Bush y el Congreso discrepan sobre Cuba
PABLO ALFONSO
Mientras que la Casa Blanca prepara una política más fuerte
hacia el régimen de Fidel Castro, alegando que las
relaciones no mejorarán hasta tanto Cuba se comprometa con la democracia
y los derechos humanos, todo
parece indicar que el Congreso de Estados Unidos tiene en su agenda una
visión diferente, por lo menos en lo
que se refiere a las sanciones económicas a la isla.
''Ese puede ser el punto de vista de la rama ejecutiva, pero no es el punto
de vista del poder legislativo y
nosotros hacemos política'', declaró la representante demócrata
por Los Angeles, Diane Watson, quien visitó a
Cuba la pasada semana.
Ileana Ros-Lehtinen, congresista republicana por la Florida, reconoció
que ''hay una fuerte resistencia en el
Congreso a mantener las sanciones económicas'' y que las próximas
semanas van a ser testigos de ''una fuerte
batalla'' en ese sentido.
''Es en realidad un movimiento bipartidista, aunque mayormente demócrata,
con suficiente respaldo en el
Congreso, dispuesto a eliminar las sanciones al régimen de Castro'',
afirmó Lehtinen.
La congresista cubanoamericana indicó que ''Cuba tiene más
restricciones económicas que ningún otro país'' por
parte de Estados Unidos, y señaló que en estos momentos existe
una tendencia generalizada entre los
congresistas a eliminar esas sanciones, no sólo a Cuba, sino a otros
países.
''Sucede que ellos consideran que Cuba es el eslabón más
débil y si lo rompen, logran un precedente para abolir
también las sanciones a otros países'', apuntó.
Ros-Lehtinen se mostró confiada en que el presidente Bush cumplirá
su promesa de vetar cualquier legislación
que incluya una flexibilización de las sanciones a Cuba.
''Va a ser difícil parar esas propuestas en el Congreso, pero contamos
con la decisión del presidente Bush de
mantener una política radical frente a Castro'', subrayó.
Esta semana comenzaron las primeras escaramuzas de esa campaña,
cuando el senador demócrata por Dakota
del Norte, Byron Dorgan, presidió una audiencia del subcomité
de Apropiaciones del Senado sobre el tema del
turismo norteamericano a Cuba.
''La política estadounidense hacia Cuba debe ser revisada porque
si uno tiene la misma política durante 40 años,
y ve que no funciona, quizás sea hora de cambiarla'', dijo Dorgan,
quien ha visitado a Cuba para promover las
exportaciones agrícolas. ``Castro ha estado gobernando durante los
períodos de 10 presidentes de Estados
Unidos. Eso deber convencer a alguien de que estas restricciones no funcionan''.
La Habana está manejando muy hábilmente las diferencias entre
el Ejecutivo y el Congreso, en una paciente
campaña que parece estar dando sus frutos. Desde 1999, ocho senadores,
18 representantes y un gobernador
norteamericanos, han visitado Cuba en medio de un creciente interés
en el Congreso por la isla, según datos del
Consejo Económico y de Comercio Estados Unidos-Cuba, un organismo
no gubernamental con sede en Nueva
York.
Esas visitas se suman a los esfuerzos que Cuba realiza con importantes
sectores de la agroindustria
norteamericana con el fin de que se incorporen a su agenda ante el Congreso,
en favor de levantar la sanciones
económicas a la isla.
En ese sentido, el balneario mexicano de Cancún sirvió de
escenario a una reunión celebrada a fines de enero
entre altos funcionarios cubanos, empresarios y políticos estadounidenses.
Por primera vez, dentro de ese marco, las autoridades cubanas establecieron
claramente que Cuba volvería a
comprar otros $35 millones de dólares en alimentos a los cosecheros
estadounidenses, y exhortó a respaldar los
esfuerzos por eliminar las sanciones.
Sin embargo, Cuba recibió también, en esa ocasión,
una clara señal de que las cosas no serán del todo fácil
en el
Congreso, y que los legisladores no sólo tendrán en cuenta
argumentos económicos a la hora de analizar el tema
de las relaciones entre ambos países.
La senadora Blanche Lincoln, demócrata por Arkansas, firme partidaria
de levantar las sanciones económicas a la
isla, aprovechó la ocasión para recordarle a los participantes
en el evento, que si es hora de revisar la política
norteamericana hacia Cuba, ``también es importante que el gobierno
de Cuba revise su política hacia sus
propios ciudadanos''.
''Basta ya de ese continuo éxodo de refugiados hacia nuestras costas.
Basta ya de esos cientos de disidentes en
las prisiones cubanas. Basta ya de que los periodistas, escritores y otras
voces independientes sean intimidadas,
perseguidas y silenciadas por el régimen de Castro'', subrayó
la senadora.