Asombrada la comunidad
Por: Jackeline Del Toro Cordero
Redactora – EL VOCERO
HORMIGUEROS – Ayer, la comunidad Plan Bonito, de Hormigueros, aún no se recuperaba de su asombro, tras la muerte ocurrida el viernes en una de sus residencias, propiedad del líder del Ejército Popular Boricua "Los Macheteros" y prófugo federal, Filiberto Ojeda Ríos, fallecido a causa de un disparo certero que recibió a través de una ventana, hecho por un francotirador, agente del Gobierno federal traído de Estados Unidos.
En horas de la tarde, todavía agentes de Operaciones Tácticas (OT) del área de Mayagüez de la Policía de Puerto Rico (PPR), comandados por el teniente Ramón Irizarry, resguardaban la intersección de la carretera 346, a minutos de la entrada a la finca Birán, cerca de donde alegadamente vivió Ojeda Ríos durante ocho años. Sus vecinos, algunos que lo conocían como "don Luis", quien sembraba plantas, no imaginaban su verdadera identidad.
A las tres de la tarde, una vez la Unidad de OT recibió instrucciones de liberar el acceso y disminuir el perímetro, los vecinos narraron sus experiencias a los medios de comunicación. Con la llegada de los agentes federales, temprano en la tarde del viernes, los accesos estaban bloqueados.
"Era una pareja mayor, que decían que estaban retirados. El decía que se llamaba don Luis", relató una de sus vecinas más cercanas, Martha Vargas, quien enfatizó que "si en verdad era como decían, él con nosotros nunca tuvo ni un sí ni un no, nunca, nunca". Ojeda Ríos había sido convicto por robo, traslado de dinero robado y conspiración, por el Tribunal Federal, en el 1988.
Vargas recordó que cuando inició la construcción de la casa, a veces ellos iban al lugar a observar el progreso de los trabajos, y el matrimonio en ningún momento se mostró molesto por los curiosos. Simplemente, sonreían y saludaban, aunque la mujer nunca hablaba, según la vecina. "Ellos mismos la construyeron, ellos mismos picaron terreno", dijo la vecina, quien opinó que la casa es "bonita", pero nunca la vieron por dentro. La casa, construida sobre un terraplén, pero bajo el nivel de la carretera y sin vista a la calle principal, tiene una terraza de madera en la parte delantera, y el resto de la estructura es de cemento. Pasa al lado de ella una carretera empinada que conduce a otras casas.
"El matrimonio no recibía visitas ni caminaba por el sector, sino que salía, como toda familia, a hacer sus compras en una guagua Toyota 4 Runner roja viejita que tenían y llevaban una vida cotidiana, como nosotros", relató la mujer.
No sólo los medios de comunicación estuvieron desprovistos de información acerca de lo que ocurría en el barrio Jagüitas, sino las familias de la carretera 346 interior. "En ningún momento los agentes federales se han comunicado con nosotros. En ningún momento. La PPR tampoco. Ellos lo único, cuando fuimos ayer (el sábado), después que había pasado todo, mi nene fue donde la Policía, le preguntó que si había paso y qué íbamos a hacer con la luz, porque yo tengo a mi mamá en una cama de posición, dijeron ‘nosotros estamos como ustedes, no sabemos nada’", criticó.
El servicio eléctrico fue suspendido a las ocho de la noche del viernes como parte de las estrategias que utilizó el contingente de agentes federales, bajo el mando de Jane Erickson, y restituido el sábado en la tarde. La operación conllevó la movilización de todos los agentes federales de la Isla, unos 94, según supo EL VOCERO. Los dos francotiradores que participaron en el operativo se encontraban a bordo de un helicóptero, y el disparo mortal, el único que recibió, entró por una ventana, indicó una fuente de entero crédito.