Capítulo I: Los Inicios
El comunismo entra en toda clase de pactos y transaciones con los partidos políticos democráticos. En esa etapa es facil tratar con ellos, se muestran flexibles, razonables, condescendientes y parecen sinceros al no exigir mucho a cambio de su cooperación: solo muestran interes en dos ministerios: el de la policia y el de la publicidad. La policia para usar la fuerza, la publicidad para explicar porque es necesario, imprescindible y patriótico el uso de esa fuerza y su absoluto control. En Cuba lo primero fue destruir el ejercito como institución, con el argumento de que no era necesario, pero al mismo tiempo, creando una milicia enorme para enfrentarla al Ejercito Constitucional y al Ejercito Rebelde, en el que no habia confianza porque no habia sido debidamente adoctrinado.
Después del Ejercito y la Prensa, el próximo paso fue la educación. El maestro dejo de ser educador para convertirse en un adoctrinador encargado de forzar en las mentes infantiles los principios totalitarios, la supremacia del Estado y del Partido así como su capacidad infalible para resolver todos los problemas, para matar todas las aspiraciones. Al iniciarse en las escuelas el adoctrinamiento masivo de los jovenes, los padres, sin previo acuerdo pero también en forma masiva, empezaron a dar a sus hijos clases hogareñas en las que explicaban la falsedad de los argumentos comunistas y la verdad sobre el sistema democrático, el totalitarismo, la Rusia Soviética y los Estados Unidos de America. La guerra era encarnizada y violenta: de una parte la escuela con su adoctrinamiento materialista, ateo y negador de todos los valores; de otra el hogar defendiendo los principios democráticos, la religión y los valores de nuestra civilización occidental y cristiana; el campo de batalla eran los jovenes, que serian los hombres de mañana y dueños del porvenir democrático o totalitario.
Por esas razones conocian estos jovenes del exilio lo que estaba pasando; sabian que la guerra se habia iniciado en nuestro Hemisferio; -estaban perfectamente enterados de que el, objetivo eran los Estados Unidos y ellos habian tomado parte a su lado. Ya se sentian combatientes y soldados de esta gran batalla por la libertad, por la dignidad del Hombre, por la Soberania Popular, por la Libre Empresa que eran los principios de la República de Marti y la de Washington. Es por ello que los jóvenes que llegaban de Cuba estaban politicamente motivados; venian a este.
Pais no como inmigrantes, sino como Refugiados Politicos, como un aliado que esta peleando la misma batalla y toma un descanso para reabastecerse en la casa del hermano de ideales y regresar para seguir pelean do por la causa común.
Venian de la vorágine politica donde se peleaba por la dignidad y se pagaba con la vida la defensa de los principios democráticos representados por los Estados Unidos.
Habian dado recias batallas por la Libertad en escuelas, institutos y Universidades donde se les habia acusado de "vendidos al imperialismo yanqui" porque se oponian al comunismo. Habian participado en manifestaciones y luchas callejeras; habian asistido a la iglesia desafiando la critica oficial y la burla de los compañeros de clase adoctrinados por el comunismo. Ya sabian de persecuciones, de luchas clandestinas, de hombres luchando por las libertades, del alineamiento de las fuerzas para la lucha por la democracia y se sentian, en cierta forma veteranos de esa lucha, aun cuando la participación material habia sido poca por la edad de los primeros refugiados.
Esperaban encontrar aqui un pleno conocimiento de la batalla que se libraba; del peligro que representaba para los Estados Unidos un enemigo declarado y belicoso a solo 90 millas de estas costas; de la necesidad de apoyar la lucha en Cuba como propia; de defender la Libertad como principio; de fortalecer a los jóvenes politicamente y organizarlos para la pelea.
Manolo de Armas fue uno de esos miles de jóvenes que llegaron a los Estados Unidos desde Cuba como refugiado_, politico. Era hijo de un medico cubano que falleció cuando el era muy niño y al que solo conocia a traves de sus cuentos, ; publicados en revistas de la Habana y de sus pinturas, en las que se reflejaba una gran frustración que lo conducia a- una permanente melancolia. A una evasión de la realidad para refugiarse en sueños y fantasias como medio de sublimar su deseo de ser pintor y bohemio en vez de medico, profesión que habia completado como medio para ganarse la vida. Habia logrado notables éxitos como psiquiatra y gozaba de gran reputación a pesar de su juventud, pero estos logros, que hubieran llenado de orgullo a otro, no llegaron nunca a llenar el vacio que dejo su ausencia del arte, al que hubiera querido dedicar su vida.
Manolo vivia con su madre viuda y el sobrio hogar era sostenido por la pensión del Retiro Medico que cuidadosamente administrada les permitia vivir modestamente, pero considerandose socialmente entre la clase media de la Cuba democrática.
Llegaba solo, auspiciado por la Agencia Católica que se encargaria de él hasta que llegara su madre que habia quedado esperando el permiso para la salida y así, reanudar juntos la vida que separó los acontecimientos politicos de la Isla. Traia en comun con los demas jovenes el pasado, el idioma, la edad, la misma formación, la misma estructura democrática, la misma admiración hacia este Pais y por el que creia estar luchando, al que quería abrazarse en comunión de fines e ideales para la defensa comun de la Libertad aqui y el retorno a una Cuba liberada del comunismo.
La primera sorpresa que recibió fué que era tratado como un inmigrante y no como un refugiado politico. El funcionario de inmigración que lo recibió parecia no conocer la diferencia entre una cosa y la otra o peor que eso, no importarle un bledo. Le aconsejó que se integrara lo antes posible a la Sociedad americana faciltando el proceso de asimilación. Las inquietudes empezaron a aflorar. ¿He venido aqui para quedarme o he venido de visita a casa de un amigo? ¿Esa ignorancia o indiferencia acerca de los problemas trascendentes que se debaten en Cuba, es real o fingida? ¿Saben estos señores por que y para que estamos aqui?
Los primeros contactos con el público americano, en vez de ser esclarecedores resultaban aun mas deprimentes. Con forme a la opinión mas generalizada los refugiados o eran miembros de la dictadura de Batista or eran los ricos que habian sido desposeidos y se volvian contra el gobierno revolucionario. Manolo no era miembro del gobierno de Batista ni rico, entonces, ¿De donde venian aquellas imputaciones?
¿Eran nuevas o eran las mismas que habia escuchado en Cuba?
Habia visto como al que tenia una casa, un televisor, un automovil o una profesión se le reputaba como burgués; como consecuencia, se le amenazaba, se hostigaba para que perteneciera al Comite de Defensa, le empujaban para que se fuera del Pais y tener una casa mas para dar a los favorecidos que ayudaban incondicionalmente o con la condición de recibir parte del botín que dejaba el que se marchaba. Pero si la condición para ser burgués era la posesión de una casa, al darla al nuevo dueño, en buena lógica lo convertia automaticamente en un burgués como el anterior, a no ser que la diferencia la establecieramos en la forma de adquisición: el que la compró y pagó la hipoteca durante varios años era burgués, el que la adquirió por el despojo en un dia, era un revolucionario.
El argumento era pobre en Cuba, pero aqui era simplemente ridiculo.
En una sociedad donde todo el que trabaja puede tener una propiedad o todo
el que estudia una profesión, ¿Como calificar de rico al
que tiene una casa o una profesión? ¿Por otra parte, que
derecho hay a despojar a un individuo de su propiedad legitimamente adquirida?
¿Y si se cambian las leyes por otras "revolucionarias" Que moral
hay para tal despojo? ¿No estaremos aqui en el mismo proceso de
ablandamiento en la sensibilidad ciudadana que facilitó la caida
de nuestras instituciones democráticas? El que llega por primera
vez a un lugar observa lo que no ve el que vive alli. No porque sea mas
observador, sino porque le hiere la sensibilidad lo que al vecino le ha
tomado tiempo aceptar en un lento proceso de adaptación y ajuste.
Manolo empezo a leer la prensa y quedó horrorizado. Presenciaba el increible espectáculo de la mayoria de los periodistas libres defendiendo las dictaduras totalitarias. Se usaba la libertad para asesinar a la Libertad. No era un problema de defender una administración en contra de otra dentro del libre juego de los partidos politicos; no era defender a un candidato frente a otro que creyeramos con mayores actitudes personales o mejor programa administrativo; no, era un ataque a las estructuras democráticas, era el propósito de desacreditar al gobierno de soberania popular para sustituirlo por una dictadura totalitaria y "revoluiconaria " abandonando el sistema por el que lucharon los padres que crearon esta Nación y el florecimiento económico que ha llevado a este pueblo a disfrutar de un estandard económico mejor que cualquier otro pais del mundo.
Cuando Manolo preguntaba la respuesta era siempre la misma; ellos estan en su derecho, los protege la Constitución y las Leyes.
Lo que leyó en los periódicos lo vio aumentado en los
magazines y en la televisión. Muchas veces creyó que habia
perdido el juicio y estaba obsecionado, profundamente traumatizado por
los problemas de Cuba, pero cuando hablaba con amigos, ellos comprendian
lo que estaba pasando pero no le daban esa importancia o se declaraban
impotentes para hacer nada. Era una conspiración de silencio en
la que todos estaban envueltos, en la que todos participaban, a la que
algunos temian y por la que muy pocos se preocupaban. Con el decursar
del tiempo pudo observar que la situación en las Iglesias y Universidades
no era mejor o tal vez, la situación en la prensa y la calle era
el reflejo de lo que ocurria en Iglesias y Universidades.
En esta situación, ¿Que Hacer? se preguntaba.
¿Debo ingresar en la conspiración del silencio? ¿Debo acercarme a los que veo afilar el cuchillo para asesinar este Pais, como hicieron antes en Cuba y así estar unido a la nueva clase en el momento del festín? ¿Debo seguir mi camino sin importarme lo que pasará y preocupandome solo por mi situación personal, traicionando a este Pais y a mi mismo? ¿Debo asimilarme como me aconsejo el primer funcionario de los Estados Unidos que me entrevistó, ingresar en la escuela de Medicina y asegurarme una profesión lucrativa que me proporcione a mi y a mi familia una favorable y hasta privilegiada posición económica? o, ¿Es mi deber unirme a mis compatriotas que luchan por el retorno y dar con ellos la última batalla para ver a la Patria Liberada?
Mientras sus compañeros estudiaban y vivian, Manolo pensaba y soñaba. Sentia que sus raices se estaban secando y que no echaba aqui nuevas raices. Poco a poco se iba quedando solo y vacio, sin velas ni timón. Amaba a este Pais, pero no lo comprendia. Quería advertirle del peligro que corria, pero no sabia como. Deseaba unirse a la causa de los Estados Unidos, pero la veia traicionada y en esa tierra, no podia echar raices, pero algo tenia que hacer porque aquellas raices conque empezó, ya las sentia secas.
Despues de meditarlo, Manolo se encontro con esta alternativa: o se unía y luchaba con los americanos que aman a este pais, los que conservan la esencia de sus valores tradicionales y creen en la libertad y la Democracia, o se unía a los cubanos que estaban luchando por el regreso a Cuba de esos mismos valores, vilmente asesinados por el comunismo. Unirse a los americanos no era fácil, vivia en Chicago y en las grandes ciudades es muy difícil buscar contactos de esta naturaleza, tendria que ir a una pequeña comunidad rural; pero alli, seria recibido siendo de origen extranjero sin relaciones que ofrecer ni historial que exhibir? Era muy dificil esta lucha.
Solo le quedaba un camino, unirse a alguno de los grupos de cubanos
que se habian formado para combatir al gobierno comunista y dentro de ellos,
buscar aquel que mas se adaptara a su situación personal. De ser
posible, aquel formado por gente jóven con sus mismos problemas
e inquietudes.