Agence France Presse
LA HABANA
El cardenal cubano Jaime Ortega evitó los temas políticos
en su homilía del Domingo de Resurrección, durante la
cual se refirió a temas netamente pastorales, según comprobó
la AFP en la Catedral de La Habana.
La misa realizada en el principal centro católico de Cuba transcurrió
entre cánticos y reflexiones evangélicas luego
de una semana de actividades religiosas, que incluyeron la realización
de 12 procesiones, tanto en la capital como
en localidades del interior del país.
Hasta el momento no se han reportado incidentes en torno a la celebración
católica, reanimada en Cuba tras
la visita del Papa Juan Pablo II en 1998, luego de varias décadas
de enfrentamientos entre la Iglesia y el Estado
cubano.
''La prensa de derecha y de izquierda trata de encasillarnos mientras que
nosotros estamos más allá de
eso'', dijo el cardenal Ortega en una reciente homilía dirigida
a nuevos sacerdotes.
Debemos evitar que ''la Iglesia Católica se transforme en nada más
que una parte del juego político actual'', afirmó
el arzobispo al orientar entonces la labor del episcopado hacia los campos
pastoral y social.
La Semana Santa en Cuba, sin embargo, también se ha mantenido este
año muy lejos del interés nacional y las
procesiones y demás ritos han sido asimilados más con desconocedora
curiosidad que con devoción religiosa.
Ni la prensa local (toda estatal), ni los comercios, ni los dirigentes
del país han hecho por estos días alusión
alguna a la Semana Santa, que tampoco implica para los cubanos un paréntesis
de descanso en su quehacer
cotidiano.
Entre el miércoles y el sábado de la pasada semana, el gobernante
Fidel Castro ha desarrollado una constante
labor pública, con seis discursos a la nación en menos de
72 horas.
La Iglesia Católica cubana mantiene entre sus demandas la de acceder
directamente a los medios estatales, pero
hasta ahora solo cuenta para publicitar su mensaje con un sistema de publicaciones
propias de reducido alcance.
En 1991 el Estado cubano dejó de proclamarse ateo y se transformó
en laico, mientras que el gobernante Partido
Comunista abrió sus puertas a los creyentes, en un paso hacia la
distensión con los religiosos, tanto católicos,
como cristianos o practicantes de los ritos africanos.
Con poco más de 11 millones de habitantes, en el 2002 los católicos
cubanos contaban con 300 sacerdotes para
predicar el evangelio, según el portavoz del Arzobispado, Orlando
Márquez.
Investigadores consideran que la religiosidad de los cubanos es alta, pero
más próxima al folklore de los orishas
africanos que a la sobriedad de las prácticas católicas o
cristianas.