Primera Hora (San Juan, P.R.)
lunes, 13 de septiembre de 2004

Rescatan los archivos secretos de la Policía

ICP recupera históricos expedientes

Maritza Díaz Alcaide  PRIMERA HORA

No se descarta que otros documentos ayuden a reconstruir la tenebrosa historia del llamado "escuadrón de la muerte". (Ana María Abruña / PRIMERA HORA)
 
Al rescate de la historia.

El Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) logró rescatar importantes piezas documentales de los archivos que la Policía mantuvo por décadas guardados en Isla de Cabras, entre éstos, expedientes confidenciales de las décadas del 50 y 60 de la controversial División de Inteligencia.

No se descarta que otros documentos -que sin esta acción del ICP pudieron perderse para siempre- ayuden a reconstruir la tenebrosa historia del llamado "escuadrón de la muerte"; que se encuentren otros materiales sobre la represión y persecución de que fue objeto el movimiento independentista o datos que de alguna manera sirvan para desentrañar planes operacionales como los del Caso Maravilla.

El Archivo General de Puerto Rico, que inició la semana pasada su misión de inspección y rescate en el búnker de la Uniformada, no permitió que se dispusiera de este fondo documental, pese a las condiciones pésimas en que se encontraba el depósito: media milla de salas y túneles que ya habían sido asediados por la humedad y los ratones.

La agencia federal de salud ocupacional OSHA ya había cerrado el lugar precisamente por los daños a la salud que suponía la invasión de hongos y bacterias.

Hace tres meses, el Programa de Administración de Documentos Públicos de la Rama Ejecutiva terminó recomendándole a la directora del Archivo General, Karin Cardona, que se botaran los documentos, pero ella optó por salvarlos.

"Como yo conozco lo que hay aquí, y por las fechas de que estamos hablando, esto había que evaluarlo", dijo Cardona en una entrevista exclusiva con PRIMERA HORA en la que se permitió que este diario fuera testigo de las inspecciones que se inician en Isla de Cabras entre miles y miles de documentos.

El trabajo de sacar los archivos quedó en manos de 35 confinados de custodia mínima, que habían sido contratados con la idea de la disposición, pero que ahora ayudan a los funcionarios del ICP a sacar los documentos para que éstos los inspeccionen. Los confinados trabajan bajo estrictas medidas de seguridad, bajo las órdenes de la directora interina de la División de Prevención de Accidentes de la Policía, Judith Colón.

El ICP mandó a fumigar con ozono el lugar -por recomendación del micólogo Jorge Bolaños- y los reos visten mamelucos desechables, sus zapatos están recubiertos con ese mismo material y tienen que utilizar guantes químicos y máscaras antiguas para prevenir que respiren cualquier tipo de particulado.

"Los documentos de la Oficina de Inteligencia yo me sospecho que no van a estar ahí. Esos archivos eran superconfidenciales y se mantenían en unos archivos mecanizados en el piso ocho del Cuartel de la Policía", afirmó Edgardo Pérez Viera, investigador del Senado de Puerto Rico de la segunda fase de pesquisa del Cerro Maravilla al conocer del rescate del archivo.

Durante el fin de semana, sin embargo, PRIMERA HORA fue informado de que ya se encontraron documentos de esa división, específicamente expedientes relacionados con investigaciones que se les realizaban a miembros de la Policía para hacer trabajos especiales.

Los expedientes, develó Cardona, tratan sobre las entrevistas que se les hacían a los vecinos de aquellos que iban a hacer trabajo de inteligencia. Una de las preguntas era si pertenecían o no al partido de gobierno.

Este tipo de documento es de especial interés para los historiadores porque cubren el periodo de los años 50, fecha de efervescencia del nacionalismo, hasta los años 60, cuando comienzan a surgir los movimientos clandestinos, bajo la influencia de la revolución cubana, y se da otro tipo de represión contra el independentismo, tanto federal como estatal.

Aunque se esperaba que los documentos en el búnker no retrocedieran en el tiempo más allá de la década del 60, también se supo que ya los archiveros del Instituto consiguieron dar con libros de registro de denuncias de los años 20, 30 y cuarenta.

En cuanto al movimiento independentista, no se sabe si el Archivo conseguirá información adicional de la División de Inteligencia, pero Pérez Viera está esperanzado en que en Isla de Cabras pueda hallarse información análoga sobre procedimientos y entrenamientos ofrecidos por las autoridades federales a la Policía de Puerto Rico. No descarta que los archiveros del ICP puedan toparse igualmente con material administrativo de la propia División de Inteligencia y con otro material de inteligencia relacionada con el crimen organizado, que en los 70 no estuvo desvinculada de la persecución de los grupos de izquierda.

Es en ese ámbito que salen a relucir los llamados "Niños de sangre azul", un grupo élite de investigadores de la Policía que entre 1974 y 1976 tornaron su acción en una corrupta de encubrimiento y asesinatos y que, de acuerdo con el investigador de Maravilla, también recibieron entrenamiento de la Marina y del Ejército.

"Aunque no haya documentos de la Oficina de Inteligencia, tiene que haber de las unidades especializadas, del Cuerpo de Investigaciones Criminales, de las divisiones de Explosivos, Propiedad y Hurtos, del laboratorio", dijo Pérez Viera, al explicar que en ese periodo otras divisiones de la Policía estuvieron encargadas también de realizar trabajo de espionaje.

Pudieran estar guardados en Isla de Cabras -añade el autor, junto a Juan Manuel García Passalacqua, del libro "El juicio de la historia: contrainsurgencia y asesinato político en Puerto Rico"- expedientes de investigaciones específicas según lo declarado por el ex teniente César Andrades al Senado; y cualquier otro tipo de expediente que arroje luz sobre lo que se dio a conocer como el "Escuadrón de la Muerte".

Los protagonistas de todas estas historias son, entre otros, del lado de la Policía, Alejo Maldonado, Gil Arzola, Julio César Andrades, Emeterio Ortiz y Miguel Rivera.

Entre otros crímenes famosos de la época, cabe mencionar el del líder de los tronquistas César Caballero y el del dueño de Viajes Varadero, Carlos Muñiz Varela.

No debe escapársele al ojo de los archiveros la posibilidad de que aparezcan también datos sobre las autopsias del tristemente célebre doctor Rafael Criado, a quien se le conoció como el "patólogo de Alejo Maldonado" por la forma en que falseaba sus informes.

¿Qué tipo de documento puede ser crucial para recrear lo que pasó en estos y otros casos que merezcan investigarse por el ojo crítico del historiador?

Los libros de entradas y salidas de los agentes; los libros de novedades y los libros de mensajes pueden ser cruciales, apunta el ex investigador del Senado. Esas, señaló Pérez Viera, son fuentes primarias en extremo confiables porque no pueden ser alteradas. Dan además información detallada sobre cuándo se toma servicio, las armas utilizadas, las unidades destacadas, las incidencias que se reciben por radio, las visitas de otros agentes locales o federales; en fin, un cuadro fiel de lo que pasa en cualquier momento, datos que pudieran ser esenciales para esclarecer misterios.

En el caso Maravilla, cabe recordar que el servicio dado por los agentes ese día pudo corroborarse a través de estos libros, inclusive por el uso que les dieron a las tarjetas de crédito para comprar gasolina en la zona.

Pérez Viera recordó que el operativo de Maravilla había sido planificado meses antes, pero nunca apareció el plan operacional que preparó el Negociado de Operaciones de Campo, que era legal.

No se descarta, en este mismo contexto, que aparezcan documentos que arrojen luz incluso sobre fabricación de casos y sobre los agentes que se infiltraron en los movimientos clandestinos de esos años. La División de Explosivos, por ejemplo, llegó a infiltrar agentes en algunas de esas organizaciones, según Pérez Viera.

Los documentos que el ICP rescata podrían ser valiosos de otro lado para explicar cómo el Estado ha fracasado en sus intentos por combatir el narcotráfico.

La directora del Archivo General anticipó que en mes y medio saldrán de Isla de Cabras y que dentro de un año, luego que los documentos se clasifiquen, éstos estarán disponibles para revisión pública.