Honran a Filiberto Ojeda en Cuba
HORMIGUEROS- El líder revolucionario puertorriqueño Filiberto Ojeda Ríos ocupará un sitial al lado de su compatriota y predecesor en la batalla por la libertad de la Isla, Pedro Albizu Campos, en la vecina Cuba, donde este miércoles será develada una tarja en su memoria, informó ayer a EL VOCERO uno de los hijos del fenecido comandante del Ejército Popular Boricua (EPB), el doctor Edgardo Ojeda Serrano.
Ojeda Ríos residió en Cuba durante 20 años con su primera esposa y madre de sus cuatro hijos –tres varones y una mujer-. Y de hecho, allá los dejó "a salvo" cuando decidió iniciar su lucha por la independencia de Puerto Rico desde la clandestinidad, narró Ojeda Serrano, profesor del Recinto Universitario de Mayagüez.
De sus vivencias en la vecina Isla, es que el hoy doctor en ciencias marinas guarda algunos de los más valiosos recuerdos de su padre. Cuando tenía cerca de ocho años, "Filiberto me enseñó a nadar en el malecón de Cuba", narró el segundo de los hijos, quien hoy cuenta 50 años de edad. Recuerda también "cuando íbamos de ‘camping’, todas sus enseñanzas, todo su cariño". Además, disfrutaban mucho de acudir a actividades culturales, como conciertos de la Orquesta Sinfónica, donde su padre tocaba trompeta. Ojeda Ríos también fue músico en un circo y en el reconocido Club Tropicana, mencionó su vástago. "Cuando vivíamos en Nueva York, las actividades de los días festivos", añadió.
En Cuba todos los hijos recibieron formación académica. En el caso de Edgardo, además de destacarse en su adolescencia en el levantamiento de peso a nivel nacional, -aunque no pudo representar al país en competencias internacionales porque no era ciudadano cubano-, completó una maestría en ciencias marinas, la cual repitió al llegar a Puerto Rico, ya que no le fue reconocida.
Acerca de la salud de Ojeda Ríos, su hijo descartó que tuviera un marcapasos, sino que había sido sometido a una operación en los conductos del corazón o "bypass", para el 1988, cuando estaba confinado en una cárcel federal en Hartford, Connecticutt.
Ojeda Serrano aseguró que a su padre se le recuerda como un héroe, como una persona que amaba mucho su tierra, a su pueblo, "y eso es lo que estamos viendo, un inmenso amor y un inmenso cariño, y son muy pocos los que han hecho declaraciones sin valor".
Apoya creación museo
Aunque aún desconoce quién es el dueño de la residencia que ocupó su padre los pasados ocho años, donde murió trágicamente el día del Grito de Lares a manos de agentes federales, a Edgardo Ojeda Serrano le gustaría que se estableciera un museo-escuela en el lugar. Así lo indicó al salir del mismo ayer en la tarde, luego de haber realizado algunas labores.
El mismo estaría dedicado a la educación de la juventud y sería un símbolo internacional de lo que es la lucha patria del pueblo boricua, explicó el biólogo marino, quien dijo hablar a nombre de su familia.
Acerca de la casa, ubicada en el sector Plan Bonito del barrio Jagüitas, opinó que desde el momento que su padre "la escogió para que fuese su última morada, esto le dio vida a Hormigueros y lo convirtió en uno de los estandartes más grandes (en la lucha por la libertad) del País, al igual que Jayuya, Lares y Ponce".
La residencia que construyó y ocupó Ojeda Ríos junto a su esposa, Elma Beatriz Rosado, está ubicada en la finca Byram, llamada así en honor a la finca donde nació y creció el presidente cubano, Fidel Castro, según confirmó su propietario, Lorenzo "Fife" Segarra. Don Fife fue candidato a alcalde de Hormigueros en el 1980, por el Partido Socialista.
Desaparece trompeta
La trompeta que utilizó durante muchos años el extinto líder del grupo Los Macheteros desapareció de su residencia durante la incursión de Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), por lo que allegados no descartan que los agentes la hayan tomado como "trofeo", al igual que otros artículos de las personas más buscadas que ha logrado capturar esa agencia, y que luego son exhibidas en una vitrina en sus cuarteles generales.
Seguramente Ojeda Ríos aún practicaba el instrumento, ya que en su hogar quedó un método Arbans sobre un atril de aluminio, al igual que varias sordinas de trompeta, una de ellas al parecer muy antigua, y una flauta.