Lucha de clases por la reforma educacional venezolana
GERARDO REYES / El Nuevo Herald
CARACAS
La pelea parece ideal para ambos bandos.
La oposición política y el presidente Hugo Chávez
han encontrado en el tema de la
educación el mejor campo de batalla para blandir sus armas ideológicas.
Chávez se quiere meter a los colegios de la "oligarquía''
venezolana --según lo ha
anunciado-- y los padres de familia están asustados.
Es un tenso conflicto fronterizo que, más allá de los
aspectos técnicos y
burocráticos, ha desatado una abierta confrontación de
clases en Venezuela por
primera vez en los dos años de gobierno chavista.
La confrontación se da en la calle con pancartas y discursos
encendidos, en la
televisión y en la radio mientras el presidente atiza la hoguera
citando en las
plazas públicas a Carlos Marx.
"Claro que Carlos Marx tenía razón cuando dice que buena
parte de la historia de la
humanidad está signada por la lucha de clases'', dijo Chávez
en una manifestación
de apoyo a su plan educativo. "Pero nosotros más bien planteamos
la idea
bolivariana de la integración''.
El punto de discusión es hasta dónde puede meter la nariz
el Estado en los
colegios privados y con qué derecho un gobierno puede cambiar
la orientación
de la educación y la interpretación de la historia venezolana.
Chávez sostiene que tiene todo el derecho y, para recalcarlo,
la semana pasada
improvisó un breve sainete en una plaza pública de Caracas
en el que hizo de
exorcista de sus críticos, a quienes, según él,
se les ha metido el diablo.
Con una edición en miniatura de la Constitución Nacional
en su mano, el
presidente impartió bendiciones dirigidas a los ``endemoniados''
opositores y su
``estupidez ilustrada'' con el propósito de hacerles ver que
la última palabra el
texto constitucional.
Chávez interrumpía su señales de la cruz para leer
apartes del artículo 103 de la
Constitución que garantiza al Estado la supervisión de
la educación pública y
privada.
Toda esta polémica comenzó a raíz de que el gobierno
promulgó un decreto (el
1011) en el que creó la figura del ``supervisor itinerante''
de la educación.
De acuerdo con el decreto, los supervisores tendrán la facultad
de investigar
irregularidades en los colegios y podrán solicitar el despido
de directivos y
profesores del plantel por faltas disciplinarias graves.
Chávez ya se registró como supervisor número uno,
según anunció, ``para ver si
se atreven a echarme del colegio que visite''
La medida del gobierno causó estupor en el colegio privado más
tradicional de
Caracas, el San José de Tarbes, por cuyas aulas han pasado las
hijas de las
familias más acomodadas del país.
En una de sus acostumbrados alocuciones radiales de "Aló Presidente'',
Chávez
criticó a las monjas tarbesianas por estar promoviendo una campaña
para
solicitar la nulidad del decreto.
La voz de alerta corrió entre las instituciones de educación
privada, que cuentan
con una sólida organización, y la protesta no se hizo
esperar.
Unos 3,000 padres y madres de familia se presentaron la semana pasada
ante
el Tribunal Nacional para pedir la revocatoria del decreto.
Entre las egresadas del colegio religioso que salieron a protestar en
jeans de
marca se encontraba Leonor Mendoza, una de las mujeres más ricas
de
América Latina, según la revista Forbes. Mendoza, accionista
mayoritaria del
llamado Grupo Polar, fabricantes de la cerveza Polar, estaba entre
las madres
que consideran que el decreto del gobierno es el primer paso para el
control
absoluto del Estado sobre la educación privada.
``Con mis hijos no se metan'', decía uno de los carteles de los manifestantes.
Quizás fue esa consigna la que más enardeció a Chávez.
``¡Qué egoístas son!'', dijo el mandatario `` `Con
mis hijos no se metan' ¿Y los
demás qué? ¿Que se mueran de hambre? ¿Que
no tengan educación? Esa es
la doctrina salvaje del neoliberalismo. Es que ellos son así,
miran a los demás
como si fueran la chusma. Sí, somos la chusma''.
``La chusma'' que escuchaba a Chávez en la Plaza Bicentenario
no era más que
una romería de estudiantes, profesores y funcionarios del sistema
público de
educación que fueron desplazados de diversos puntos del país
hacia Caracas
por cuenta del gobierno. Muchos de los servidores públicos que
asistieron
tuvieron que firmar una circular de la ministra de Educación
en la cual hacía una
``invitación'' al evento.
En esa marcha, el presidente dio un nuevo puntillazo a la educación
privada al
afirmar que está dispuesto a suspender los subsidios de más
de $20 millones
que el estado venezolano entrega anualmente a las instituciones privadas
de
educación.
``Que lo haga'', respondió Octavio De Lamo, presidente de la
Cámara
Venezolana de la Educación Privada. ``Para que mida sus consecuencias''.
Según De Lamo, muchas de las escuelas en zonas marginales son
manejadas
por la Iglesia Católica con subsidio del Estado, que ``a través
de una labor
tesonera y delicada que cubre áreas que el gobierno está
incapacitado de
atender''.
Lo que hay detrás de estos ataques de Chávez, según
el ex candidato
presidencial Oswaldo Alvarez Paz, es un común denominador: la
revolución
cubana.
``Si tú quieres ser como Cuba y lo pregonas'', explicó
Alvarez a El Nuevo Herald,
``si tú tienes a Fidel Castro como tu ídolo, si privilegias
la relación con las FARC
frente al gobierno colombiano, si quieres intervenir la educación
privada y
controlarla cuando la pública no sirve para nada, si arremetes
contra la jerarquía
de la Iglesia Católica y te metes en la retórica del
clero popular, los curas de los
ricos, los curas de los pobres, tú presientes que te están
empujando por una
camino y que no hay que hacer mucho esfuerzo de imaginación
para saber a
dónde se quiere ir''.