Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores
Ratifica Cuba que para el pueblo y el gobierno de la isla resulta totalmente inaceptable el cínico e hipócrita ofrecimiento del gobierno de Estados Unidos para palear las afectaciones del huracán Charley, el cual desconoce impúdicamente los daños causados durante más de cuatro décadas por la guerra económica de sucesivas administraciones contra nuestro país
El pasado 13 de agosto, justo cuando nuestro pueblo comenzaba las labores de recuperación tras el paso del devastador huracán Charley, el vocero alterno del Departamento de Estado, Richard Boucher, emitió una declaración de prensa, por medio de la cual dio a conocer que “los Estados Unidos lamentan los daños causados por el huracán Charley y expresan su solidaridad con el pueblo cubano”.
Con total cinismo e hipocresía, la declaración del Departamento de Estado prosiguió señalando: “El pueblo cubano puede contar con el apoyo de Estados Unidos en estos momentos difíciles. Estamos trabajando para ayudar al pueblo cubano con la crisis humanitaria que hoy enfrenta”.
Como una muestra más del desprecio que el imperio siente hacia nuestro país y su pueblo, el Sr. Boucher anunció que la Sección de Intereses de Estados Unidos entregaría la ridícula y humillante limosna de 50 000 dólares, provenientes de los fondos del gobierno norteamericano, con el objetivo de “atender las necesidades humanitarias del pueblo cubano”.
Finalmente, de forma desvergonzada, el vocero “instó al Gobierno de Cuba a permitir la entrega de esta ayuda directamente al pueblo cubano”.
Con posterioridad, el pasado día 16 de agosto, el Jefe de la
Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, Sr. James
Cason, planteó al Director de América del Norte del MINREX
que él disponía de un fondo de
50 000 dólares, similar al que disponen las embajadas norteamericanas
en otras partes del mundo, para apoyar en casos de desastres naturales
y otras emergencias y que deseaba entregarlo a diferentes organizaciones
no gubernamentales “independientes” cubanas para ayudar a enfrentar los
daños del ciclón.
El funcionario norteamericano recibió una firme respuesta donde se rechazó totalmente esta nueva afrenta.
En ese momento, se le señaló también al Jefe de la SINA que resultaba de un gran cinismo ofrecer una irrelevante suma de dinero, cuando ese gobierno intenta ahogar económicamente a todo el pueblo cubano, mediante el criminal bloqueo contra nuestro país.
Por estar enfrascados íntegramente en las labores de recuperación de los daños causados por el ciclón, habíamos preferido mantener este tema a nivel diplomático. No obstante, el hecho de que algunas agencias de prensa internacionales han reflejado con mayor o menor acierto la posición cubana con relación a este tema, obliga al Ministerio de Relaciones Exteriores a ratificar públicamente que para el pueblo y gobierno cubanos resulta totalmente inaceptable este ofrecimiento, que desconoce impúdicamente los daños causados durante más de cuatro décadas por la guerra económica de sucesivas administraciones contra nuestro país.
Es obvio que el Gobierno norteamericano padece de amnesia total, pues de otro modo no se podría entender cómo pretende asumir el papel de “benefactor” del pueblo cubano, cuando acaba de reforzar, una vez más, su cruel bloqueo, al poner en vigor numerosas restricciones que afectan, incluso, las relaciones entre los ciudadanos cubanos y sus familiares residentes en Estados Unidos.
El ofrecimiento de 50 000 dólares y sobre todo su evidente manipulación política constituyen un nuevo insulto y una ofensa a los cientos de miles de familias cubanas que han sufrido los daños de este fenómeno natural.
La referida intención del Gobierno norteamericano de poner estos recursos en manos de “organizaciones independientes” del Gobierno cubano, revela, claramente, los turbios propósitos de esta maniobra, ajenos a un verdadero interés por el bienestar de los damnificados.
Cuba no aceptará una supuesta ayuda procedente del gobierno del país que nos agrede e intenta rendirnos por hambre y necesidades.
Cuba saldrá adelante con el esfuerzo y la dedicación de su pueblo y su Revolución.
Ningún cubano ha quedado, ni quedará jamás desamparado
tras un desastre natural u otra emergencia, de cualquier índole
o envergadura. El humanismo y la solidaridad de la obra que defendemos
no lo permitiría.