Amplio apoyo del exilio al discurso de Bush
JOAQUIM UTSET
El Nuevo Herald
Amplios sectores del exilio reaccionaron positivamente a la Inicitiva
para una Cuba Nueva planteada ayer por el presidente George W. Bush, en
la que
vieron un respaldo de la Casa Blanca a que los cambios en la
isla vengan de adentro por medio de propuestas como el Proyecto Varela.
'Hasta ahora se habían hecho promesas de que `vamos a
entregar la bandera en una Cuba libre', pero no se había emplazado
a Castro a realizar cosas
específicas'', señaló el empresario Carlos
de la Cruz, presidente de la firma Eagle Brands y miembro del moderado
Grupo de Estudio de Cuba.
Aparte de su reiterada defensa del embargo, el reto de Bush al
gobierno cubano para que convierta las elecciones del 2003 a la Asamblea
del Poder
Popular en unos comicios auténticamente democráticos
y supervisados internacionalmente, y el manifestado apoyo a la expansión
de una sociedad civil en
Cuba, fueron señalados como los principales puntos del
discurso presidencial.
''No sólo ha dado apoyo al Plan Varela, sino que también ha ido más allá'', señaló Joe García, director ejecutivo de la Fundación Nacional Cubano Americana.
Otros se mostraron mucho más escépticos sobre las
consecuencias de las palabras de Bush, quienes consideraron que éste
sólo realizó ''variaciones del
mismo'' tema.
''Este es un discurso para señalar que va a seguir con
la misma línea dura y que no está influenciado por las corrientes
en contra del embargo'', opinó Max
Castro, investigador del Centro Norte-Sur de la Universidad
de Miami.
Castro tampoco se mostró sorprendido por la mención
de Bush al Proyecto Varela, un plan que no está bien visto en los
sectores más rígidos del exilio
cubano por partir de la actual constitución cubana.
Para Ninoska Pérez Castellón, directora del Concejo
para la Libertad de Cuba y crítica del Proyecto Varela, el discurso
presidencial sirvió de contrapeso a la
visita del ex presidente Jimmy Carter a La Habana la semana
pasada, que consideró fue ''una campaña publicitaria'' en
favor de Castro.
''Me siento muy optimista; dejó muy claro que con Fidel
Castro no hay nada que hacer'', señaló Pérez Castellón,
quien no consideró la mención al Proyecto
Varela de Bush como un respaldo a la iniciativa del opositor
Oswaldo Payá.
''El Presidente ha reconocido que es un acto de valor, como lo hemos reconocido otros. Pero no creo que se puso ni a favor ni en contra'', agregó.
La Iniciativa para una Cuba Nueva destaca la necesidad de entregar
el protagonismo a la sociedad cubana, apoyando el reforzamiento de una
sociedad
civil con sindicatos y empresas privadas que puedan contratar
libremente, señaló el analista político Ernesto Betancourt.
''Cuba va a cambiar desde adentro. Los que estamos afuera podemos
hacer algo apoyándolos, pero lo que primero que debemos hacer es
reprimir los
protagonismos'', agregó.
Pero, al no ofrecer un cambio en la vigente política de
embargo económico, las palabras de Bush significaron poco para el
cubano de a pie que no es un
opositor manifiesto al gobierno, señaló Phillip
Peters, vicepresidente del Instituto Lexington.
''Como programa, está más ajustado a la realidad política de Miami que a la de La Habana'', señaló.