El Nuevo Herald
May. 21, 2002

Amplio apoyo del exilio al discurso de Bush

  JOAQUIM UTSET
  El Nuevo Herald

  Amplios sectores del exilio reaccionaron positivamente a la Inicitiva para una Cuba Nueva planteada ayer por el presidente George W. Bush, en la que
  vieron un respaldo de la Casa Blanca a que los cambios en la isla vengan de adentro por medio de propuestas como el Proyecto Varela.

  'Hasta ahora se habían hecho promesas de que `vamos a entregar la bandera en una Cuba libre', pero no se había emplazado a Castro a realizar cosas
  específicas'', señaló el empresario Carlos de la Cruz, presidente de la firma Eagle Brands y miembro del moderado Grupo de Estudio de Cuba.

  Aparte de su reiterada defensa del embargo, el reto de Bush al gobierno cubano para que convierta las elecciones del 2003 a la Asamblea del Poder
  Popular en unos comicios auténticamente democráticos y supervisados internacionalmente, y el manifestado apoyo a la expansión de una sociedad civil en
  Cuba, fueron señalados como los principales puntos del discurso presidencial.

  ''No sólo ha dado apoyo al Plan Varela, sino que también ha ido más allá'', señaló Joe García, director ejecutivo de la Fundación Nacional Cubano Americana.

  Otros se mostraron mucho más escépticos sobre las consecuencias de las palabras de Bush, quienes consideraron que éste sólo realizó ''variaciones del
  mismo'' tema.

  ''Este es un discurso para señalar que va a seguir con la misma línea dura y que no está influenciado por las corrientes en contra del embargo'', opinó Max
  Castro, investigador del Centro Norte-Sur de la Universidad de Miami.

  Castro tampoco se mostró sorprendido por la mención de Bush al Proyecto Varela, un plan que no está bien visto en los sectores más rígidos del exilio
  cubano por partir de la actual constitución cubana.

  Para Ninoska Pérez Castellón, directora del Concejo para la Libertad de Cuba y crítica del Proyecto Varela, el discurso presidencial sirvió de contrapeso a la
  visita del ex presidente Jimmy Carter a La Habana la semana pasada, que consideró fue ''una campaña publicitaria'' en favor de Castro.

  ''Me siento muy optimista; dejó muy claro que con Fidel Castro no hay nada que hacer'', señaló Pérez Castellón, quien no consideró la mención al Proyecto
  Varela de Bush como un respaldo a la iniciativa del opositor Oswaldo Payá.

  ''El Presidente ha reconocido que es un acto de valor, como lo hemos reconocido otros. Pero no creo que se puso ni a favor ni en contra'', agregó.

  La Iniciativa para una Cuba Nueva destaca la necesidad de entregar el protagonismo a la sociedad cubana, apoyando el reforzamiento de una sociedad
  civil con sindicatos y empresas privadas que puedan contratar libremente, señaló el analista político Ernesto Betancourt.

  ''Cuba va a cambiar desde adentro. Los que estamos afuera podemos hacer algo apoyándolos, pero lo que primero que debemos hacer es reprimir los
  protagonismos'', agregó.

  Pero, al no ofrecer un cambio en la vigente política de embargo económico, las palabras de Bush significaron poco para el cubano de a pie que no es un
  opositor manifiesto al gobierno, señaló Phillip Peters, vicepresidente del Instituto Lexington.

  ''Como programa, está más ajustado a la realidad política de Miami que a la de La Habana'', señaló.