Carter en medio del conflicto entre dos mundos
MARC FRANK / Reuters
LA HABANA
El ex presidente norteamericano Jimmy Carter se verá probablemente
sorprendido durante su visita a Cuba, por la gran cantidad de productos
y personas
estadounidenses en la isla.
Desde el propio dólar norteamericano, que circula legalmente
desde 1993, hasta chicles, mantequilla de maní o perros calientes,
son productos
considerados como emblemas yanquis.
''Cuba y Estados Unidos se gritan insultos, pero debajo de la
superficie puedes ver una tendencia hacia una relación más
normal'', dijo un diplomático
occidental.
En Cuba, no hay todavía MacDonalds, pero sí se
pueden encontrar, sin dificultad, Marlboro, Winston, Coca Cola, Pepsi y
otros productos norteamericanos,
vendidos eso sí, en dólares, no en pesos cubanos.
Los turistas pueden pagar con sus tarjetas Visa y Mastercard en todas partes, mientras que no hayan sido expedidas por un banco estadounidense.
Carter, crítico de las sanciones económicas que
Washington mantiene desde hace cuatro décadas sobre la isla, trató
de promover un acercamiento a la isla
durante su presidencia entre 1977 y 1981.
El ex presidente, la personalidad norteamericana de rango más
alto que ha viajado a Cuba desde el triunfo de la revolución castrista
en 1959, no es ni
mucho menos el primer estadounidense que pisa Cuba, a pesar
de las limitaciones a los viajes a la isla impuestas por Washington.
El año pasado unos 200,000 estadounidenses probaron la
fruta prohibida, según el canciller cubano Felipe Pérez Roque.
De esos, 120,000 eran
cubano-norteamericanos con autorización del Departamento
del Tesoro. Otros 50,000 viajaron sin permiso a través de terceros
países.
El ex presidente Bill Clinton autorizó a los cubano-estadounidenses
el envío de dólares a la isla, y Fidel Castro autorizó
a Western Union a abrir oficinas en
Cuba para facilitar los envíos de dinero.
Mientras que Clinton con esas medidas trataba de promover la
democracia y los valores norteamericanos en la isla, Castro buscaba con
esa apertura
captar divisas para importar petróleo, comida y otros
productos.
El año pasado, por primera vez, La Habana aprovechó
unos cambios en el embargo para comprar alimentos a Estados Unidos, después
del devastador
paso del huracán Michelle por la isla.
Además, Carter podrá ver verdaderas reliquias de
la importante presencia norteamericana previa a la revolución castrista
de 1959, como los antiguos
automóviles Chevrolet, Dodge y Ford de los años
1940 y 1950, que aún circulan por la isla.