Macheteros juran vengar la muerte de Ojeda Ríos
Laura Rivera Meléndez PRENSA ASOCIADA
NAGUABO — Tras llamar "asesino" al Negociado Federal de Investigaciones (FBI), el Ejército Popular Boricua-Los Macheteros prometió hoy vengar la muerte de su comandante, Filiberto Ojeda Ríos.
En una misiva firmada por alguien identificado sólo como el comandante Guasábara, y fechada "desde algún punto de esta Isla", los Macheteros aseguraron que el FBI nunca anticipó el respaldo que ha recibido el líder de la lucha armada para lograr que Puerto Rico se independice de Estados Unidos.
"Los Macheteros juramos hacer justicia ante el asesinato de nuestro comandante Filiberto Ojeda Ríos. ¡Yanquis, asesinos, sus días están contados! ¡Revolcaron el hormiguero, todo boricua machetero!" reza la misiva, leída por la maestra de ceremonia de los actos fúnebres, Roxana Badillo.
La portavoz del FBI, Omayra Meléndez, no devolvió de inmediato las llamadas de Prensa Asociada en torno al anuncio del grupo político-militar.
Ojeda Ríos falleció el viernes — día en que se conmemoraba el Grito de Lares — tras batirse a tiros con una treintena de agentes del FBI en la residencia donde vivía en Hormigueros.
"Nos reafirmamos en nuestra decisión de liberar a nuestra patria... la lucha continúa ahora y continuará hasta que los malditos yanquis se vayan de nuestro suelo", agregó la carta de los Macheteros.
Ojeda Ríos estuvo en el clandestinaje por 15 años, mientras el FBI lo buscaba por el millonario robo en 1983 de un camión Wells Fargo en Connecticut, cuyo dinero se usó para la causa independentista, según los Macheteros.
El líder clandestino sostuvo actividades político-militares por la independencia de la Isla durante unos 45 años.
Sin embargo, fueron la muerte de dos infantes de marina el 3 de diciembre de 1979 en Sabana Seca, el robo de $7.2 millones el 12 de septiembre de 1983 de la Wells Fargo en Hartford, Connecticut, y la destrucción de varios aviones de guerra en la Base Aérea Muñiz, los actos más audaces de la organización, fundada en 1976 bajo el nombre Comando Obrero.
Durante sus últimos años en la clandestinidad, su labor se redujo considerablemente a dirigir mensajes escritos al pueblo puertorriqueño en actividades políticas.