Velorio en el Ateneo Puertorriqueño
Firuzeh Shokooh Valle PRIMERA HORA
Un hilo de cuero con un machete plateado colgaba del cuello de Filiberto Ojeda Ríos durante la primera noche de su velorio en el Ateneo Puertorriqueño.
Cientos de personas llegaron anoche al Ateneo, en Puerta de Tierra, para rendirle tributo al dirigente del Ejército Popular Boricua-Los Macheteros. La fila recorría las escaleras de entrada y llegaba hasta la Casa Olímpica. Líderes independentistas, académicos, artistas, estudiantes y gente del pueblo homenajearon a Ojeda Ríos, quien murió en Hormigueros el pasado viernes, día del Grito de Lares, a manos de agentes del FBI en circunstancias que no han sido esclarecidas.
Dolor, tristeza, solidaridad e indignación fueron las palabras más usadas por las personas que acudieron al Ateneo, donde Ojeda Ríos, de 72 años, fue velado desde las 9:00 de la noche hasta la medianoche. Su viuda, Elma Beatriz Rosado Barbosa, se encontraba en la primera fila frente al ferétro junto al hermano de Ojeda Ríos, Inocencio Ojeda, y dos de sus hijos, Wilbert y Edgardo.
Ojeda Ríos vestía una guayabera de mangas largas y de hilo blanco como su cabellera, y un pantalón negro.
Encima del ataúd había una bandera de Lares y una rosa blanca. Una tela transparente con los bordes en encajes colgaba desde la hoja abierta del féretro. Una bandera de Puerto Rico pequeña adornaba la tapa del ataúd y otras dos colgaban en la pared. Luego, se colocó la bandera de Los Macheteros, color verde olivo con el machete rojo cruzado por una estrella.
Desde las 6:00 de la tarde la gente comenzó a llegar.
El silencio y la solemnidad se apoderaron de las inmediaciones del Ateneo. El cuerpo arribó a las 6:30 de la noche. Primero, entraron los familiares y allegados, después los periodistas y luego el público general. Una comitiva organizada por la teatrera Maritza Pérez iluminó la entrada con velas para hacer una guardia de honor.
Junto al ataúd colocado en la sala central del Ateneo, Mariana Crescioni, de 16 años, entonó a capella una décima que escribió para la ocasión. "Mataron a Filiberto y lo hicieron inmortal" , cantó conmovida.
Se escuchó La borinqueña revolucionaria cuando se abrieron las puertas.
Para el nacionalista Gilberto Serrano, de 94 años, era su deber estar allí. "Yo soy de la Masacre de Ponce y sé que la mitad de lo que se dice de él es embuste", dijo.
Morena Marín Rivera llegó directo desde el aeropuerto. Es de Brooklyn, Nueva York, y quiso venir a ver a su "maestro", a quien le enseñó a ser puertorriqueña.
"Soy niuyorican y cuando fui a la universidad en Nueva York aprendí a ser puertorriqueña con este hombre", dijo Marín, conductora del subway 241 de Nueva York.
Lucy Colón y Luis Rodríguez llegaron con su hija Patricia, de dos años, desde Orocovis. "Vinimos en solidaridad con Filiberto porque dio su vida por una causa justa, la independencia de nuestro país", señaló Colón.
La sicóloga Damaris Orraca opinó que la muerte de Ojeda Ríos ofrece un momento para reflexionar. "Es un asesinato de un patriota puertorriqueño y todos debemos estar conmovidos y así ha sido, incluso por personas de otras ideologías", afirmó.
Vieques no fue olvidada. El español Domingo Domínguez llevó una bandera gigante de Vieques. El líder viequense Carlos Zenón permaneció cerca del ataúd.
Asistieron los dirigentes del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH) Julio Muriente y Héctor Pesquera, quien ha participado en el proceso desde el viernes y presenció la autopsia de Ojeda Ríos el sábado. También estaban los líderes independentistas Noel Colón Martínez y Wilma Reverón y el dirigente de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (Utier) Ricardo Santos.
Una pintura impresionante del ex preso político Elizam Escobar estaba a la entrada del Ateneo. Tenía la imagen de Ojeda Ríos con lágrimas de sangre.
"Estamos rindiendo respeto a Filiberto, que simboliza la dedicación a la lucha revolucionaria puertorriqueña y sabemos que lo que sucedió fue un asesinato amañado. Su asesinato ha tenido el efecto de unir al independentismo y crear indignación en el pueblo puertorriqueño", dijo Escobar.
El grito de "¡Viva Puerto Rico libre!" retumbó varias veces afuera y adentro del Ateneo. Un violinista interpretó "Preciosa", de Rafael Hernández. No faltaron el llanto y los abrazos.
Ojeda Ríos permanecerá en el Ateneo hasta el mediodía de hoy, cuando será trasladado al Colegio de Abogados.
Mañana saldrá la comitiva fúnebre rumbo al cementerio Río Blanco en Naguabo, donde será enterrado.