Termina la búsqueda de Filiberto Ojeda
Filiberto Ojeda Ríos fue herido a balazos al caer la noche ayer por uno de los francotiradores de los equipos de Rescate de Rehenes del FBI (Hostage Rescue Team) que viajaron de Florida y Atlanta, para capturar al legendario líder del grupo armado separatista Los Macheteros, que llevaba 16 años fugitivo, desde que el 27 de agosto de 1989.
Este había resultado absuelto por haber enfrentado a tiros a un contingente de agentes federales que lo arrestaron el 30 de agosto de 1985, cuando fueron arrestados los principales líderes de esa organización.
Sin embargo, al paso de las horas anoche ni el FBI ni la Fiscalía Federal, confirmaba de forma oficial la muerte de Ojeda Ríos, en una casa en Hormigueros en la que se ocultaba y en la que a la llegada de los agentes pasadas las 3:30 de la tarde de ayer, el líder machetero los enfrentó armado, resultando un agente federal herido de bala en el abdomen y la esposa del insurgente también herida.
Entrada la noche se supo que cuatro fiscales estatales fueron escoltados por la Policía hasta el lugar donde las autoridades federales realizaban el operativo. Los fiscales fueron identificados como José Delgado, Gina Ferrer, José Aldebol y Frank Nazario.
Los agentes federales después de sostener un primer intercambio de disparos con Ojeda Ríos, aguardaron a que cayera la noche, y cortaron el suministro de electricidad a la casa, y en un momento en que Ojeda Ríos estuvo en la mirilla de uno de los francotiradores le hicieron al menos dos disparos .
Sin embargo, el FBI no divulgó la información de la muerte y entrada la noche hacían gestiones para revisar la casa, temiendo encontrar algún artefacto explosivo a su entrada. Una vez "aseguraran" la casa, otro equipo de agentes federales que realizan la recopilación de evidencia (Evidence Recovery Team) entrarían a la misma para levantar el cadáver, el que seguramente sería llevado al Instituto de Ciencias Forenses en Río Piedras, para el reclamo de sus familiares.
El hermetismo que mantuvo la oficina del FBI en Puerto Rico sobre el operativo que llevaba tiempo planificándose, incluyó el no compartir la información con otras agencias federales y el tratar equipos de asalto táctico de Atlanta y Florida. Mucho menos contaron con la Policía de Puerto Rico.
No se descarta que la información sobre el lugar en que Ojeda Ríos estaba oculta fuera divulgada por alguna persona detrás de la jugosa recompensa de $500 mil, que el FBI había ofrecido.
Ojeda Ríos pasó gran parte de su vida en el clandestinaje y había sido arrestado por primera vez por agentes federales en marzo de 1970, por la colocación de bombas en comercios y hoteles, cuando perteneció a otyros grupos como MIRA. Para esa época ganó el mote de "El G-2 Cubano", y huyó a Cuba. Se estima que dos años después regresó a Puerto Rico y desde el clandestinaje reanudó sus actividades subversivas, pero no fue hasta el 26 de julio de 1976, que se fundó de forma oficial el Ejército Popular Boricua (Los Macheteros).
El 3 de diciembre de 1979 Los Macheteros mataron a dos marinos y hirieron a otros que viajaban en una guagua de la Armada en Sabana Seca, en Toa Baja. Y entre otros actos de violencia en enero de 1981 destruyeron mediante bombas 14 aviones de la Guardia Nacional Aérea, en la Base Muñiz, en Carolina.
El 21 de abril de 1981, un grupo de Los Macheteros robó $7 millones de un camión de la Wells Fargo, en Connecticut. Después del robo a las Wells Fargo, surgieron divisiones en el grupo armado, pero continuaron los ataques con bombas.
Los federales tenían a Ojeda Ríos en la mirilla desde el 1983, pero no fue hasta el 30 de octubre de 1985 que los arrestaron, después de una balacera en el apartamento en que éste se ocultaba en la urbanización Solimar, en Luquillo. En esa ocasión un agente federal resultó herido.
Los federales mantuvieron a Ojeda Ríos sometido a un encarcelamiento con las más estrictas medidas de seguridad y en junio de 1989 fue encarcelado en el viejo Tribunal en San Juan, donde se inició el juicio por resistir el arresto, bajo severas medidas de seguridad en una sala que presidió la juez Carmen Consuelo Vargas de Cerezo.
Un Jurado lo absolvió por los cargos de resistir el arresto e herir a un agente federal y el 27 de agosto de 1989 salió en libertad, con un grillete electrónico, regresando al clandestinaje.
Ocasionalmente, durante los años en el clandestinaje, Ojeda Ríos
emitida comunicados o enviaba mensajes a emisoras de radio, el último
con motivo de la celebración ayer del 137 aniversario del Grito
de Lares.