Chávez sustituye a su canciller
Reuters
CARACAS
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, confirmó
ayer que nombrará a su actual embajador ante Francia, Jesús
Pérez, como nuevo ministro de
Relaciones Exteriores del país sudamericano, en sustitución
de Roy Chaderton.
Pérez, quien previamente se desempeñó como
ministro del Ambiente del gobierno venezolano, ''dentro de pocos días
recibirá la Cancillería'', dijo el
mandatario en su programa de radio y televisión dominical,
Aló Presidente.
Chávez no explicó las razones para sustituir a
Chaderton, un diplomático de carrera que fue también embajador
en Colombia y el Reino Unido, y que se
desempeñó como canciller del quinto exportador
mundial de crudos desde mayo del 2002, poco después de que el mandatario
fuera derrocado
brevemente.
Chaderton, quien recientemente se excusó de varios actos
oficiales alegando estar enfermo, ha defendido la visión multilateral
de Chávez, quien ha
ampliado los lazos de Venezuela más allá de sus
históricamente fuertes vínculos diplomáticos y comerciales
con Estados Unidos.
Chávez, quien enfrenta este año la posibilidad
de un referendo revocatorio convocado por sus adversarios, ha irritado
a Washington al estrechar lazos con
países como Cuba, Irán y Libia, considerados ''hostiles''
por Estados Unidos.
El ahora ex canciller también ha defendido a Venezuela
de frecuentes acusaciones lanzadas por funcionarios de la vecina Colombia
por acusaciones de que
el gobierno de Chávez ayuda a grupos guerrilleros marxistas,
lo que Caracas siempre ha negado.
Sin embargo, Chaderton, quien según versiones de prensa
podría reemplazar a Pérez en la representación diplomática
en Francia, también es reconocido
por mantener fuera del ámbito de la cancillería
la militancia política que actualmente polariza a Venezuela.
Pérez recibirá el cargo a tiempo para hacerse cargo de una reunión del Grupo de los 15 que se celebrará en Caracas a partir del 27 de febrero.
El G-15, formado por 17 países con economías en
desarrollo de Africa, Asia y Latinoamérica, fue creado para contrarrestar
las políticas de las naciones
desarrolladas en los organismos internacionales, como la Organización
Mundial de Comercio.