El Nuevo Herald
Feb. 21, 2002

Cuba impide viaje de académicos a Miami

                      WILFREDO CANCIO ISLA

                      El gobierno cubano no permitirá el viaje a Miami de 23 académicos e investigadores de la isla invitados a
                      participar en un encuentro organizado por la Universidad Internacional de la Florida (FIU).

                      Con suficiente antelación, el Centro de Investigaciones Cubanas (CRI) de FIU había enviado las invitaciones a los
                      cubanos para asistir a la IV Conferencia de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos, que se realizará del 6 al 9 de
                      marzo próximo, pero las autoridades gubernamentales impidieron el procesamiento de los documentos de viaje.

                      ''Cuba está tratando de centralizar el problema de las invitaciones, buscando que éstas se canalicen a través de
                      las instituciones y no se envíen directamente a los individuos'', opinó ayer el profesor Lisandro Pérez, director del
                      CRI y miembro del comité organizador del evento.

                      Es la segunda ocasión que Cuba bloquea la participación de residentes de la isla en los congresos del CRI en
                      Miami.

                      En octubre del 2000, a 37 profesores e intelectuales cubanos invitados se les impidió tramitar sus permisos de
                      viaje para un evento similar, pues las autoridades del régimen cuestionaron el programa y la asistencia de
                      personas "con tendencias políticas inaceptables''.

                      ''Aparentemente, una conferencia en Miami siempre levanta ciertas dificultades allá'', manifestó Pérez. ``Pero
                      esta vez el problema no fue el programa, sino el proceso para canalizar las invitaciones''.

                      Desde su primera convocatoria en 1997, las conferencias del CRI habían contado con la presencia de
                      especialistas de la isla. La conferencia de este año tendrá como tema central el Centenario de la República
                      (1902-2002), con 32 paneles y 150 académicos procedentes de Estados Unidos, América Latina, Europa y
                      Australia.

                      Pérez insistió en que la política de su institución es designar individualmente a los invitados. ''Como cuestión de
                      principio, no quisiéramos que se nos impongan nombres ni la forma de invitar a las personas'', enfatizó.

                      El académico declinó ofrecer los nombres de los 23 cubanos a quienes se les ha impedido de viajar, pero indicó
                      que eran personas vinculadas a instituciones académicas y culturales, no disidentes ni opositores políticos del
                      régimen.

                      ''Esta es una situación predecible'', dijo Madeline Cámara, profesora de la Universidad de San Diego, California.
                      ``La posibilidad de un diálogo académico ha estado afectada siempre por el totalitarismo del régimen cubano''.

                      Cámara consideró que la intolerancia de Cuba debería alertar a las autoridades académicas estadounidenses
                      sobre ``la necesidad de buscar un acercamiento no meramente institucional, sino también con personalidades de
                      la literatura y el pensamiento cubanos que puedan manifestarse con más independencia, entre ellos artistas e
                      intelectuales disidentes''.

                      Desde 1999, Cuba ha reforzado el control sobre la participación de sus académicos e investigadores en
                      congresos realizados en Estados Unidos. Las delegaciones cubanas a las conferencias de la Asociación de
                      Estudios Latinoamericanos (LASA) están bajo control de los niveles oficiales, y funcionarios de la isla tratan de
                      controlar los paneles de discusión sobre el tema cubano.

                      El pasado octubre, un grupo de intelectuales cubanos invitados a la Universidad de Iowa logró salir de la isla tras
                      una fuerte protesta ante la dirección de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), que incialmente
                      prohibió su asistencia a la conferencia, donde estaban invitados académicos y escritores del exilio.