El Nuevo Herald
Feb. 17, 2002

Bush formula una nueva política con Cuba

                      Pablo Alfonso
                      El Nuevo Herald

                      El presidente George W. Bush ha ordenado una revisión de la política de Estados
                      Unidos hacia Cuba con el propósito de hacerla más integral y coherente para
                      lograr ''el objetivo de alcanzar una transición rápida y pacífica hacia la
                      democracia en la isla'', revelaron a El Nuevo Herald fuentes gubernamentales.

                      ''Con el equipo del Presidente Bush para las relaciones exteriores en completo
                      funcionamiento, estamos revisando ahora todos los aspectos de la política de
                      Estados Unidos hacia Cuba'', afirmó la portavoz de la Casa Blanca, Mercy Viana.

                      Además del equipo para las relaciones exteriores, el Presidente Bush ha nombrado a varios
                      cubanoamericanos para diferentes posiciones en su Administración, algunas de ellas claves en la
                      formulación de la política hacia Cuba.

                      Entre esos cubanoamericanos figuran Melquiades 'Mel' Martínez, Secretario de Vivienda; Otto Reich,
                      subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos y el coronel Emilio González, asistente del
                      encargado de asuntos hemisféricos en el Consejo Nacional de Seguridad. González tiene a su cargo
                      específicamente las carteras de Cuba y Haití en ese organismo.

                      ''En el caso de Mel, aunque su posición no está vinculada directamente con Cuba, hay que decir que es
                      un hombre muy cercano al Presidente, con quien viaja además frecuentemente por el país en
                      actividades políticas'', afirmó Reich.

                      Martínez declinó ser entrevistado para esta historia, por razones de su ''apretada agenda'', según dijo
                      a El Nuevo Herald una de sus asistentes.

                      La decisión de la Casa Blanca de revisar su política hacia Cuba está contenida, en esencia, en el
                      comunicado que el presidente Bush emitió el pasado mes de enero, cuando suspendió por un nuevo
                      período de seis meses la aplicación del Titulo III de la Ley Helms-Burton.

                      ''La formulación de esa política debe estar lista en las próximas semanas, con toda seguridad antes de
                      que el Presidente se pronuncie de nuevo sobre el Título III'', indicó un alto funcionario del
                      Departamento de Estado. ''Pero es muy prematuro hablar de detalles todavía'', añadió el funcionario.

                      Varios organismos gubernamentales están involucrados en la formulación de la nueva política hacia
                      Cuba, entre ellos el Departamento de Estado, las secretarías de Justicia y Tesoro, el Consejo Nacional
                      de Seguridad y la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID), según pudo conocer El Nuevo
                      Herald.

                      La última vez que la Casa Blanca publicó un documento político sobre Cuba fue durante la presidencia
                      de Bill Clinton, el 28 de enero de 1997. Titulado ''Apoyo para una transición democrática en Cuba'' fue
                      concebido --como su nombre lo indica--, para explicar en sus 56 páginas la asistencia que podría
                      ofrecer a un gobierno democrático poscastrista.

                      ''Hasta ahora no ha habido una política integral y coherente hacia Cuba que tenga en cuenta todos los
                      componentes necesarios para que sea efectiva'', afirmó Otto Reich, subsecretario de Estado para
                      Asuntos Hemisféricos. ''Muchos se refieren al embargo, como una política en sí misma, y en realidad hay
                      que verlo como uno de varios componentes que debe incluir elementos diplomáticos, económicos,
                      sociales y militares'', añadió.

                      Reich señaló que la política de la Administración Bush hacia Cuba tendrá en cuenta, esencialmente, el
                      objetivo de lograr ''una transición rápida y pacífica hacia la democracia'' y descartó que la misma esté
                      en la línea de ''flexibilización'' hacia el régimen de Fidel Castro.

                      ''No necesariamente, puede ser todo lo contrario'', subrayó.

                      En las últimas semanas La Habana ha bajado el tono de su habitual retórica antinorteamericana al
                      tiempo que altos funcionarios del régimen castrista se han expresado abiertamente en favor de una
                      normalización de las relaciones con Washington.

                      Analistas y funcionarios políticos consultados por El Nuevo Herald han señalado que esta inusual
                      actitud conciliadora de Castro para arreglar sus diferencias con Estados Unidos obedece a un conjunto
                      de factores, entre ellos:

                      • Una profundización de la crítica situación económica de Cuba.

                      • La nueva situación internacional creada a partir de los ataques terroristas contra Estados Unidos y la
                      firme posición demostrada por el presidente Bush.

                      • El arresto de Ana Belén Montes, alta funcionaria del Pentágono, bajo cargos de espiar en favor de
                      Cuba y que ha comprometido la posición de Castro.

                      Por lo pronto, la Casa Blanca parece que ha desestimado esa ofensiva castrista ''de falso
                      encantamiento'' como la calificó en días pasado Vicky Huddleston, jefa de la Sección de Intereses de
                      Estados Unidos en La Habana.

                      De hecho la política de la Administración Bush se ha mostrado menos complaciente que la anterior en lo
                      que se refiere a los viajes no autorizados de estadounidenses a Cuba. Según cifras oficiales, la
                      cantidad de multas a norteamericanos que viajan por turismo a la isla se cuadruplicaron desde que
                      Bush asumió la presidencia en enero de 2001, aumentando de 188 en el 2000 a 766 el año pasado.

                      Sin embargo para algunos partidarios de aplicar mayores presiones al régimen de Castro, el presidente
                      Bush podría hacer aún más, dentro del marco de las llamadas Ley Torricelli y la Helms-Burton.

                      ''Hay cosas concretas que la Administración está facultada para hacer y que debiera implementar para
                      enviar un mensaje claro a Castro'', afirmó Frank Calzón, director ejecutivo del Centro para una Cuba
                      Libre, con sede en Washington.

                      Entre esas medidas, Calzón citó como ejemplo:

                      • Lograr que la señal de TV Martí llegue efectivamente a los cubanos en la isla y aumentar la potencia
                      de las transmisiones de Radio Martí.

                      • Procesar a los culpables del derribo en aguas internacionales de las avionetas de Hermanos al
                      Rescate, el 24 de febrero de 1996, que ocasionó la muerte de sus cuatro tripulantes.

                      • Desclasificar informes sobre los vínculos de Cuba con Irán e Irak, para que puedan conocerse
                      públicamente esas relaciones.

                      • Hacer cumplir las leyes que prohíben las viajes no autorizados a Cuba e informar debidamente a los
                      congresistas que van a la isla sobre la situación política que allí existe.

                      ''Creo que la Administración debe asegurarse que todo el engranaje de su política hacia Cuba se
                      ejecute correctamente por los funcionarios y organismos encargados de aplicarla'', subrayó Calzón.