NORMA NIURKA
El Nuevo Herald
Celia Cruz y Pedro Knight forman tal vez la pareja mejor llevada, más
unida y
perdurable del mundo del espectáculo. En el Día de los
Enamorados, La
Guarachera de Cuba y su ``cabecita de algodón representan el
exponente
más hermoso y veraz de la permanencia del amor.
Cuando se le pregunta a Celia el secreto de esa unión, ella revela
el principal
ingrediente: ``Lo que tiene es un poquito de azúca' ''.
Cantante ella, trompetista él, la música los unió
hace medio siglo en La
Sonora Matancera, en La Habana; fueron amigos por una década
y, después
de ocho años de noviazgo, se casaron hace 37 años en
Connecticut. Han
trabajado juntos desde que se conocieron y no se han separado ni un
instante. ¿Cuál es la fórmula de esa feliz convivencia?
``Creo que es la comunicación que tenemos desde el primer día'',
responde
Celia, sin dudar. ``El siempre me dijo: Celia, lo que no te guste de
mí, tú me
lo dices. Desde ese momento, cualquier cosa que me ha parecido que
no está
bien, se lo he dicho; nunca delante de nadie. Hasta el día de
hoy, Pedro y yo
nos levantamos y nos acostamos hablando; no nos guardamos nada, jamás
nos hemos acostado disgustados. Es una complicidad tremenda''.
Para Pedro, lo más importante de la relación ha sido la
delicadeza que Celia
ha tenido con él.
``Con lo grande que es, nunca ha sido altanera conmigo, al contrario,
siempre
me pone por delante. Me dice: `tú eres el 50 por ciento de mi
show' ''.
El le llama ``negra y ella le dice ``Perucho cuando hablan entre ellos,
pero
para el mundo entero, él es su ``cabecita de algodón''.
``Inventé lo de cabecita de algodón cuando estábamos
haciendo un
comercial. Querían que le dijera: `¿Verdad, mi negrito?'
A mí eso no me
gustó y en lugar de eso, dije: `¿Verdad mi cabecita de
algodón?'''.
Segun Celia, Pedro es muy romántico y caballeroso.
``Todavía me lleva el desayuno a la cama; es de los pocos hombres
que se
sienta en la tienda a esperar a que su mujer compre ropa''.
``Yo le abro la puerta del carro para que se siente, y se la cierro'', explica él.
Pedro la acompaña en viajes, escenarios (como director musical),
en todas
las actividades de su vida profesional y personal; y los empresarios
conocen
bien ese detalle.
``Si Pedro no va, yo no voy'', proclama. ``En mi contrato está
Pedro incluido,
con pasaje en primera y cama king size en el hotel, porque dos camitas
separan mucho''.
Este 14 de febrero, la pareja, que vive en Nueva York, no hará
nada especial
para celebrar.
``Nosotros no nos regalamos nada el Día de los Enamorados'',
señala Celia.
``Nos besamos y nos abrazamos, como el día 31 de diciembre''.
Copyright 1999 El Nuevo Herald