Autopsia revela que Ojeda Ríos murió desangrado
Claudio Matos AGENCIA EFE
SAN JUAN (EFE).- El líder del Ejército Popular Boricua "Los Macheteros, Filiberto Ojeda Ríos, murió desangrado luego de ser herido en el tiroteado con agentes del FBI que participaron en un operativo en una casa en un barrio del municipio de Hormigueros, aseguró a EFE ayer en la noche el doctor Héctor Pesquera, quien participó en la autopsia.
Pesquera estuvo en la autopsia que le practicaron a Ojeda Ríos dos patólogos del Instituto de Ciencias Forenses en Río Piedras y comentó que aunque no se ha ofrecido el informe oficial, como médico puede dar fe se esa aseveración.
Relató que el líder independentista presenta una herida de bala en el pecho, por debajo de la clavícula, que le atravesó y salió por la espalda, afectando el pulmón derecho y en la ropa que llevaba puesta había una gran cantidad de sangre.
"Lo que si pudieron adelantar, en opinión de los patólogos, es que (Filiberto) no murió instantáneamente, sin que pueden calcular el tiempo que transcurrió desde su muerte. Murió desangrado por perforación de un órgano", expuso Pesquera, designado por portavoz de la familia de Ojeda Ríos
Precisó que "lo que yo vi como médico fue que lo dejaron desangrar, no era una herida de bala para matarte en el acto".
"En mi opinión, estuvo bastante tiempo, un tiempo considerado herido y no recibió la asistencia que le pudo haber salvado la vida", expuso Pesquera.
El también copresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH) también observó el impacto de bala que presenta el cuerpo de Ojeda Ríos al parecer fue hecho por un francotirador, ya que la herida es de arriba hacia abajo.
Para basar su opinión de que el líder de Los Macheteros murió desangrado el médico independentista explicó que cuando las autoridades locales entraron a la casa hallaron a Ojeda Ríos con su mano izquierda sobre la herida de bala que tenía en el pecho, al parecer tratando de detener la hemorragia.
Sin embargo, reiteró que el resultado de la autopsia lo dará a conocer de manera oficial el Instituto de Ciencias Forenses.
De otra parte, Pesquera informó a EFE de que el cuerpo de Ojeda Ríos será estará mañana, domingo, en la funeraria Escardille en Río Piedras, luego en será trasladado a la sede del Colegio de Abogados en Miramar, en una fecha no determinada aún, para luego ser sepultado en su natal Naguabo, en una fecha que hasta el momento no se ha señalado.
El agente especial a cargo de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) en Puerto Rico, Luis Fraticelli, anunció hoy en una rueda de prensa que cuando los agentes encontraron el cadáver de Ojeda Ríos mostraba dos heridas de bala, una en la clavícula y otra en el hombro.
Fraticelli dijo que a intervención en la casa del líder independentista ubicada en el barrio Jaguita de Hormigueros se inició cuando los agentes federales que lo estaban vigilando desde el pasado día 20 de este mes fueron detectados.
Argumentó que Ojeda Ríos le disparó a los agentes en tres ocasiones, hiriendo en la primera a un agente federal, mientras otros dos resultaron ilesos porque fueron protegidos por los chalecos antibalas que tenían.
Ojeda Ríos fue el puertorriqueño más buscado por la Justicia de EEUU en una década después de que en 1990 se despojó de uno de sus tobillos el grillete electrónico que controlaba su libertad condicional en espera de juicio, y lo dejó en la puerta del periódico independentista "Claridad" en Santurce.
El líder de Los Macheteros fue liberado en 1988 tras el pago de una fianza de un millón de dólares después de pasar tres años en prisión a la espera de juicio por el espectacular robo de 7,2 millones de dólares a un camión de la compañía Wells Fargo, ocurrido el 12 de septiembre de 1983 en Hartford (Connecticut, EEUU), dinero que usó para repartir regalos a niños pobres puertorriqueños y para promover la independencia de la isla.
Anteriormente, entre 1970 y 1985 había permanecido en la clandestinidad por su supuesta relación con otras actividades independentistas.
Tras la violación de su libertad condicional, un juez de Connecticut le condenó en ausencia a 55 años de prisión por el atraco contra la Wells Fargo.