Santero denuncia que una asociación de Cuba lo espía
WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
Un conocido sacerdote afrocubano de Miami acusó ayer a la Asociación Cultural Yoruba de Cuba (ACYC) de espiarlo durante años para boicotear sus actividades religiosas y monopolizar la expresión de los santeros en la isla.
José Montoya, presidente de la Asociación Lucumí Shangó Eyeífe, denunció además a los líderes de la ACYC por intimidar a sus familiares en La Habana y consideró inaceptable que esa entidad esté planeando la celebración de un congreso mundial yoruba el próximo febrero, en Miami, sin participación de los grupos afrocubanos del exilio.
''Desde 1997 el gobierno cubano ha utilizado a la ACYC para hacerme la vida imposible'', manifestó ayer Montoya desde su hogar en Hialeah. ``Tengo suficientes pruebas y ha llegado el momento de actuar''.
El religioso culpó específicamente a Antonio Castañeda Márquez, presidente de la ACYC, y a Adriano Omar Quevedo Zambrano, cercano colaborador de Castañeda y ex embajador de Cuba en Nigeria, de confabularse contra la Asociación Lucumí y hostigar a sus familiares en La Habana, presentándoles incluso grabaciones con la voz de Montoya en reuniones privadas.
Montoya aseguró que tomará de inmediato acciones legales contra la ACYC en Estados Unidos y pondrá en manos de las autoridades norteamericanas ''contundentes evidencias'' sobre el sistemático espionaje a que ha sido sometido.
En relación con personas que presuntamente espiaron en sus oficinas desde 1997, Montoya mencionó a dos residentes de Miami: Benny Echenique y Marcos Concepción Aldana.
''La señora Echenique estuvo desde un primer momento infiltrada en la cúpula de mi asociación y entregó las grabaciones a Castañeda'', aseveró. ``Eso es espionaje contra una entidad de Estados Unidos''.
Ayer, El Nuevo Herald no pudo contactar en La Habana las oficinas de la ACYC para obtener reacciones sobre el asunto.
Montoya, quien salió de Cuba durante el éxodo del Mariel en 1980, mantuvo en el pasado relaciones de colaboración con la ACYC. En 1997 los lazos de cooperación llegaron a su fin, luego que Montoya calificó a esa entidad de ``grupo servil al régimen castrista''.
De acuerdo con el testimonio, su iniciativa de llevar el pasado julio a Cuba un crucero con 700 santeros y feligreses afrocubanos de Estados Unidos, fue boicoteada tanto por ''sectores extremistas'' de Miami como por los ejecutivos de la ACYC.
El pasado septiembre, la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) envió una carta a Montoya alertándolo sobre potenciales violaciones del embargo en su proyecto del crucero a Cuba.
''Castañeda politizó el viaje del crucero para desacreditar esta misión religiosa, que tuvo miles de solicitudes'', explicó Montoya, quien criticó a la ACYC por convertirse en "un centro de mercadeo organizado desde La Habana''.
El sacerdote mostró una lista oficial de la ACYC, en la cual se ofrecen servicios religiosos como ''Hacerse el santo con Elegguá y Oggún'', a un costo de $3,600; un ''rayado en Palo Monte'', a $1,200; y el recibimiento de mano o Kofá de Orula, a $720.
''Son unos estafadores que están dañando la religión
enriqueciéndose al por mayor'', consideró Montoya.