensativo. Al fin le dijo: Manolo, tengo algo muy importante que hablar contigo, si no tienes tiempo ahora, me dices cuando puedo verte para hablar tranquila y largamente.
Has llegado en el momento oportuno, le respondió Manolo, porque no tengo nada que hacer ahora ni compromisos para el resto de la noche. El amigo empezó lenta y cautelosamente:
Manolo, le dijo, tu perteneces a una organización anticastrista. Efectivamente, fue la rápida respuesta..
¿conoces tu a todos los miembros de esa organización? fué la siguiente pregunta.
Bueno, respondio Manolo, Creo que si.
¿Que concepto te merecen? Fué la siguiente pregunta.
El mejor. Fué la respuesta; y añadio: son jovenes patriotas, profundamente motivados, abnegados, trabajadores, inteligentes.. .
El amigo le interrumpio, ¿Sabes tu que esa organización esta infiltrada por elementos Castro-comunistas?
Manolo se rio francamente de lo que escuchaba y le respondió: ¡Tu estas loco de remate!
¡Desdichadamente no lo estoy! Fue la amarga respuesta y si pones en tela de juicio lo que te digo, pide una entrevista y habla con este señor. Mientras conversaba sacaba lentamente de su cartera una tarjeta de visita y se la entregaba a Manolo. Poco despues se despedia y se marchaba dejando a Manolo en un mar de confusiones.
¿Era cierto lo que le habia dicho su amigo? se preguntaba. De ser cierto ¿Quien o quienes eran los infiltrados? Examinaba uno a uno a sus compañeros y ninguno parecia sospechoso.
Ahora se sentia culpable de su ignorancia. ¿Porque no habia hecho mas preguntas a su amigo? Seguro que el sabia mas de lo que habia dicho. Además, el amigo le habia dicho que tenia mucho que hablar y necesitaba tiempo, sin embargo, se fue mas pronto de lo que pensaba porque Manolo quedó tan sorprendido que la mente se le puso en blanco. Seguro que observó su turbación, su desconcierto y prefirió dejarlo solo para que asimilara el impacto de la noticia.
¿Porque ha venido a perturbarme cuando yo me encontraba tranquilo? se preguntaba. Por otra parte, ya yo he decidido alejarme de la organización, entonces, ¿Que me puede interesar si es verdad o mentira esa noticia?
Pero, ¿Porque habia venido a verlo aquel amigo? ¿Estaba la causa de Cuba en peligro y necesitaban de su cooperación? En ese caso, podia o debia el negarse a escuchar lo que seguramente la tercera persona podia informarle. ¿Acaso su amigo pensaba que el infiltrado Castro-Comunista era él? ¿Que habia detrás de todo aquello?
Ya Manolo habia perdido nuevamente la tranquilidad y se sentia en estado febril. Estaba en la exitación y extrema tensión en que le gustaba poner a sus nervios. Tal vez sin saberlo el disfrutaba de un gozo morboso que lo inclinaba hacia la situación singular, hacia el peligro, hacia el punto neurálico de la confrontación, Tal vez necesitaba probarse a si mismo que el era capaz de afrontar las situaciones mas dificiles y salir de ellas airoso.
Ya las organizaciones contra-revolucionarias habian quedado atrás. Ahora solo pensaba en el problema de la infiltración, en las personas envueltas en esa traición, en la tarjeta que le habian dejado y en la que aparecia el nombre de Brackenhouse.
Casi instintivamente, olvidandose de todo lo que habia dicho, pensando y planeado antes, como respondiendo a un implulso irresistible, superior y dominante de su conducta se dirigio al telefono y concertó una cita con Mr. Brackenhouse.
La entrevista se celebró en un edificio de apartamentos de la calle Western, en la parte norte de Chicago. Mr. Brackenhouse resulto ser un hombre de unos 50 años de edad, demasiado grueso para su edad y estatura pero de un aspecto agradable, de hablar pausado, de bien timbrada voz, de maneras corteses y reposadas. En la conversación se enteró que sabia todo lo relacionado con su persona, con sus actividades, con su pensamiento politico y aspiraciones.
Le hablo de la identidad de sus ideales con los Estados Unidos y los restantes pueblos libres del mundo. De la necesidad de unirnos para luchar contra el enemigo común. De la responsabilidad que todos tenemos de sacrificarnos por los principios de la civilización occidental y cristiana en la que hemos vivido y la que esta en peligro por los avances del totalitarismo ateo que nos amenaza en los Estados Unidos y que ya habia ocupado militarmente a su Patria. En lineas generales y sin entrar en detalles, le explicó el problema de la infiltración comunista y agregó un nuevo elemento, que esa infiltración estaba ligada al tráfico de drogas como medio de adquirir divisas por el gobierno comunista de Cuba, al mismo tiempo que contribuía a la degradación de la juventud americana, alejandola de sus deberes civicos para desmoralizarla y ponerla ante el mundo como, ejemplo de nuestra decadencia. Con palabra fácil y rigor lógico, le señalaba que la única forma de liberación para Cuba estaba en la incorporación valiente y decidida de la juventud en la batalla por la libertad y que el estaba en la privilegiada posición de poder cooperar para demostrar que los narcóticos vienen a traves de los infiltrados comunistas que actuan en las asociaciones revolucionarias contrarias al Castro-comunismo, pero que desde dentro estan al tanto de sus actividades, provocan actitudes contra los Estados Unidos al tiempo que incrementan el tráfico de drogas.
No quería Mr. Brackenhouse que Manolo decidiera en el momento.
Quería simplemente que meditara sobre sus deberes con este Pais
y con el suyo; sobre la importancia de incorporarnos, completa y decididamente
a esta cruzada por la libertad amenazada; sobre el peligro de infiltración
comunista en lo político, dentro de las organizaciones revolucionarias
y tambien en el trafico de drogas. Que tomara toda una semana para pensar
en lo que le decia y que si quería cooperar, lo
visitara la próxima semana en su oficina.
Brackenhouse no le informó a que dependencia del gobierno pertenecia ni cual seria especificamente la cooperación, pero Manolo creyó que se trataba de la C.I.A. y que la tarea seria luchar contra la infiltración comunista en este Pais.
Manolo tenia nuevamente que tomar una decisión a pocos dias de haber creido que habia decidido de una vez y para siempre el curso de su vida futura. Meditaba sobre el nuevo conflicto que se le presentaba y que debia decidir. Habia una absoluta incompatibilidad entre sus estudios de Medicina y la labor que se le ofrecia de manera que era necesaria una nueva evaluación de la situación existente y una nueva decisión, por penosa que resultara.
Una y otra vez su vida era una bifurcación entre lo individual y lo colectivo y siempre se presentaban como polos opuestos e irreconciliables. Ahora volvia a las preguntas y a la búsqueda de la mejor respuesta, la que mas se ajustara al curso de su vida, de su situación, de la época que le toco vivir, de los acontecimientos que rodeaban su existencia y lo golpeaban con fuerza arrolladora.
Un individuo no es solo un hombre, pensaba, es un pasado que lo inclina con sus fuerzas atávicas, es una historia una literatura, una filosofia de la vida que trae del hogar; son elementos telúricos que le afectan a veces en diferentes direcciones, como en su caso de refugiado politico, es una linea proyectada hacia el futuro que puede cambiar de técnicas, pero para que sea honrada y consecuente consigo, necesita proyectarse en la misma dirección, con firmeza en el proposito, con decisión en el caracter.
Una vez establecidas estas premisas, Manolo se pregunto: ¿Quien soy, de donde vengo y hacia donde voy?
Las respuestas vinieron a disipar las dudas, a señalar el camino a hacer mas fácil la decisión a tomar.
Manolo era un cubano refugiado que habia llegado a este Pais desafiando al comunismo en Cuba. Tal vez la decisión la tomaron sus mayores porque llego siendo un niño, pero el una y mil veces habia ratificado aquella decisión como correcta y como la misma que hubiera tomado para si y para su familia.
El camino de su vida era una linea encaminada consistemente al regreso, a una Patria liberada del comunismo; a un sistema donde se respete la dignidad del hombre, donde el soberano sea el pueblo y el gobierno la ley. A un sistema con igualdad de oportunidades para todos a fin de que no quede una aspiración que no pueda realizarse por el camino del trabajo constructivo y el servicio del gobierno al bien comun.
Habia llegado a estas playas acogedoras para conseguir fines colectivos
del Pueblo de Cuba y no sus fines personales. Consiguientemente, dejaria
sus estudios de medicina e iria a la entrevista con Mr. Brackenhouse. Para
bien o para mal, habia tomado su decisión: aplicaría para
ingresar en el gobierno si as¡ se lo pedian; Se sentia tambien orgulloso
de ser americano, y lo era por convicción, por verguenza, por dignidad
a plena responsabilidad.