El Nuevo Herald
May. 13, 2002

Carter en medio del conflicto entre dos mundos

  MARC FRANK / Reuters
  LA HABANA

  El ex presidente norteamericano Jimmy Carter se verá probablemente sorprendido durante su visita a Cuba, por la gran cantidad de productos y personas
  estadounidenses en la isla.

  Desde el propio dólar norteamericano, que circula legalmente desde 1993, hasta chicles, mantequilla de maní o perros calientes, son productos
  considerados como emblemas yanquis.

  ''Cuba y Estados Unidos se gritan insultos, pero debajo de la superficie puedes ver una tendencia hacia una relación más normal'', dijo un diplomático
  occidental.

  En Cuba, no hay todavía MacDonalds, pero sí se pueden encontrar, sin dificultad, Marlboro, Winston, Coca Cola, Pepsi y otros productos norteamericanos,
  vendidos eso sí, en dólares, no en pesos cubanos.

  Los turistas pueden pagar con sus tarjetas Visa y Mastercard en todas partes, mientras que no hayan sido expedidas por un banco estadounidense.

  Carter, crítico de las sanciones económicas que Washington mantiene desde hace cuatro décadas sobre la isla, trató de promover un acercamiento a la isla
  durante su presidencia entre 1977 y 1981.

  El ex presidente, la personalidad norteamericana de rango más alto que ha viajado a Cuba desde el triunfo de la revolución castrista en 1959, no es ni
  mucho menos el primer estadounidense que pisa Cuba, a pesar de las limitaciones a los viajes a la isla impuestas por Washington.

  El año pasado unos 200,000 estadounidenses probaron la fruta prohibida, según el canciller cubano Felipe Pérez Roque. De esos, 120,000 eran
  cubano-norteamericanos con autorización del Departamento del Tesoro. Otros 50,000 viajaron sin permiso a través de terceros países.

  El ex presidente Bill Clinton autorizó a los cubano-estadounidenses el envío de dólares a la isla, y Fidel Castro autorizó a Western Union a abrir oficinas en
  Cuba para facilitar los envíos de dinero.

  Mientras que Clinton con esas medidas trataba de promover la democracia y los valores norteamericanos en la isla, Castro buscaba con esa apertura
  captar divisas para importar petróleo, comida y otros productos.

  El año pasado, por primera vez, La Habana aprovechó unos cambios en el embargo para comprar alimentos a Estados Unidos, después del devastador
  paso del huracán Michelle por la isla.

  Además, Carter podrá ver verdaderas reliquias de la importante presencia norteamericana previa a la revolución castrista de 1959, como los antiguos
  automóviles Chevrolet, Dodge y Ford de los años 1940 y 1950, que aún circulan por la isla.