GERARDO REYES
Si el Chacal quería votar, el gobierno venezolano respondía
de inmediato a su inquietud (Fax 138, ``Muy
urgente'').
Si el Chacal exigía que Venezuela pagara su defensa legal con los
fondos secretos del presidente Hugo Chávez
($500,000), la embajada en París tramitaba su petición (Fax
506).
Y si al Chacal se le ocurría lanzarse a la Asamblea Nacional Constituyente
desde su cárcel o proponer un artículo
en materia de seguridad del Estado para la nueva Constitución, Venezuela
estudiaba su propuesta (mensaje
cifrado, junio 24, 1999).
Carlos Ilich Ramírez Sánchez, alias el Chacal, ciudadano
venezolano y terrorista internacional, ha sido el preso
mejor atendido por Venezuela en el exterior en toda su historia diplomática,
y el de mayor influencia en el
gobierno.
Al menos esa es la impresión que tiene Nelson Castellano Hernández,
ex cónsul de Venezuela en París, quien
alega que fue despedido de su cargo por presiones del propio Ramírez
al gobierno de Chávez.
''La atención del gobierno venezolano a Carlos no es necesariamente
un gesto humanitario, sino de
agradecimiento'', explicó Castellano, quien fue jefe del servicio
consular de la embajada en París. ``La
explicación a esa actitud hay que buscarla en un compromiso de Chávez,
de quien se dice recibió financiamiento
del clan de Ramírez Sánchez''.
Hay que buscarla también, agregó, en un compromiso del ex
ministro venezolano Luis Miquilena, quien ha
admitido su estrecha amistad con el padre del Chacal, José Altagracia
Ramírez.
Miquilena dijo a un periódico francés que la personalidad
y la trayectoria del Chacal le merecen ``el más grande
respeto''
''Todavía me cuesta trabajo entender que un hombre como Ilich Ramírez,
que desde 1998 anunció en una carta
desde su celda que su heredero sería Osama bin Laden, tenga tanto
poder en un gobierno que se supone
democrático, y que el presidente Chávez le escriba diciéndole
distinguido compatriota'', afirmó Castellano.
Castellano está de visita en Miami y hoy a las 11 am. hará
un recuento en el Consejo por la Libertad de Cuba
(701 SW 27th Avenue) del largo historial de su relación con El Chacal,
desde que fue secuestrado por el terrorista
en Líbano en 1991, hasta que fue despedido en 1999 por el entonces
canciller José Vicente Rangel.
El ex diplomático venezolano recordó que el primer día
del secuestro, Ramírez lo llevó en un automóvil a
Siria y
allí lo invitó a comer sancocho para advertirle que se abstuviera
de continuar una investigación contra el
embajador venezolano Antonio Pitoll, acusado de tráfico de visas.
Al final del secuestro, el terrorista le entregó una acta de nacimiento
suya firmada mientras le decía, según
Castellano: ``Mi firma vale mucho dinero. Cuando tengo necesidades, escojo
un millonario y le escribo, le
recuerdo que él tiene familia y él me envía dinero''.
Después de la experiencia en el Líbano, Castellano regresó
a París, donde estuvo a cargo del caso de Ramírez,
quien fue arrestado en 1994 por el asesinato de dos funcionarios de policía
franceses el 27 de febrero de 1975.
El diplomático lo visitó varias veces en su prisión de La Santé, para tomar nota de sus continuas exigencias.
Afirma Castellano que el detenido y su abogada y novia, Isabel Coutant-Peyre,
pretendían presentar al gobierno
venezolano como un aliado de su causa.
Después de que la abogada hizo comentarios que Castellano consideraba
que eran competencia del gobierno de
Venezuela, el diplomático le informó en una carta a la abogada
que se estaba inmiscuyendo en asuntos de
gobierno.
''Esa carta produjo la ira de Ilich Ramírez, quien giró instrucciones
a Caracas para que me sacaran del Ministerio
de Relaciones Exteriores'', explicó.
El entonces canciller Rangel lo desvinculó del servicio diplomático en septiembre de 1999.
Miquilena acusó a Castellano de ser un ''fabulador''. El ex diplomático
le respondió que ``las fábulas, cuando son
dichas con pruebas, se llaman verdades''.
Durante las múltiples conversaciones que sostuvo con el Chacal,
recuerda Castellano, éste le dijo que tuvo un
hijo en Cuba con una mujer de la isla a quien conoció mientras entrenaba,
a principios de los años 70, una célula
terrorista llamada Punto Cero.
''El Chacal tiene miedo de que lo lleven a Guantánamo'', dijo el
ex diplomático. ``Desde el 11 de septiembre, su
situación no es la misma''.
Ramírez también recibió visitas del embajador venezolano en Francia, Hiram Gaviria, quien renunció hace poco.
En un informe ''cifrado'' escrito por Gaviria, y conocido por El Nuevo
Herald, se dejó constancia de cómo El
Chacal alardeaba de sus influencias en el gobierno de Venezuela.
El embajador escribió: ``El Sr. Ilich Ramírez Sánchez...
afirmó que mi designación como embajador venezolano
en Francia obedece al deseo del gobierno de que me ocupe prioritariamente
de él... Expresó el deseo de ser
candidato de la Asamblea Constituyente''.