Dinero, tenacidad y mucha suerte ayudaron a escapar a 'El Duque'
EFE
NUEVA YORK
La salida de Orlando ``El Duque'' Hernández de Cuba se llevó
a cabo gracias a la
ayuda de amigos en la isla y en Estados Unidos organizados por Ocilio
Cruz,
conocido como el ``Tío'', quien prestó los $4,000 necesarios.
Así lo describen Steve Fainaru y Ray Sánchez, autores
de un libro titulado ``The
Duke of Havana'' (Random House) de próxima aparición,
y que relata con detalle
la huída del gran beisbolista en 1997, y cuyo adelanto publicó
ayer el diario New
York Post.
Fainaru y Sánchez explican que el ``cerebro'' de la huída
del actual lanzador de
los Yankees fue un familiar de El Duque que tras pasar 15 años
en las cárceles
cubanas se refugió en Miami donde preside una empresa de detectives,
Florida
Patrol Security.
El ``Tío'', como le conocen sus cercanos, siempre había
manifestado que su
máximo sueño era poder ver a Orlando Hernández
lanzar en las Grandes Ligas,
a pesar de que el atleta cubano había declinado en varias ocasiones
anteriores
abandonar la isla, posición que cambió cuando el régimen
de Castro le prohibió
jugar.
``He perdido mi juventud en una prisión cubana y no pienso dejar
que le ocurra lo
mismo a Orlando. Tengo que sacarle'', dice Cruz en el libro donde explica
que en
seguida empezó a trabajar en lograr que una lancha le sacara
de la isla para
recogerlo en alta mar.
Por su pasado político, Cruz no podía viajar a La Habana
pero arregló que un
conocido - sólo identificado por su apodo ``El Argentino'' -
viajara en su lugar con
$4,000 para encontrar el barco y las personas que ayudaran a completar
el plan.
El Duque pidió ayuda a su amigo Osmany Lorenzo, más conocido
como ``El
Chino'', quien sugirió como posible transporte a un pescador
de un puerto en
Villa Clara, Juan Carlos Romero, un ex oficial de la Marina de Guerra
cubana de
31 años.
Una tarde, ``El Chino'' visitó a Juan Carlos y le propuso que
les llevara a aguas
internacionales cercanas a EU, y a cambio le aseguró que él
y su mujer, Geidy,
entrarían en el país, algo que ahora no es tan fácil
por la vigilancia de la Guardia
Costera.
Juan Carlos estaba consciente de que si aceptaba perdería su
pequeño
pesquero (escasamente nueve metros) que había adquirido por
unos 50,000
pesos (unos $3,000), y que contaba con dos motores de 480 caballos
fabricados
en Alemania o Argentina, no estaba seguro.
Al final aceptó el trato de trasladar a El Duque, su novia en
ese momento Norita,
su primo Joel Pedroso y otro gran beisbolista, Alberto Hernández,
quien
respondió afirmativamente a la propuesta de abandonar la isla
cuando se lo
propuso Orlando.
La fecha de salida fue fijada para el 25 de diciembre de 1997, aprovechando
que
las autoridades habían permitido por primera vez la celebración
de la Navidad,
ante la visita del Papa Juan Pablo II, un acontecimiento de gran magnitud.