Grupo venezolano espera ser la voz de los que llegan a EU
DANIEL SHOER ROTH
El Nuevo Herald
En respuesta a un incesante éxodo de venezolanos hacia
Estados Unidos, varias organizaciones comunitarias han conformado una federación
nacional que pretende
convertirse en un grupo de cabildeo en Washington. Al unirse
bajo una sola voz, aspiran a buscar una solución al problema migratorio
de decenas de miles de
venezolanos que permanecen aquí ilegalmente.
Además de velar por asuntos de inmigración, salud y empleo, la Federación de Asociaciones Venezolanas en Estados Unidos (Fedeaven), como se denomina la entidad apolítica y sin fines de lucro recién fundada en Miami, mantendrá un frente de alerta ante posibles atropellos contra las libertades individuales en Venezuela, según sus directivos.
Pero antes de ello, tendrán que superar los obstáculos que comúnmente afrontan estas iniciativas: la falta de dinero y de consenso.
"Esta vez, definitivamente, nos vamos a hacer oír; ante
alcaldes, comisionados, gobernadores, diputados o senadores, y hasta en
la Casa Blanca'', señaló Rafael
Adrianza, su coordinador general.
Aunque su creación ha sido blanco de críticas por parte de una de las asociaciones comunitarias venezolanas más prominentes de Miami, Fedeaven constituye el primer esfuerzo en la historia migratoria venezolana a Estados Unidos por construir un ente central que coordine y abogue por las necesidades de sus nacionales desde la Florida, Nueva York y California, hasta Georgia, Texas y Luisiana.
"Es el primer indicador de que [los venezolanos] han venido para quedarse'', afirmó el analista Sergio Bendixen, presidente de Bendixen & Associates. ``Cuando los éxodos llegan a este país no se organizan en los primeros años porque piensan regresar, pero cuando empeora la situación en sus países, comienzan a organizarse de esta forma''.
La comunidad venezolana quiere imitar iniciativas similares que han emprendido las colonias cubana, colombiana y nicaragüense, entre otras. Sin embargo, los expertos resaltan serias dificultades que podrían imposibilitar algunos de sus propósitos y hasta socavar su existencia.
Por un lado, están las aspiraciones de solicitar nuevamente
un Estatus de Protección Temporal (TPS) para los venezolanos. Aunque
cada petición se evalúa por
separado, Venezuela no vive una guerra civil ni un régimen
comunista que justificaría la medida, dijo Bendixen.
El segundo problema será el financiamiento. Con una economía en crisis y un alto índice de desempleo, encontrar fuentes que sustenten el nuevo grupo de cabildeo será difícil, agregó el analista. Algunas entidades similares han probado que, de no poseer bolsillos llenos de efectivo, las metas se quedan en el papel. Fedeaven contempla obtener fondos de las asociaciones que la integran, de afiliados y de patrocinios empresariales, informó Adrianza, quien preside la Fundación Nacional Venezolano Americana (Fundaven) en Miami, la cual a principios del 2000 intentó infructuosamente conseguir un TPS.
Durante los dos últimos años, la inmigración
de venezolanos hacia Estados Unidos se ha incrementado considerablemente
debido a la violencia en ese país, la crisis
económica y un futuro político incierto marcado
por la retórica incendiaria del presidente Hugo Chávez. Aunque
no existen cifras precisas de la cantidad de venezolanos en Estados Unidos,
Fedeaven estima que superan los 450,000.
En la medida en que los venezolanos se han multiplicado y han echado raíces, la colonia se ha ido organizando con mayor formalidad, sobre todo en el sur de la Florida, donde reside la mayoría.
Pero atraerlos a las asociaciones comunitarias y a la vez unir
a estos grupos ha sido una tarea complicada debido a la apatía,
sostuvo Manuel Barrios, presidente de
Casa Venezuela en Houston, Texas. Esa falta de unidad y de recursos
financieros fue la razón por la cual la comunidad cubana, el grupo
hispano de cabildeo más fuerte hoy día, tardó tantos
años en fortalecerse y obtener sus objetivos. La efectividad con
la que ésta ha funcionado ha inspirado a otros grupos de inmigrantes
latinoamericanos, quienes aprendieron que para defender sus derechos
deben conquistar un espacio político.
``En la Florida [por ejemplo], no hay ningún legislador que represente a las comunidades venezolana, colombiana, hondureña, nicaragüense'', señaló Patrick Vilar, un abogado civil colombiano que es concejal comunitario en Kendall. ``Los únicos hispanos bien representados son los cubanos, por eso hay que copiar su ejemplo. Ahí surge la necesidad de cabildear''.
La creación de Fedeaven, cuyos miembros acaban de realizar
su primera convención en Miami, ha encontrado oposición por
parte de la Hermandad
Venezolano-Americana (Venamher), una de las asociaciones de venezolanos
más grandes de Estados Unidos con sede en Miami que se ha negado
a participar en el proyecto.
© 2001 El Nuevo Herald